Mi hijo es asesor

En Doñana la fauna vive ajena a los desastres y calamidades que se le vienen encima desde que en Madrid sacaron la bandera de combate. Antes, las dos tibias y la calavera anunciaban que venían a por tí: o eran piratas o había veneno en el frasquito, pero algo malo seguro que te esperaba. Pedro Sánchez, experto filibustero, usa las dos cosas, el abordaje y la ponzoña, para intentar salvar los muebles en Andalucía atacando a Juanma Moreno, pero ahora iza la bandera de las estrellitas europeas. ¡Que sube la marea Juan! Como su hombre en el Sur ni está ni se le espera, sabe que metiendo el cuchillito en el corazón de la patria del lince y la Blanca Paloma acabará hundiendo a los populares en Andalucía. ¡Tururú!, porque lamentablemente el futuro del Parque Nacional quedará en el olvido una vez que se conozcan los resultados de las municipales y les darán morcillas a los pinos, los flamencos y las dunas móviles. Porque, si no, por qué están tan calladitos todos los alcaldes socialistas de la zona que todo lo más que han dicho es que «haya consenso».

Hacen lo mismo que Espadas antes de las anteriores andaluzas, las del «Juanmazo», pues en esas se tapó la nariz, cogió aire y se abstuvo de llamar criminales a los tipos de los pozos. La pobre estrategia que siguen es prácticamente la misma, eso sí, apelando a Bruselas como si viniera el coco. ¿Y quién coño (polla) es el coco?, pues resulta que unos señores que reciben información sesgada y filtrada por el grupo socialista de la capital belga. «¿Pero qué me dice?»

Amigo, se nos olvidaba que al pueblo de Jacques Brel mandan a los elefantes de las políticas y a los herederos del partido a hacer carrera. Ahí tienen al hijo de Luis Planas, asesor de la que le manda las cartas a la Junta contándole el cuento de que se van a cargar Doñana, tan panchito en la capital de la UE. ¿El hijo de un alto cargo socialista colocado de asesor? No me diga más.