Nuevo fiasco
A Málaga le cuesta salir en el escaparate
La ciudad, un destacado polo tecnológico y turístico, busca un evento con eco internacional
En apenas cinco meses, Málaga ha sufrido el segundo varapalo en su afán por situarse en el escaparate internacional a través de un evento de envergadura. Fue el pasado lunes cuando se confirmó en Lublin (Polonia) que la ciudad andaluza no había sido la elegida para ser Capital Europea de la Juventud en 2026, una distinción que, independientemente de su calado para poner en el foco del debate las necesidades y aspiraciones de la juventud, suponía reconocer las excelencias de la ciudad, que entraba en competición con Tromso (Noruega) –que se alzó con el título–, Sarajevo (Bosnia Herzegovina), Esmirna (Turquía) y Vila do Conde (Portugal).
En esta ocasión no se habían anunciado inversiones ni nuevas infraestructuras para el desarrollo de este evento. Sí fue el caso de la candidatura para albergar la Expo 2027, cuyo fracaso se materializó el pasado mes de junio. Tanto el Gobierno central como la Junta, el Ayuntamiento y la Diputación Provincial se aliaron para defender la propuesta malagueña, bajo el lema «La era urbana: hacia una ciudad sostenible». Era la guinda que había soñado el alcalde, Francisco de la Torre, para su proyecto de ciudad, después del fiasco que también supuso la no elección de Málaga para albergar la Copa América de Vela o el varapalo de la Capitalidad Europea de la Innovación. Finalmente, Belgrado (Serbia) se convirtió en la ciudad organizadora de la Expo, en la terna junto a Bloomington (Estados Unidos), Phuket (Tailandia) y San Carlos de Bariloche (Argentina).
Se quedó en el cajón, por tanto, el ambicioso proyecto urbanístico previsto en la zona de Campanillas. Muy cerca del aeropuerto, del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) y de la Universidad, contemplaba en los más de 700.000 metros cuadrados una zona de pabellones junto a espacios verdes, de restauración y de ocio. También 1.500 viviendas destinadas, en principio, al alquiler para los trabajadores de la muestra. Según un estudio de Analistas Económicos de Andalucía, el impacto de este evento hubiese sido de unos 2.900 millones de euros para la ciudad y habría permitido crear 31.000 empleos. Se esperaban más de 11 millones de visitas por parte de 4,6 millones de personas.
Estos sucesivos fracasos competitivos contrastan con el auge de la ciudad en el terreno tecnológico y su indiscutible vigor en el ámbito turístico. Según un balance de la Oficina del Inversor, en los últimos cuatro años se han instalado en la capital de la Costa del Sol más de 70 empresas internacionales, la mayoría del sector de las nuevas tecnologías. En total, se han creado más de 6.400 puestos de trabajo en este sector.
Esta dinámica positiva se reafirma con la apertura hoy del Centro de Ingeniería de Seguridad de Google, el tercero de estas características en Europa tras los de Munich (Alemania) y Dublín (Irlanda). En estas instalaciones, ubicadas junto al puerto, se impulsará el desarrollo de la investigación y las herramientas de última generación para combatir las ciberamenazas, además de compartir conocimientos y promover las habilidades digitales.
Esta iniciativa se une a otras recientes vinculadas a este campo, como la puesta en marcha del Centro de Ciberseguridad de Andalucía, el arranque este curso del grado de Ciberseguridad e Inteligencia Artificial de la Universidad de Málaga (el primero en España) o el acuerdo de la UMA con Samsung para formación especializada en ciberseguridad. Este ecosistema empresarial se completa con compañías como Hispasec, Freepik o Uptdown.
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