Entrevista

Antonio Repullo: «Se están reconociendo acuerdos preferentes con Cataluña»

El secretario general del PP-A asegura que «el PSOE andaluz no sólo ha cambiado sus cabezas visibles, sino su filosofía de entender la política. Era un partido que tenía autonomía y criterio»

Antonio Repullo, secretario general del PP andaluz
Antonio Repullo, secretario general del PP andaluzKiko HurtadoLa Razón

Entre tanta tensión nacional, el PP-A apela a la «vía andaluza» a la hora de hacer política. El secretario general del partido, Antonio Repullo, repasa los últimos resultados electorales y reivindica una forma «distinta» de gobernar.

2023 ha estado marcado por dos convocatorias electorales. En relación a las municipales, el PP-A se marcó como objetivo gobernar las ocho capitales de Andalucía y las ocho diputaciones. ¿Satisfecho con el resultado?

Fuimos capaces de mantener una ilusión que ya se había generado en las autonómicas con ese respaldo tan mayoritario. Sin embargo, nos gusta destacar la forma en la que el PP irrumpió en las elecciones municipales. Hasta ese momento éramos fuertes en grandes ciudades y ciudades medias. Ahora hemos pasado a tener ese apoyo en municipios pequeños, que era el gran bastión del PSOE y la gran dificultad que tenía el PP. Ha habido un cambio sociológico en Andalucía, basado en el apoyo a un modelo de gestión, de hacer las cosas de forma diferente y de pensar de manera distinta donde las familias y los andaluces son el centro de cualquier preocupación de las políticas que desarrolla el Gobierno de la Junta. Fue el gran espejo donde la gente se pudo mirar, y no solamente en nuestros gestores en el ámbito municipal. En la elaboración de las listas veíamos que muchas personas, a las que no les interesaba la política e incluso eran perfiles alejados del PP, se sumaban a las candidaturas porque se había generado una ilusión por la política que hasta ese momento no existía.

Respecto a las generales, el PP volvió a ser el partido más votado en Andalucía pero no se alcanzó el objetivo de llegar a la Moncloa. ¿Qué falló?

En Andalucía tuvimos un incremento de 700.000 votantes. El resultado fue muy positivo. Son elecciones diferentes, pero el apoyo constante y mantenido en el tiempo desde las autonómicas hasta las generales lo que hace es incidir en ese apoyo a una manera distinta de hacer las cosas que tiene el PP y que el PSOE no tenía. Pedro Sánchez no pisó Andalucía durante la campaña. Estamos hablando de la comunidad autónoma más poblada de España. El respaldo que los andaluces dieron a Alberto Núñez Feijóo se amplió de manera muy significativa.

En 2024 hay elecciones europeas. ¿Problemas como la sanidad pueden acusar desgaste al PP en Andalucía?

Las elecciones europeas son mucho más importantes de lo que nos creemos. Al final, gran parte de las soluciones a los problemas que tenemos en Andalucía van a venir por las políticas que se vayan a poner en marcha en la Unión Europea. Eso lo estamos viendo día a día en los Presupuestos. Unas cuentas en las que cada vez tienen más incidencia las partidas que vienen de la UE porque multiplican los servicios que puedes prestar o los proyectos que se quieren poner en marcha. Evidentemente, en Andalucía tenemos problemas y lo que queremos es tener una representación lo más amplia posible en el Parlamento Europeo para multiplicar proyectos. En definitiva, se trata de trabajar con nuestros alcaldes y que eso se traduzca en mejorar la vida de los andaluces.

¿Qué consecuencias va a tener para Andalucía el pacto de Pedro Sánchez con los independentistas?

El drama es que ya estamos viendo algunas cosas. No sabemos realmente su amplitud o hasta dónde van a llegar esos acuerdos. Desconocemos hasta qué punto pueden afectar negativamente a Andalucía. Por lo que conocemos, en nada favorecen a nuestra tierra. Todo lo que se ha pactado va en beneficio de otros territorios en detrimento de Andalucía. No estamos en contra de que se desarrollen otras comunidades autónomas, pero no vamos a dar ni un paso atrás. No queremos que los derechos de los andaluces se vean menoscabados por un acuerdo preferente con otras comunidades. Se están reconociendo acuerdos preferentes con Cataluña. El Gobierno está rompiendo el criterio de igualdad, la capacidad de que un joven andaluz tenga las mismas posibilidades que otros jóvenes de otros territorios. Ese es el modelo del PSOE. Y lo que más llama la atención es que es el modelo que está defendiendo el PSOE en Andalucía. Un partido que tenía una autonomía, criterio y que en principio parecía que defendía los intereses de los andaluces. El PSOE-A no sólo ha cambiado sus cabezas visibles, sino su filosofía de entender la política. Es el gran drama. El principal partido de la oposición se dedica única y exclusivamente a defender acuerdos que afectan negativamente a los andaluces.

Las asimetrías son evidentes. ¿Cree que es posible en este contexto llegar a un acuerdo para reformar el sistema de financiación?

La clave para tener un sistema de financiación que equipare a Andalucía con el resto de comunidades y además recupere los derechos que se han perdido como consecuencia de esa infrafinanciación es que haya una mesa donde nos sentemos todos. Eso no está pasando ahora mismo. El primer paso que se ha dado es que representantes del PSOE se reúnan con representantes de partidos independentistas con un mediador fuera de España. Empezar de esa manera no es la mejor para que en Andalucía tengamos la financiación que nos merecemos. No se trata de tener mil millones más o mil millones menos. Se trata de recuperar lo que hemos perdido durante muchísimo tiempo y de tener la capacidad de desarrollar los proyectos que vayan orientados a que las familias andaluzas vivan mejor, que los jóvenes tengan más oportunidades y que las empresas puedan desarrollarse en el mismo nivel de competitividad. Detrás de cada petición que está haciendo Juanma Moreno y el PP-A hay caras, esperanza y futuro.

El pacto de investidura de Sánchez con ERC incluye el traspaso de los Rodalies a Cataluña. La Junta se plantea esta reclamación siempre que vaya acompañada de la misma inversión, aunque la gestión de los Cercanías es compleja y deficitaria. ¿Es una competencia peligrosa?

Lo primero que tiene que hacer el Gobierno de Pedro Sánchez es cumplir con su obligación, que es vertebrar Andalucía desde el punto de vista de la comunicación intraprovincial e interprovincial. En los últimos cinco años no ha hecho nada. Las cuatro provincias de Cataluña tienen Cercanías. En Andalucía sólo tres. El Gobierno tiene que dotar de esa infraestructura a las provincias que no tienen Cercanías, porque quieren tener ese servicio. La Junta quiere esas competencias en las mismas condiciones que Cataluña. Primero, que haya una vertebración ferroviaria en Andalucía, que ahora mismo no la hay, y para eso es necesario que nos doten de recursos. Ahora mismo el Gobierno no tiene ningún plan para Andalucía en cuanto a los Cercanías. Hablamos de unas condiciones en igualdad, no de un trato preferencial como ha dicho abiertamente el ministro de Transportes.

La contestación contra Pedro Sánchez se ha rebajado en las calles. ¿La ciudadanía ha empezado a asumir las cesiones a los independentistas?

Lo que ha pasado con estas concentraciones es que el PP está conectado con la sociedad. Es la consecuencia de ser un partido creíble y de hablar el mismo lenguaje de la mayoría. Cuando ha hecho una convocatoria el respaldo ha sido masivo en todas las provincias de Andalucía. Algo que no se había visto nunca. Nunca un partido de manera unitaria ha convocado a tanta gente en la comunidad. Eso tiene mucho que ver con la forma que tiene de trabajar el Gobierno de Juanma Moreno, nuestros ayuntamientos y diputaciones. En definitiva, esa es la vía andaluza.

Juan Espadas acaba de ser nombrado portavoz del PSOE en el Senado. ¿Es un premio o una maniobra para preparar su relevo?

Hoy en el PSOE nadie entiende nada. Pedro Sánchez es el único que tiene en la cabeza la respuesta a esa pregunta. No sé si es un premio o un castigo. Sí sé que, cuando uno tiene que defender a Andalucía, donde tiene que estar es en Andalucía. Es una comunidad que tiene ocho provincias y más de ocho millones y medio de habitantes. Yo siendo secretario general del partido no me da tiempo a otra cosa. A Juan Espadas no le interesa Andalucía ni le interesan los andaluces, y lo estamos viendo día a día. Su discurso se basa en defender la amnistía, las reducciones de condenas y cualquier tipo de propuesta que haga Pedro Sánchez. Es complicado compatibilizar los intereses de los andaluces con las políticas que está desarrollando el Gobierno. Él es el defensor de esas políticas.

Recientemente se aprobaron los Presupuestos autonómicos con los únicos votos del PP. La oposición ha reprochado al Gobierno andaluz que ha aplicado el rodillo parlamentario. ¿No ha habido más margen para la negociación?

En el inicio del procedimiento se dijo que eran unos Presupuestos abiertos. Esa ha sido la realidad. Se han incorporado 85 enmiendas de la oposición, algo que nunca se dio cuando el PSOE gobernaba. Parece una broma que el PSOE hable de rodillo. El grupo popular ha negociado y ha replanteado su propio texto. Muchas de esas enmiendas las ha formulado el propio PP, un partido que escucha, que está en la calle y que ha valorado esas mejoras. En definitiva, lo importante de un Presupuesto es lo que genera, que es la libertad para desarrollar una estrategia que entendemos que es beneficiosa para la sociedad andaluza. Genera tranquilidad y estabilidad. Va a ser muy positivo para el año 2024.

Junta y Gobierno acaban de alumbrar el pacto por Doñana, un asunto que ha generado demasiadas controversias. ¿El Gobierno andaluz ha claudicado enterrando la proposición de ley que impulsó?

Lo que ha pasado en Doñana es lo que tenía que haber pasado desde el minuto uno. Siempre habíamos pedido diálogo y no sólo con el Gobierno, sino con todos los que podían verse afectados. Es verdad que ese diálogo ha llegado cuando ha llegado. Es una muestra más de la forma que se tiene de gobernar en Andalucía, de esa vía andaluza. Doñana se fundamenta en la gobernanza entre administraciones. No es una competencia directa de la Junta ni del Gobierno. Lo que nos están pidiendo desde ámbitos internacionales es que esa cogobernanza se materialice. Y así ha sido. Con independencia de este pacto, llegar a acuerdos con el Gobierno de Sánchez es muy complicado porque no es un presidente fiable. Antes de sentarse con cualquier otro partido necesita llegar a un acuerdo en su propio Gobierno. Nos hemos acostumbrado a escuchar que en el Gobierno hay consenso. Se supone que los ministros de un Gobierno se llevan bien entre ellos, con el presidente y tienen objetivos comunes. Eso pasa en cualquier Gobierno del mundo, del color que sea. Aquí no. También es importante que los independentistas aprueben o no una determinada línea de actuación. La fiabilidad de Sánchez y de su Gobierno está muy limitada.