Las mezquitas almerienses se llenan de solidaridad destino Marruecos 

«Desde el primer día estamos ofreciendo ánimo y consuelo a nuestros hermanos marroquíes, pero queremos enviar también ayuda material a las zonas más afectadas por el terremoto». Abdallah Mhanna es presidente del Centro de Imanes de la provincia de Almería y uno de los impulsores de una campaña de recogida de «alimentos, mantas, tiendas y productos de primera necesidad» para la población civil damnificada por el terremoto de Marruecos y desde las más de 50 mezquitas repartidas por toda la provincia. Aunque de momento «no hay constancia» de víctimas entre los miembros de la comunidad musulmana que reside en Almería, «muchos han perdido amigos y familiares» o han conocido que se «han desplomado sus casas, manifestó Mhanna. Preocupa, sobre todo, «la falta de información» entre la procedencia mayoritaria del colectivo islámico almeriense, una población cercana a los 100 mil residentes de origen marroquí y ante «el aislamiento y los problemas de comunicación con algunas aldeas», como señaló el representante de los imanes. «Hay poblaciones enteras que se han venido abajo y a las que aún no han podido acceder los equipos de rescate», lamentó el imán, indicando que «las familias que vivimos aquí seguimos impactadas, estamos lejos, pero nos vamos a volcar en mandar toda la ayuda posible a nuestros hermanos musulmanes que están sufriendo» las consecuencias del desastre.

Una oleada de solidaridad «en colaboración» con el Consulado de Marruecos en la ciudad «con el que hemos abierto una vía directa para ofrecer nuestro apoyo», ya que «no se puede faltar el respeto a las autoridades marroquíes» y «ellos tienen la última palabra de cómo podemos mandar y qué podemos ofrecer», según explicó el propio Aballah Mhanna. Así, se ha abierto una vía «a través de las cuentas bancarias de la comunidad musulmana para recoger las donaciones económicas», así como «colectas en mezquitas» para «ofrecer nuestro apoyo y las herramientas de ayuda que estén a nuestro alcance». Además del rezo común durante toda la semana, los diferentes artículos para la ayuda humanitaria se van acumulando en mezquitas como las de El Ejido, donde la asociación de migrantes musulmanes Assuna hace acopio, sobre todo, de «mantas, carpas, tiendas de campaña y ropa de abrigo». Su presidente, Mohammed Benaicha, describe cómo «las casas se han derrumbado y hay muchas familias sobreviviendo ahora mismo como pueden en la calle, sobre todo en zonas montañosas de difícil acceso para los equipos de rescate», por lo que emplaza a que se donen, sobre todo, «elementos para resistir el frío y que las personas afectadas puedan recuperar sus vidas cuanto antes». Una incertidumbre que tiene su reflejo, precisamente, en el suegro de Benaicha, que «vive en El Ejido, pero procede de una aldea a unos 60 kilómetros de Marrakech». Según relata, este anciano ejidense tiene «mucho pánico», además de «muchas llamadas de teléfono sin respuesta», por lo que «acumula noches sin dormir» y «enorme preocupación por el destino de amigos y allegados». Desde la Comunidad Islámica Assuna agradecen «el apoyo recibido por nuestros hermanos españoles», además de «los esfuerzos del gobierno español y de los equipos de rescate que están trabajando en el terreno». También desde Codenaf, la Asociación para la Cooperación y el Desarrollo en el Norte de África presidida por Kaoutar Boughlala en Almería, se están recaudando fondos para ayudar a la aldea de Tamsoult, una de las zonas más afectadas por el seísmo de siete grados en la escala de Richter. «En esa población hay 50 familias damnificadas, 29 muertos y 60 casas totalmente derrumbadas», precisaron desde esta institución sin ánimo de lucro creada en 1996 por personas inmigrantes procedentes de Marruecos. La campaña se «centrará en la adquisición de tiendas resistentes donde las familias puedan resguardarse de las bajas temperaturas y los fenómenos meteorológicos de los próximos meses». En este caso, la colecta se estaría realizando a través de la plataforma gofundme, pretende alcanzar los 15.000 euros en donaciones y «el material que se compre con estos recursos se hará llegar a las personas con las que tenemos contacto directo, gracias a nuestra implantación en Marruecos», precisaron. «Estoy a dos horas de Marrakech y toda la población ha salido a las calles, ha dejado todo en su casa», desveló en Onda Cero Almería Ibrahim, un marroquí residente en Almería que pasaba unos días junto a su familia en su país. «La gente está muy mal, muy triste», trasladó a sus paisanos, mientras ellos se vuelcan en organizar una ayuda humanitaria que se acumula durante el rezo en las mezquitas almerienses.