Dinosaurios
Descubren al dinosaurio más 'punk': no sale en 'Jurassic World', pero debería
Unas púas óseas fusionadas a las costillas, rasgo único entre los vertebrados. Así era el anquilosaurio más antiguo jamás encontrado, una nueva especie descubierta en Marruecos que reescribe la evolución de estas bestias acorazadas del Jurásico
El hallazgo en Marruecos de los restos del anquilosaurio más antiguo conocido está reescribiendo la historia de estos gigantes prehistóricos. Bautizado como Spicomellus afer, este dinosaurio habitó el norte de África hace más de 165 millones de años, en pleno Jurásico Medio, un descubrimiento que obliga a los paleontólogos a reconsiderar la evolución y distribución de esta familia de herbívoros acorazados.
De hecho, su aparición en el continente africano ha supuesto una enorme sorpresa para la comunidad científica. Hasta ahora, se pensaba que los anquilosaurios habían tenido una distribución mucho más limitada durante esa época. Este ejemplar no solo es el primero de su tipo hallado en África, sino que se erige como el más primitivo de todo el registro fósil mundial, adelantando la existencia de este linaje en millones de años. Este tipo de hallazgos paleontológicos, que redefinen eras y geografías, son tan fascinantes para los científicos como lo es la búsqueda y estudio de exóticos animales en peligro de extinción en la actualidad.
Sin embargo, lo que realmente distingue a este animal es una característica anatómica insólita. Spicomellus afer poseía una serie de púas óseas fusionadas directamente a sus costillas, una configuración sin precedentes en la historia de los vertebrados, tal y como describen en detalle desde ScienceDaily. Este rasgo único desafía por completo lo que se sabía sobre la morfología de los dinosaurios y su capacidad para desarrollar complejas estructuras defensivas. La constante aparición de especies con características sorprendentes, como este anquilosaurio, nos recuerda que el mundo natural aún guarda innumerables secretos por desvelar, entre ellos el reciente descubrimiento de una gigantesca tarántula con atributos únicos en otra parte del planeta.
Una armadura para la defensa y el cortejo
Por otro lado, los investigadores plantean que una coraza tan elaborada podría no haber tenido una función exclusivamente defensiva. La imponente exhibición de púas y placas óseas podría haber funcionado también como un potente reclamo visual durante el cortejo. Un despliegue de este calibre habría servido para atraer parejas, demostrando fortaleza y una excelente calidad genética frente a sus competidores en la lucha por la reproducción.
A este formidable arsenal se sumaban otros elementos disuasorios, como un collar óseo erizado de púas en el cuello, algunas de las cuales alcanzaban los 87 centímetros de longitud. Además, el análisis de sus vértebras caudales fusionadas sugiere que su cola terminaba en un arma similar a un mazo, una característica que se creía mucho más tardía, pues este hallazgo adelanta su aparición en al menos 30 millones de años. La presencia de este tipo de armas naturales subraya la constante carrera armamentística evolutiva entre depredador y presa, una dinámica que, aún hoy, define qué criatura es el animal más temido en África en los ecosistemas modernos.
Curiosamente, esta sofisticación ornamental parece haberse perdido con el tiempo en favor de la funcionalidad. Los anquilosaurios que vivieron millones de años después desarrollaron armaduras más simples y robustas. Una de las hipótesis más plausibles es que esta simplificación fuera una respuesta evolutiva a nuevos depredadores, lo que habría obligado a estas criaturas a priorizar la protección efectiva por encima de la ostentación para garantizar su supervivencia.