Salud en animales

Cuidado con hacer este gesto aparentemente inofensivo a tu perro en verano: “le puede costar la vida”

Refrescar a tu perro mal puede ser más peligroso de lo que crees, advierten los expertos: el golpe de calor puede ser letal en cuestión de minutos

Una mujer mojando a un perro con una manguera
Cuidado con hacer este gesto aparentemente inofensivo a tu perro en verano: “le puede costar la vida”Freepik

Cuando el calor aprieta, nuestro primer instinto suele ser refrescarnos de cualquier forma posible: buscar sombra, hidratarnos bien, incluso darnos una ducha fría. Y ese mismo reflejo lo aplicamos también a nuestras mascotas. Sin embargo, lo que parece un gesto amable hacia nuestro perro puede, en realidad, ponerlo en serio peligro si no se hace correctamente. Así lo ha explicado Thomas, conocido en redes como @ninjaskadi, un divulgador especializado en comportamiento canino, que ha lanzado una advertencia clara: “un golpe de calor le puede costar la vida a tu perro en cuestión de minutos”.

El gesto que puede costarle la vida a tu mascota

Durante los meses de verano, el golpe de calor es una de las emergencias veterinarias más frecuentes y peligrosas. Lo que lo hace especialmente traicionero es que puede desarrollarse de forma súbita y sin demasiados síntomas previos evidentes. “Le puede pasar a cualquier dueño, incluso a mí”, admite Thomas en su vídeo.

La clave está en la forma en que los perros regulan su temperatura corporal, que es muy diferente a la de los humanos. Mientras que nosotros contamos con un sistema de sudoración que permite liberar calor de forma eficiente, los perros únicamente pueden recurrir al jadeo, es decir, a intercambiar aire de forma rápida por la boca.

“El jadeo es su único mecanismo de refrigeración”, explica Thomas. “Pero cuando las temperaturas superan los 30 grados, especialmente al sol, este sistema se vuelve insuficiente. Y con un mínimo esfuerzo físico, tu perro puede entrar en colapso térmico”. Ante esta realidad, muchos dueños recurren a una solución aparentemente lógica: mojar al perro entero con una manguera o meterlo en una piscina. Pero según los expertos, esto puede ser contraproducente si no se hace con cuidado.

“El error está en mojarles todo el cuerpo sin pensar en cómo se va a evaporar ese agua”, señala Thomas. “Si queda demasiada agua atrapada entre el pelaje y la piel, especialmente en razas de pelo denso o doble capa, se genera un efecto tapón térmico que impide que el perro disipe el calor. En lugar de refrescarle, puedes estar empeorando su situación”.

La clave, según este educador canino, está en mojar las zonas adecuadas: “Refrescar las patas y el abdomen es la forma más eficaz. Por ahí es por donde más fácilmente pueden liberar el calor”.

Cómo refrescar a tu perro de forma segura

Para prevenir un golpe de calor y refrescar a tu perro correctamente, sigue estas recomendaciones:

  • Permítele caminar por fuentes o charcos poco profundos, donde sus patas y barriga entren en contacto con el agua.
  • Si decides mojarle con una manguera o cubo, hazlo en zonas estratégicas: las almohadillas, las ingles y el abdomen.
  • Evita mojarle completamente el lomo si luego no va a tener ocasión de secarse al sol o si tiene un pelaje muy denso.
  • Tras mojarle, ayúdale a sacudirse bien y, si es necesario, pásale la mano a contrapelo para eliminar el exceso de agua atrapada.
  • Nunca le tapes con toallas mojadas, ya que retienen el calor y pueden agravar el riesgo de golpe térmico.

¿Cómo saber si está sufriendo un golpe de calor?

Los síntomas pueden incluir:

  • Jadeo excesivo o dificultad para respirar.
  • Letargo o debilidad.
  • Encías muy rojas o pálidas.
  • Vómitos o diarrea.
  • Desorientación, tambaleo o colapso.

En estos casos, actuar con rapidez es crucial: llévale a un lugar fresco, moja sus patas y abdomen con agua fresca (nunca helada) y acude de inmediato al veterinario.

Cuidar de nuestro perro en verano implica unos cuidados específicos que el resto del año no realizas. Debes comprender cómo funciona su cuerpo y actuar con responsabilidad frente a temperaturas extremas. En días calurosos, el mejor gesto de cariño es protegerles del sol, evitar esfuerzos innecesarios y refrescarles bien… pero con cabeza. Porque su vida, literalmente, puede depender de ello.