
Mascotas
No es el pelo de tu mascota: la OMS desvela el verdadero y oculto enemigo que provoca tu alergia
En países como México, más de la mitad de los hogares tienen mascota, una convivencia que para millones de personas alérgicas se convierte en un desafío diario para la salud que va mucho más allá del pelo

Tener que buscarle un nuevo hogar a una mascota por culpa de una alergia es una decisión dolorosa, un verdadero quebradero de cabeza para muchas familias. Sin embargo, antes de llegar a esa situación límite, existen numerosas estrategias que pueden hacer posible la convivencia. Plantearse la separación debe ser siempre el absoluto último recurso, una medida a considerar solo tras haber agotado todas las vías para mitigar los síntomas y garantizar el bienestar de todos.
De hecho, este conflicto es cada vez más frecuente. Un fenómeno que se observa con claridad en países como México, donde más de la mitad de los hogares ya tiene un animal de compañía, según datos del INEGI. El problema de fondo es que la alergia a los animales domésticos se ha convertido en una de las principales causas de rinitis y asma en los entornos urbanos, afectando a un número creciente de personas que se ven atrapadas entre el cariño por su animal y un malestar físico constante.
Además, es fundamental desterrar un mito muy extendido: no existen las mascotas completamente hipoalergénicas. Contrariamente a la creencia popular, y la clave no está en el pelo, sino en las proteínas en la saliva y la caspa del animal. La Organización Mundial de la Alergia (WAO) calcula que hasta un 30% de las personas con alergias respiratorias previas son sensibles a estos alérgenos, manifestando síntomas que van desde los estornudos y el lagrimeo hasta molestos picores en la piel.
Medidas para hacer compatible la mascota con la alergia
En este sentido, el primer campo de batalla es el propio hogar. Una de las medidas más eficaces consiste en establecer zonas vedadas para el animal, especialmente el dormitorio, para así crear un santuario libre de alérgenos durante las horas de sueño. A esta estrategia se suma el uso de purificadores de aire y aspiradoras con filtros HEPA de alta eficiencia, así como una limpieza exhaustiva y regular de textiles y la eliminación de alfombras, que son auténticos imanes para la caspa.
Por otro lado, el cuidado directo del animal juega un papel crucial. Cepillarlo con frecuencia, siempre en el exterior de la vivienda, y bañarlo con productos específicos ayuda a controlar la dispersión de los alérgenos. Incluso han irrumpido en el mercado alimentos formulados para neutralizar la proteína conflictiva presente en la saliva de los gatos, lo que abre una nueva e interesante vía para atajar el problema de raíz, directamente desde el foco emisor.
No obstante, cuando todo lo anterior no basta para controlar los síntomas más agudos, la medicina ofrece alternativas antes de tomar la drástica decisión de la separación. Existen los tratamientos de inmunoterapia, conocidos popularmente como las inyecciones contra la alergia, que pueden ayudar al sistema inmunitario a tolerar la presencia del animal, permitiendo que la convivencia deje de ser un problema de salud.
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