Reencuentro
El regreso más esperado en Almonte antes de Navidad
La Virgen del Rocío vuelve al culto tras la restauración llevada a cabo por Fuensanta de la Paz durante tres meses
Poco antes de las diez de la mañana las inmediaciones del santuario del Rocío, en Almonte (Huelva), ya era un hervidero de devotos deseosos de reencontrarse con la imagen. Con la puerta del templo todavía cerrada a cal y canto se rezó la salve y, a la hora anunciada, el cerrojo sonó dando paso a la alegría desmedida. Decenas de romeros, móvil en mano, entraban en el santuario para contemplar a la Virgen del Rocío tras la restauración que ha llevado a cabo Fuensanta de la Paz durante tres meses. Se gritaron los «vivas» habituales en la romería, sonaron las campanas del templo y se lanzaron cohetes. La talla volvía a recibir las plegarias de sus hijos justo antes de una fecha marcada en rojo en el calendario: la Navidad.
La imagen se encontraba entronizada en la peana de plata de su paso procesional, en el plan de altar del presbiterio, según informó la Hermandad Matriz de Almonte en un comunicado. La restauradora Fuensanta de la Paz ha estado a cargo de esta actuación que se ha desarrollado en dependencias del propio santuario, en la aldea.
La patrona de Almonte viste el traje de los Montpensier, un histórico conjunto que ha lucido en grandes momentos como su coronación canónica o la visita de San Juan Pablo II. El Pastorcito viste a juego con la Virgen. Esta pieza textil, una de las más antiguas del ajuar de la Blanca Paloma, regresó la semana pasada del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, donde han limpiado, reforzado y estabilizado sus diferentes elementos: tejido, bordado, blonda y forros.
Las coronas que ambos lucen son las de la coronación canónica, de 1919; también de ese año es el rostrillo de la Virgen, conocido como «de Muñoz y Pabón», las ráfagas son las de punta de martillo, en plata sobredorada, de 1949 y las flores que exornan a la Reina de las Marismas son rosas y paniculatas de color blanco, inspirado en la pintura de la Virgen de Santiago Martínez.
Por la tarde, el obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, ofició una misa en el Santuario que pudo seguirse en directo en las redes sociales de la Hermandad Matriz.
El altar levantado para la ocasión lo conforman piezas de finales del siglo XIX o principios del XX, talladas, doradas y marmolizadas. Un retablo efímero flanqueado por dos ángeles del antiguo camarín de la Virgen, cuya autoría se atribuye a Cayetano D’Acosta.
Todo ello se enmarca en un cuajado exorno de flores naturales que ha sido donado por las hermandades y asociaciones rocieras. La realización de las jarras, en tonos rosas, ha estado a cargo de los santeros de la Virgen. Las guirnaldas de las pilastras laterales, compuestas por rosas rojas, hojas de eucaliptos, palmeras y diversas flores de fantasía, han sido confeccionadas por la floristería almonteña AnaFlor.
En declaraciones a Canal Sur Radio, el presidente de la Hermandad Matriz, Santiago Padilla, aseguró que la prueba «se ha superado con nota alta», dada la «emoción» de los fieles al reencontrarse con la imagen. «Esta Virgen a poquito que le hagamos brilla con luz propia», señaló, no sin antes destacar la destacada trayectoria profesional de la restauradora. Ver la reacción de la gente ha sido un momento de mucha satisfacción y tranquilidad».
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