Innovación
La digitalización al servicio de las demandas de la sociedad
La XII Feria de la Innovación aborda el papel de las nuevas tecnologías en la empresa, la universidad y las emergencias
Cómo ayuda la digitalización a la necesaria transferencia de conocimiento entre la universidad y la empresa, la innovación como herramienta para el progreso social y económico o la tecnología aplicada a la gestión de las emergencias. Son algunos de los temas que se abordaron ayer en la sesión de tarde de la XII Feria de la Innovación y Nuevas Tecnologías, organizada por la Diputación de Sevilla. Un espacio en el que una treintena de empresas del sector TIC dieron a conocer sus servicios, además ser un foro de reflexión sobre la importancia de la tecnología y la innovación.
Precisamente, la innovación está en el ADN del ámbito universitario. Los grupos de investigación, los docentes y los alumnos se apoyan en las nuevas tecnologías para ahondar en el conocimiento y aplicar las metodologías a la vida real. «Las universidades podemos ser un buen pegamento», aseguró María José Escalona, catedrática de la Universidad de Sevilla que participó en la mesa «Universidad y empresa, alianzas de futuro». Un encuentro que fue moderado por Loreto Valle, directora general de Planificación de la Investigación de la Consejería de Universidad de la Junta de Andalucía. Según Valle, «es imprescindible salir de los despachos y escuchar las necesidades de las universidades y de los centros tecnológicos». Por tanto, esta feria InproInnova 2025 «supone una gran oportunidad para encontrarnos y construir juntos».
Escalona puso buena nota a la relación entre la universidad y la empresa. «Progresa adecuadamente», subrayó, aunque señaló que «hay que tomar mucho café para conocernos». Luis Merino, catedrático de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), aseguró que la mitad de la financiación de su grupo de investigación proviene de la empresa privada. No obstante, «necesitamos talento. Hay muchos proyectos que no podemos abordar porque necesitamos ingenieros». Al igual que Valle y Escalona, subrayó la necesidad de «pisar el barro» y que las universidades conozcan de primera mano las demandas de las empresas. Pablo Millán, catedrático de la Universidad Loyola Andalucía, recordó que su institución académica nació muy ligada a la empresa en el año 2013 en el Campus de Palmas Altas, con resultados muy positivos en ámbitos como el de la agricultura inteligente y la robótica. «Hay que aprovechar los recursos disponibles para ser más ágiles», remarcó.
Por su parte, Alfredo García, coordinador del Grupo Cátedra OGA.AI, subrayó el buen entendimiento que mantiene con la empresa y con la UPO desde hace una década. Fruto de ello son los doctorandos industriales que mantiene su grupo, los doctores Quevedo o la cátedra ENIA de la Universidad de Sevilla y Google. Sin embargo, el ámbito universitario se enfrenta a retos, como por ejemplo la Inteligencia Artificial, una «tecnología que necesita una estrategia», apuntó Escalona, además de remarcar la función social de la universidad. «Me encanta ser la Celestina. Pongo en contacto a unos y otros porque nosotros, la universidad, tenemos el talento». Millán, de su lado, puso el acento en las demandas de la sociedad. «Es interesante dotarnos de estructuras para orientar la investigación a lo que la sociedad nos plantea». En este sentido, planteó la necesidad de crear nuevos modelos de gobernanza en esta dirección.
La aplicación de la IA en la prevención de incendios, nuevos sistemas de comunicación más eficientes para abordar las emergencias o la tecnología aplicada a la anticipación fueron algunos de los temas que se plantearon en la mesa «Innovación y tecnologías asociadas a las emergencias». Previamente, Matías Vinaza, técnico del Consorcio de Bomberos, desgranó el funcionamiento del sistema SIGRID, usado por el cuerpo para gestionar los avisos, los recursos disponibles y la actuación inmediata. «Para las emergencias rutinarias estamos preparados. No para las catástrofes, y ahí la tecnología nos puede ayudar mucho», aseguró. Vinaza puso como ejemplo lo que ocurrió en Sevilla el pasado 29 de octubre, cuando una gran tromba de agua colapsó la ciudad. «Recibimos 350 incidencias en ocho horas», señaló, no sin antes subrayar la necesidad de establecer un triaje para priorizar los recursos. El sistema SIGRID cuenta con varias herramientas muy útiles para el cuerpo, como un callejero digital o un listado de edificios singulares, pero su verdadero potencial se calibra por la posibilidad de coordinar a otros cuerpos cuando ocurre una incidencia grave. En este sentido, es fundamental la coordinación con la Policía Local, Protección Civil o el servicio de emergencias 112. Pero esta herramienta tiene más potencial y está pendiente, por ejemplo, la aplicación de un módulo de incidentes múltiples.
José Luis López, de Protección Civil, desgranó los detalles del decreto que regula los servicios locales de Protección Civil, poniendo énfasis en la «profesionalización del cuerpo». En la mesa de nuevas tecnologías se abordaron las potencialidades del 5G, por ejemplo, en zonas sin cobertura, para que se comuniquen entre sí los diferentes cuerpos y en zonas de mucha congestión como grandes eventos.