Política
Vox, de aliado de Moreno a unirse a la izquierda para su desgaste
La formación radical trata de colapsar el Gabinete de Salud con cerca de 500 preguntas parlamentarias sobre conciertos con la privada en plena crisis de las listas de espera
Vox, el otrora aliado de Juanma Moreno para acabar con el «cortijo socialista» en la Junta de Andalucía después de cuatro décadas, se ha pasado al «lado oscuro». La formación que en Andalucía lidera Manuel Gavira ha asumido la estrategia de la izquierda andaluza de desgaste al líder del Partido Popular. La intrascendencia política de la ultraderecha en una legislatura con mayoría del partido conservador está provocando que el grupo parlamentario de Vox, sus catorce diputados, adopten una actitud mucho más combativa de lo que venía siendo normal.
Moreno ha marcado distancias y ha centrado su discurso día a día, lo que le ha llevado a ignorar a los que fueron compañeros de viaje en la primera legislatura. Toda decisión conlleva una reacción. Y Vox ha visto en muy poco tiempo como se quedaba solo en momentos estratégicos. El acuerdo con el Gobierno de España para meter en un cajón la ley de regulación de regadíos en el Condado de Huelva es un claro ejemplo. Vox y PP iban de la mano y el presidente de la Junta rompió el plan tras conseguir el crédito electoral deseado en Huelva y ofrecer a los agricultores afectados una alternativa lo suficientemente atractiva como para renunciar a la proposición de ley y erigirse en adalid de la Agenda 2030 que tanto critica el partido de Santiago Abascal.
La aprobación del presupuesto de 2024 también ha supuesto una prueba evidente de este distanciamiento. «Nos hablan de que es un Gobierno de consenso, de diálogo y de acuerdos, pero luego presentamos desde Vox más de 670 enmiendas y solo nos aprueban el 1%», dijo Gavira. A su juicio, Andalucía tiene un Gobierno del PP-A «que confunde lo que es la mayoría absoluta con la verdad absoluta». El Gobierno de Moreno, según Gavira, se dedica a la «autocomplacencia». «Ve la realidad de Andalucía distorsionada y los problemas son los que son y los conocemos todos los andaluces», añadió.
Éste es exactamente el discurso del PSOE y de la izquierda andaluza, que ve la sanidad como la principal herida para hurgar. También Vox ha comprado ese argumentario y ha pasado a la acción. La pasada semana ya pedía a Moreno que fuera al Parlamento por las dimisiones del viceconsejero de Salud y del gerente del SAS: «Hablamos de su incompetencia; no todo es heredado», le reprochó.
Entre el 11 y el 12 de diciembre, en plena negociación del presupuesto, Vox registró cerca de 500 preguntas parlamentarias relativas a las intervenciones quirúrgicas derivadas a la sanidad privada desde 2019. Conscientes de cómo funcionan los gabinetes políticos, la estrategia está destinada a colapsar el funcionamiento del equipo de la consejera Catalina García. Vox, contrario a todo lo que suponga un incremento del gasto político, martillea con preguntas como «¿Cuántas intervenciones quirúrgicas de sustitución de válvula cardíaca no especificada se han derivado a centros sanitarios y servicios privados en Almería?» o «¿cuántas sustituciones de válvula aórtica, en mama bilateral, estabilización de rótula y reparación ligamento cruzado en rodilla...?». Así hasta 482 preguntas que pasan a otras listas de espera.
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