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Jardín
Si una mañana sales al jardín y el césped está levantando o hay algún agujero, no te preocupes. Cada año, miles de propietarios se enfrentan a los estragos de animales que escarban en el suelo en busca de alimento o refugio. Aunque puede parecer una molestia menor, identificar al responsable es fundamental para aplicar la solución adecuada y evitar daños mayores en el césped, los parterres o incluso en estructuras como cobertizos.
El reto, sin embargo, está en identificar correctamente al animal en cuestión. No todos los agujeros son iguales, ni todos los animales excavan por los mismos motivos. Por eso, más que una simple inspección visual, se trata de una tarea detectivesca que implica observar huellas, excrementos, la forma del daño e incluso la hora del día en que aparece.
La clave está en hacer las preguntas adecuadas. Aquí tienes los factores esenciales que deberías tener en cuenta si te enfrentas a un jardín horadado:
¿Está el agujero en medio del césped, junto a una valla, bajo un árbol o cerca de un edificio? El entorno puede dar pistas sobre el animal. Por ejemplo, las marmotas prefieren los bordes de bosques o estructuras humanas, mientras que los topos actúan más a campo abierto.
¿Es un hoyo pequeño como el de una nuez, o grande como una pelota de fútbol? ¿Hay tierra amontonada alrededor o parece una entrada limpia? Los topos, por ejemplo, dejan montículos cónicos, mientras que los topillos crean varias entradas pequeñas sin montículo visible.
Saber si el daño apareció durante la noche o en plena luz del día puede ayudar a descartar sospechosos. Los animales nocturnos como los zorrillos y mapaches suelen actuar mientras dormimos, mientras que otros, como las marmotas o las ardillas, son más activos de día.
Primavera y verano suelen ser épocas de mayor actividad, ya que muchos animales buscan un lugar seguro para criar. No es lo mismo un agujero en abril que uno en noviembre.
Huellas, excrementos, senderos en el césped o incluso restos de comida pueden servir como pistas para confirmar la identidad del visitante. Existen guías y recursos online que te pueden ayudar a distinguir entre ellos, aunque siempre puedes acudir a un profesional si las señales no son claras.
Los sospechosos habituales del jardín: estos son algunos de los animales más comunes que podrían estar detrás del desorden:
Algunos animales como zarigüeyas, serpientes o coyotes rara vez hacen sus propios agujeros, pero sí pueden ocupar los de otros. Verlos rondando no significa necesariamente que ellos sean los responsables.
Si has agotado las pistas, no logras identificar al animal o el daño se vuelve persistente, es momento de recurrir a un especialista en control de fauna silvestre. También es recomendable si detectas la presencia de un animal dentro de estructuras o muy cerca de tu vivienda.
Las agencias ambientales regionales o los servicios de control de plagas pueden ofrecer asesoría o intervención directa. Además, te informarán sobre métodos legales y éticos para resolver el problema, ya que en muchos lugares ciertos animales están protegidos por ley.
Antes de aplicar repelentes, venenos o instalar trampas, tómate el tiempo de observar y recopilar información. Identificar correctamente al visitante no solo evitará medidas innecesarias, sino que puede ayudarte a resolver el problema de forma más rápida, efectiva y segura para todos, incluido el ecosistema de tu jardín.
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