Medioambiente

"Fertiberia sigue los pasos de Boliden al desoír los avisos"

El proyecto de la empresa química para sellar los fosfoyesos apilados en la marisma de Huelva no convence a la Mesa de la Ría ni la comunidad científica, que denuncia filtraciones de aguas ácidas

Estado de las balsas de fosfoyesos en Huelva
Estado de las balsas de fosfoyesos en HuelvaLa Razón

Hace 13 años, la Audiencia Nacional ordenó a Fertiberia el cese definitivo de los vertidos tóxicos a la marisma de Huelva y la reparación inmediata del entorno. Los fosfoyesos generados por la producción de fertilizantes durante más de 40 años se fueron apilando en balsas, dando lugar a un enorme vertedero radioactivo de más de 1.200 hectáreas. Algunas de esas balsas «se encuentran apoyadas directamente sobre suelo desnudo de marisma, sin ningún tipo de aislamiento, existiendo salidas de aguas ácidas que descargan directamente en el entorno», según el estudio elaborado por la Universidad de Huelva, el más completo elaborado hasta la fecha.

Para la recuperación de las marismas, Fertiberia presentó en 2020, tras un largo periplo de alegaciones, el proyecto Restore 20/30, que consiste en el «encapsulamiento total de los fosfoyesos para evitar cualquier contacto con el exterior, y la restauración y revegetación de los terrenos para integrarlos en la marisma, una vez drenada el agua interna y el agua infiltrada por las lluvias». Es decir, lo que plantea Fertiberia es, directamente, enterrar los residuos.

El mes pasado, la Junta de Andalucía dio luz verde a Restore 20/30 pese a la oposición de organizaciones vecinales, ecologistas y también de organismos como la Universidad de Huelva, que advirtió que «no da respuesta adecuada» a los tres objetivos que todo proyecto de ingeniería para el cerrado de residuos radioactivos, como son los fosfoyesos, debe plantearse. Estos son: «primero, garantizar la estabilidad física, su resistencia; segundo, garantizar el sellado de la estructura para evitar el flujo de contaminantes al medioambiente y a la población; y tercero, conseguir que las deformaciones sean aceptables, sin que se rompa la estructura».

«Fertiberia, al desoír los avisos, sigue los pasos de Boliden», advierte Juan Manuel Buendía, presidente de la plataforma vecinal convertida en partido político Mesa de la Ría. En este sentido, se pregunta cómo es posible que la Junta autorice un proyecto que no cuenta con el beneplácito de la comunidad científica. De hecho, Mesa de la Ría ha recurrido en alzada –el paso previo al contencioso administrativo– el proyecto de Fertiberia para los fosfoyesos y asegura que «estamos dispuestos a ir hasta el final».

«El gobierno andaluz está siendo temerario porque se ha comprobado, con mediciones de satélites, que las balsas se están hundiendo por la sobrecarga de residuos. También que ya se están produciendo filtraciones, ya que los suelos son muy permeables y los propios canales mareales de las marismas hacen de medio de transporte de esos lodos contaminados hasta la ría», explica Buendía. Las consecuencias, añade, no son solo ambientales sino también sanitarias: «Estamos convencidos de que el impacto ambiental en esta zona sacrificada por la actividad minera y química tiene que ver con que Huelva, junto a Sevilla y Cádiz, forme parte del triángulo de la muerte», apunta el portavoz de Mesa de la Ría.

Según el último Atlas de la Mortalidad en España y Portugal 2003-2012, elaborado por el Instituto de Salud Carlos III, el riesgo de mortalidad por algunos cánceres en Huelva es bastante superior a la media nacional. Concretamente en los cánceres de pulmón y laringe, el riesgo en los hombres onubenses es de entre un 30-50% superior. En las mujeres, el riesgo de mortalidad por cáncer de mama es hasta un 30% superior a la media. No obstante, no se ha podido comprobar que esté relacionado con la contaminación generada por el polo químico.

Desde Ecologistas en Acción exigen a Fertiberia que «devuelva las marismas lo más parecida a lo que era antes». Y eso, recalca el portavoz de residuos de esta ONG, Paco García, no se conseguirá con el proyecto Restore 20/30. La localización de la balsa de fosfoyesos se divide en cuatro zonas. En la zona 1 ya se taparon las balsas y, aunque se da por recuperada, «los residuos están volviendo a aflorar por la degradación de los materiales», reprocha García. Si bien reconoce que el proyecto de Fertiberia presenta mejoras relativas, avisa que «al cabo de unos años se producirá el mismo problema en el resto de zonas».

Por parte de Fertiberia, alegan que comparar lo que se hizo en la zona 1 con el proyecto Restore «carece de todo rigor». Además, desmienten las tesis de la Universidad de Huelva ya que el objetivo del proyecto es «el encapsulamiento total de los fosfoyesos para que no tengan ningún contacto con el medio circundante, incluyendo el sellado de la totalidad de los canales mareales que llegan hasta el apilamiento. Por lo tanto, cuando finalice la ejecución del proyecto y quede drenada el agua interna ocluida en los fosfoyesos con los sistemas de drenaje adoptados, no existirá ninguna conexión hidráulica entre los apilamientos, aguas superficiales o aguas subterráneas».