
Mascotas
¿Dentro o fuera? Un experto desvela todos los mitos sobre los gatos que no salen a la calle
La World Cat Organization alerta sobre los riesgos de dejar a los gatos salir a la calle, acortando su vida y dañando el ecosistema…

La decisión de permitir a los gatos acceso al exterior es un debate recurrente entre sus dueños. Mientras unos defienden su libertad, otros alertan sobre los riesgos para el animal y las considerables consecuencias ecológicas que esta práctica conlleva.
En este marco, la World Cat Organization, una influyente comunidad de bienestar felino, ha abordado el tema en una reciente infografía. Su mensaje es directo: la vida exterior no mejora la calidad de vida de los felinos y, en muchos casos, la acorta de forma considerable.
La organización enfatiza que, pese a descender del gato montés africano, los felinos domésticos han evolucionado durante milenios en estrecho vínculo con el ser humano. Son especies domesticadas. La idea del exterior como "hábitat natural" ignora su vulnerabilidad.
Los peligros desvelados de la vida felina en la calle
La World Cat Organization desmiente varios mitos sobre la salida libre de gatos. Los gatos domésticos no forman parte de ningún equilibrio ecológico local; introducen una presión notable sobre aves, reptiles y pequeños mamíferos, contribuyendo al declive de especies, como sucede en Europa.
Aunque curiosos por naturaleza, los gatos son profundamente territoriales, dedicados a explorar y controlar su zona segura. Este comportamiento se satisface en un hogar bien estimulado. La creencia popular de que se aburren subestima la importancia del enriquecimiento ambiental; un gato estimulado se sentirá seguro y tranquilo en casa, evitando el estrés que implica el exterior.
La vida exterior expone a los gatos a peligros reales: atropellos en carreteras, envenenamientos accidentales o intencionados, ataques de otros animales o personas, y la exposición a enfermedades contagiosas como la toxoplasmosis. Un dato de gran calado es la esperanza de vida: los gatos de interior pueden vivir hasta 18 años, mientras que los de exterior rara vez superan los 5. Esta diferencia subraya la vulnerabilidad de los felinos al aire libre.
El estrés territorial en zonas con alta densidad de gatos y el elevado coste ecológico son aspectos cruciales. Sus hábitos depredadores llevan a la muerte de millones de aves y pequeños vertebrados al año, a menudo sin que los consuman. Este comportamiento convierte al gato doméstico en un superdepredador sin freno, capaz de alterar gravemente los ecosistemas locales.
La World Cat Organization no aboga por el aislamiento felino, sino por su adaptación al hogar. Existen alternativas seguras para que los gatos exploren su entorno: desde balcones y terrazas protegidos hasta recintos controlados, conocidos como 'catios', e incluso paseos supervisados con arnés. El enriquecimiento sensorial, junto con el uso de juguetes y rascadores adecuados, canaliza sus instintos de forma natural. Un vínculo fuerte con sus cuidadores constituye un pilar esencial para su bienestar emocional.
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