Cultura

La exposición "Amor sagrado y amor profano" de Jesús Zurita llega a Córdoba

La sala de exposiciones del Centro Cultural "José Luis García Palacios" de Fundación Caja Rural del Sur expone desde este miércoles la muestra del pintor

Cartel de la exposición
Cartel de la exposiciónEP

La sala de exposiciones del Centro Cultural ‘José Luis García Palacios’ en Córdoba de Fundación Caja Rural del Sur expone desde este miércoles, día 25 de octubre, la muestra del pintor Jesús Zurita denominada ‘Amor sagrado y amor profano’. El acto de inauguración de este nuevo evento cultural de otoño será a las 19:30 horas y en el mismo intervendrá el historiador Manuel Jesús Roldán Salgueiro. Las obras estarán hasta el día 25 de noviembre, con horario de mañana, desde las 11:00 a las 13:30 horas, y por la tarde, de 18:00 a 21:00 horas.

Jesús Zurita, nacido en El Carpio en 1990, es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, fue residente de la XIII promoción de la Fundación Antonio Gala y ha sido comisario de siete ediciones del festival de arte contemporáneo SCARPIA. Y ‘Amor sagrado y amor profano’ es una muestra expositiva que recorre los últimos diez años de producción de creador

De esta forma, partiendo de la frase de Simone Weil que sentencia como un dogma que “El deseo de luz produce luz” el pintor tiene presente en su obra que el anhelo metafísico es generador de valor y creador de una belleza que invita en su contemplación a la reafirmación de esa trascendencia.

Por ello, de su obra se ha escrito que “La remisión a lo divino no radica exclusivamente en la lectura simbólica de la obra, pues parte de lo evocado transita por la vía de lo inefable. En este caso la voluntad plástica no es la mera ilustración de un concepto, al serle la materialidad de la obra inextricable. Sirvan de ejemplo los papeles antiguos que hacen de soporte y que atestiguan la inquietante presencia de un tiempo pasado, el uso de estructuras propias del arte espiritual como el tríptico, o el minucioso uso del grafito y de las pátinas, que remite tanto a la mano que lo ejecuta como a la tradición que se hereda”.

Y también que “en su intento por establecer un puente entre la sensibilidad y la razón, Schiller definió en su día la belleza como la garantía sensible de la invisible moralidad. Esta es la estética que se dimana de unos dibujos y unas pinturas que inspirados por la conmoción del hombre ante la dimensión espiritual del amor pretenden rebasar esta experiencia a través de la senda de lo simbólico”.