Entrevista

José María Páez, juez decano de Málaga: "No se puede hablar de fachas con toga"

Advierte de que «se ha atacado gravemente la independencia judicial» y asegura que creía que el PSOE era "un partido con sentido de Estado"

José María Páez, juez decano de Málaga
José María Páez, juez decano de MálagaEuropa Press

José María Páez es decano de los jueces de Málaga desde hace catorce años después de haber ganado cuatro elecciones de forma consecutiva que le han convertido en el magistrado más veterano en el cargo. Este será su último mandato al final del cual habrá dirigido dieciséis años los juzgados de una capital para la que reivindica más juzgados. No en vano, es uno de los decanos exclusivos que hay en España, -un total de once-, dedicado a la organización y representación de la judicatura malagueña.

¿Cuál es la salud de los Juzgados en Málaga?

Es manifiestamente mejorable, porque falta mucha inversión. El servicio que estamos dando no nos satisface desgraciadamente, y me duele reconocerlo porque los jueces dedicamos muchísimas horas de nuestra vida para evitar que esto sea así, teniendo de los índices de productividad más altos de toda España. Pero si a la hora de crearse nuevos órganos judiciales necesitamos entre veintiocho y treinta y tan sólo se crea uno, tardaremos en alcanzar lo que deberíamos alcanzar hoy en día.

¿Por qué no hay respuesta?

Para tener las infraestructuras necesarias y poder ofrecer una Justicia de calidad, hace falta inversión. A día de hoy, la Justicia tiene un presupuesto de dos mil millones de euros, pero si decides condonar quince mil millones, ahí estamos viendo las prioridades. Es necesario que exista un pacto de Estado y un claro compromiso para dar a la Justicia lo que requiere.

¿Comparte usted que falta interés por solucionar los problemas?

Es una evidencia. Lo reconozco, pero no puedo asumir la responsabilidad, que es de quien tiene que poner los medios para que esa Justicia funcione. Si yo tengo la capacidad de poner a la semana diez sentencias, y tengo cien sobre la mesa, es evidente que noventa no se van a poner. No hay capacidad para asumir mas trabajo. Nos ponen en una tesitura muy difícil, porque los medios son los que son.

Máxime cuando Málaga es una provincia con altos índices de litigiosidad…

Claro. Málaga ha experimentado un crecimiento exponencial, todo el mundo quiere venir a Málaga, todo el mundo quiere vivir en Málaga. Y ese notable aumento de población, lleva acarreado un aumento de conflictos, a los que hay que dar respuesta con todas las garantías, las que no se están dando.

¿No ha servido haber sido epicentro de grandes macrocausas y juicios de magnitudes hasta ahora implanteadas como todos los que derivaron de la corrupción urbanística años atrás?

Hasta hace no muchos años, de este tipo de actividades delictivas se ocupaban juzgados como la Audiencia Nacional con más capacidad que nosotros pero empezaron a darse casos como pudo ocurrir por ejemplo, en municipios como Estepona con jueces que acaban de salir de la carrera y cuentan con pocos medios, y se vieron obligados a afrontar determinados procedimientos que han supuesto un esfuerzo personal que ha llegado a costar la salud a jueces que se han dejado la piel en el camino. En Málaga casi se dio el pistoletazo de salida a estas macrocausas por la pujanza económica de la provincia y, este tipo de situaciones derivadas de esa actividad económica que no fueron acompasadas del crecimiento en infraestructuras necesario a nivel judicial.

¿Se ha llegado a dudar de que la Justicia sea justa?

La Justicia trata de ser justa y tiene que serlo; tiene que funcionar, en definitiva. Y para ello tiene que ser ágil y rápida, y contar con todas las garantías. Ese es el objetivo. El que sea justa, es algo a veces subjetivo, según el prisma desde el que se mire. A los ofendidos por el delito nunca les parecerá justa porque a lo mejor han sufrido pérdidas irreparables; desde el punto de vista del delincuente, hay que tener en cuenta también al entorno social que puede pensar que es cruel o ha sido lenta. Aquí, como en todo, hay opiniones para todos los gustos, pero nuestra misión es que sea igual para todos. Que no se rompa el principio de igualdad. Es probable que tardemos en resolver su caso, pero hay que tener la garantía de que el juez va a adoptar la decisión más justa acorde a la Ley.

¿Cuál ha sido el procedimiento que más le ha marcado?

Cuando ejercí en Cataluña, conocí delincuentes que han protagonizado programas de televisión, algo que siempre me impactó. Aquí en Málaga, la operación Malaya fue un procedimiento que refleja la magnitud de lo que puede llegar a ser la delincuencia; impresiona ver hasta qué punto la corrupción había hecho mella en el sistema, es algo muy preocupante, porque también puede derivar en el fin del Estado de Derecho.

A nivel nacional, ¿cómo valora los acuerdos que han culminado con la investidura de Pedro Sánchez?

Lo que ha ocurrido en las últimas semanas ha puesto de manifiesto una judicatura sin fisuras, todas las asociaciones de todas las tendencias se han unido para expresar su contrariedad a las maniobras a las que hemos asistido. Ya no se puede hablar de fachas con toga ni de otros descalificativos a los que por desgracia hemos estado sometidos. Creo que los acuerdos que se han adoptado y que han propiciado el actual Gobierno han supuesto un grave ataque a la independencia judicial.

¿En qué se traducen esos acuerdos?

En la quiebra del Estado de Derecho. El propio PSOE, a quien yo creía un partido con sentido de Estado, decía tiempo atrás y el presidente del Gobierno repitió hasta la saciedad lo que ahora ha avalado: una amnistía que es inconstitucional. Es algo que no deja de producir sorpresa, incredulidad, y una gran preocupación.