
Política
Sin «constancia ni promesa fidedigna» de que una mujer releve a Maeztu como Defensor del Pueblo Andaluz
Salud, Dependencia y Vivienda son los temas «protagonistas» de las 31.675 actuaciones de la institución desarrolladas en 2024

El Defensor del Pueblo Andaluz confirmó su adiós para 2024 y en mayo de 2025 aún sigue en el cargo. Llegó al cargo en 2013 por acuerdo de todos los grupos del Parlamento de Andalucía y anunció que lo dejaría en septiembre de 2024 tras cumplir dos mandatos y sendos intentos de relevo que no fructificaron. Jesús Maeztu anunció en noviembre de 2023 su despedida en diferido como Defensor del Pueblo Andaluz, por edad –más de 80 años– y porque su segundo mandato –de cinco años cada uno– llegaba a su fin. Su ciclo en esta institución ha terminado tras una larga trayectoria vinculada a la defensa de los derechos sociales, de las minorías y del servicio público. De ahí que el Defensor del Pueblo Andaluz en funciones insistiera ayer sobre su sucesión en esta institución en que su deseo es que sea una mujer quien le sustituya. «No tengo ninguna constancia ni promesa fidedigna de que sea una mujer», señaló Maeztu, para cuyo puesto en su momento sonó también el ex vicepresidente de la Junta Juan Marín. Maeztu abundó en que hizo «una petición en el Pleno (del Parlamento) y dije que después de tres varones podía ser una mujer». Maeztu señaló que su preferencia no responde a «cuotas» sino a la premisa de que «una mujer y un hombre lo pueden hacer exactamente igual». «Es una idea personal que no tiene por qué ser cumplida», admitió Maeztu sobre unas negociaciones no concretadas aún. El Defensor en funciones señaló también que cuando hizo la petición en el Parlamento andaluz se levantaron los diputados y el presidente «aplaude», de lo que «deduzco que no está mal, que no ha caído mal», señaló.
De nombrarse a una mujer, sería la quinta en España tras las Defensoras de Cataluña, Canarias, Aragón y Galicia. «No tengo ningún papel en la renovación», señaló. «No tengo ningún papel, ni ninguna influencia, ni tengo ninguna información, ni la pido porque no soy quién», continuó. «Lo normal no estar permanentemente en funciones», abundó. «Creo que ya he cumplido con creces», dijo.
Maeztu defendió que la Defensoría del Pueblo «es una institución especial, autónoma, independiente». «Creo que hay buenas defensoras por ahí y eso es lo que quiero para mi Andalucía», dijo. Maeztu espera el relevo para antes del verano aunque recordó que en Navarra se postergó «siete años» o año y medio en Castilla y León. «Por el bien del funcionamiento de la institución no es bueno estar en funciones», recalcó tras un año en funciones que, al haber elecciones en 2026, podría prolongarse. «No tengo mala salud, espero que por lo menos no tenga que acudir a ninguna cosa así», dijo sobre un relevo forzado por circunstancias personales. «La esperanza siempre es lo último que se pierde», concluyó.
Maeztu entregó su informe anual al presidente del Parlamento, Jesús Aguirre. El Defensor en funciones destacó la atención en materia de salud pública, la preocupación por los retrasos en la Dependencia y la demanda para el acceso a la vivienda como las reclamaciones ciudadanas que han protagonizado el ejercicio de 2024, con una media superior a las mil quejas y mil consultas respectivamente en los casos de salud y dependencia. El balance total es de 31.675 actuaciones para las más de 46.000 personas que requirieron su intervención. En concreto, han sido 14.654 quejas gestionadas, 16.400 consultas y 621 acciones de promoción de derechos. Del total de actuaciones, el 58% se ha centrado en garantizar la dignidad de las personas y fortalecer el Estado de Bienestar; el 37% ha estado relacionado con la protección del planeta y el desarrollo económico; y el 5% abordó los derechos humanos.
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