Ecología
Luces y sombras del paraíso de las renovables
Cádiz es el epicentro de los parques eólicos, unas instalaciones con sello verde que, sin embargo, tienen un gran impacto paisajístico y en la población ornitológica y marina
Con un frente litoral azotado por fuertes vientos (en especial de levante), 3.316 horas de sol al año y una posición estratégica en el sur del continente europeo, la provincia de Cádiz se ha convertido en pocos años en el gran paraíso de los proyectos energéticos con sello verde. Iniciativas como el primer corredor marítimo de hidrógeno verde entre los puertos de Algeciras y Roterdam, que adquieren la categoría de hito están llamadas a marcar un antes y un después en una Europa dispuesta a erradicar en un 100% las emisiones de CO2 en el transporte marítimo y la industria. Un escenario energético en el que, como se observa desde la red de carreteras de la provincia, juegan un papel destacado tanto las plantas solares como los parques eólicos.
Las primeras no han dejado de expandirse en los últimos tiempos, haciendo de Cádiz una de las grandes provincias andaluzas y españolas en lo que a liderazgo fotovoltaico se refiere. Solo el año pasado, el mayor término municipal gaditano, Jerez de la Frontera, concedió licencia para nueve nuevos parques solares, con iniciativas de la magnitud del megaproyecto de Repsol en las cercanías de Torrecera (50 megavatios de potencia y otra posterior de 27,7) o el de Alcalá de los Gazules, con dos plantas (de unas 190 hectáreas) promovidas por el fondo de inversión inglés Glennmont Partners, que totalizarán 74 MW o, lo que es lo mismo, el consumo medio anual de 45.062 viviendas.
Plantas solares que ya el año pasado, según datos de la Agencia Andaluza de la Energía, produjeron 448,6 MW; es decir, casi el 13% del total de Andalucía y el 63% dela potencia eléctrica renovable de la provincia de Cádiz (destacan las de Arcos de la Frontera y Puerto Real, con una capacidad de 100 MW cada una) y que en este 2023 sumará nuevas instalaciones.
Un liderazgo energético que aún es más sobresaliente cuando se trata de parques eólicos. Y es que el año pasado la provincia de Cádiz, con más de 70 instalaciones de esta naturaleza, produjo casi el 40% del total de energía eólica de Andalucía; en torno a 1.395,97 MW, el doble de la segunda provincia, Málaga, con 643 MW.
Puerto Real, Chiclana, Medina Sidonia y Vejer de la Frontera son algunas de las poblaciones gaditanas que dan cobijo a unas instalaciones de las que son comarcas de referencia el Campo de Gibraltar y Jerez de la Frontera, así como la localidad de Tarifa; un auténtico califato del viento en el que se concentran más de una treintena de parques.
No obstante, no todo son luces en lo que a las energías renovables se refiere. El fuerte impacto visual que tienen sobre el paisaje, los problemas que plantean las plataformas eólicas en uno de los corredores migratorios de aves más importante del mundo (Estrecho de Gibraltar) y la incidencia negativa que las marinas pueden tener en la pesca y, muy en especial, en las almadrabas hacen que colectivos sociales, ayuntamientos, sector pesquero y ecologistas adquieran la categoría y el papel de auténticos «quijotes».
«Quijotes» que hace unas fechas, encarnaban los vecinos de uno de los pueblos más bonitos de España, Setenil de las Bodegas, en protesta por la proliferación de plantas solares en su término municipal y que ahora, y no es nuevo, vuelven a protagonizar pueblos costeros gaditanos. Concretamente, Vejer de la Frontera, Conil de la Frontera y Barbate protestaron frente a un proyecto eólico en su frente litoral que recoge el testigo, en lo que a preocupación y movimiento en contra se refiere, del ya descartado parque en aguas de la Bahía de Cádiz.
En esta ocasión, el proyecto sorprende aún más a ciudadanos, sector pesquero y ayuntamientos cuando, hace apenas unos meses, tuvo lugar la aprobación del Plan de Ordenación del Espacio Marítimo de la Demarcación Marina Sudatlántica, en el que se cataloga dicha zona de alto potencial para la conservación de la biodiversidad y la acuicultura marina.
Colectivos como Ecologistas en Acción también han advertido del peligro de instalar un parque eólico en el frente costero de Conil, Barbate y Vejer. Según esta organización, el proyecto de Ferrovial se debe alejar a un mínimo de 20 kilómetros de la costa para disminuir significativamente el impacto en el paisaje desde el litoral y reducir la afección sobre las aves costeras cuyo hábitat principal es la franja marítima más próxima a la costa. Además, recuerda que es una zona de Uso Prioritario (ZUP) para protección de la biodiversidad y la Defensa Nacional y también para la seguridad en la navegación, el patrimonio cultural y para la extracción de áridos.
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