Vacunas

Sarampión: España, protegida frente a la epidemia europea gracias a su cobertura vacunal

Francia, Alemania, Grecia, Reino Unido y Rumanía viven uno de los mayores brotes. La OMS alerta de que 550.000 niños no se vacunaron

Sarampión: la alta cobertura vacunal protege a España en Europa
Sarampión: la alta cobertura vacunal protege a España en Europalarazon

Francia, Alemania, Grecia, Reino Unido y Rumanía viven uno de los mayores brotes. La OMS alerta de que 550.000 niños no se vacunaron

Vacunarse contra el sarampión para viajar por Europa. Esta afirmación, que requiere un comentario más preciso, resulta inaudita en pleno siglo XXI, cuando uno sólo se vacuna contra infecciones y enfermedades en países en vías de desarrollo y tales como la fiebre amarilla, la hepatitis A, las fiebres tifoideas, la encefalitis japonesa, el cólera, la rabia... Pero a nadie se le pasa por la cabeza que para pasar unos días por las principales capitales europeas, Roma, Berlín, París y Londres, haya que llevar vacunados a los menores de un año y lactantes. Aunque, desde el Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) puntualizaban en un comunicado a principios de semana que la inmunización es sólo necesaria si los periodos de estancia son prolongados, «en el caso de viajes cortos –el viaje de turismo estándar– el riesgo es muy bajo y no precisaría ninguna medida especial». Además, «la inmensa mayoría de los niños y adolescentes españoles están protegidos frente a enfermedades como el sarampión, entre otras» por el elevado cumplimiento del calendario vacunal.

Europa vive uno de los brotes epidémicos de sarampión más significativos de las últimas décadas. Aunque desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha asegurado que en el año 2017 el 90% de los niños de la región europea recibieron la segunda dosis necesaria de la vacuna contra el sarampión (un 2% más que en 2016), porcentaje que aumentó hasta el 94 en el caso de los que recibieron la tercera dosis de la vacuna contra la difteria, tétanos y tos ferina (DTP3). Unos niveles de cobertura logrados a través de esfuerzos concertados en muchos países que, a juicio del organismo de Naciones Unidas, representan un «progreso significativo» para llegar a cada niño con las vacunas que se merece y «cuando más lo necesita». David Moreno Pérez, coordinador del CAV de la AEP, médico adjunto de Infectología Pediátrica e Inmunodeficiencias de la Unidad de Gestión Clínica de Pediatría del Hospital Materno-Infantil y el Hospital Regional Universitario de Málaga, subraya la alarma que supone el brote «en países europeos como Rumanía, Francia, Grecia e Italia sí es un problema grave, con numerosos fallecidos. Y el número de casos que llevamos en 2018 van superando los de 2017, por lo que está claro que el problema va a más».

La OMS apunta que alrededor de 550.000 niños nacidos en Europa no recibieron su primera dosis programada de sarampión, que contiene la vacuna en 2017. «De enero a mayo de este año, la región de Europa registró más de 33.000 casos de sarampión y, trágicamente, también 32 muertes. Si bien hemos avanzado mucho, este impulso debe continuar hasta que alcancemos nuestra visión conjunta de una región libre de enfermedades prevenibles por vacunación», manifiesta el director de la División de Emergencias Sanitarias y Enfermedades Transmisibles de la OMS/Europa, Nedret Emiroglu. Como explica Federico Martinón Torres, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago y coordinador de la Unidad de Investigación en Vacunas del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago, «son muchos los motivos que hay detrás del resurgir del sarampión en Europa, una combinación de factores con diferente importancia en cada caso, que van desde una relajación en las políticas vacunales instaladas en la autocomplacencia de unas coberturas razonablemente buenas históricamente, la pasividad absoluta ante el estupidismo activo de movimientos contrarios al sentido común y la ciencia, hasta la irresponsabilidad extrema de representantes públicos que ponen en duda las vacunas, promueven terapias alternativas o hasta nos intenta ndevolver a las cavernas y nos quieren convencer de que la leche cruda es lo mejor o que los remedios “naturales” lo curan todo».

Por su parte, Moreno argumenta que «en países como Francia, Italia, Alemania y Reino Unido, aunque en diferente grado, el fenómeno antivacunas ha sido el principal detonante de este aumento desmesurado de casos de sarampión. En el resto de resulta probable que intervengan otros factores añadidos, como las deficiencias del sistema sanitario». Ante esta situación, nos encontramos con muertes por sarampión en Grecia y Francia, y con 8.343 casos (reportados desde 20 países de la UE) en los cinco primeros meses de 2018, frente a los 10.166 que se dieron en el mismo periodo en 2017. La diferencia de dos millares menos no ha reducido la alarma, al contrario, porque hay países en los que la tendencia se mantiene al alza, como en el estado galo y el griego, además del italiano y el germano. «Estamos ante una situación preocupante, y que debe de ser controlada. Pensar que están falleciendo personas por una enfermedad prevenible por vacunación es algo muy serio. Por eso la OMS y el ECDC están trabajando y todos los paises deben aplicar los esfuerzos necesarios. Los sanitarios tenemos un papel fundamental, especialmente los pediatras insistiendo en el cumplimiento del calendario vacunal», resalta Belén Aguirrezabalaga, responsable del grupo de vacunas de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria de Atención Primaria (Sepeap).

Escudo patrio

Y, en España, ¿cómo estamos? Resulta positivo ver que las elevadas tasas de vacunación, con una media por encima del 96% (tanto en primera dosis como en segunda) sirve para crear un «efecto rebaño» y mantener nuestro país a salvo de la terrible epidemia que viven los vecinos europeos. Aguirrezabalaga explica que «por supuesto, el brote que afecta a toda la Unión Europea nos está afectando, aunque en menor cuantía. Según los datos de vigilancia epidemiológica en nuestro país, nuestras cifras son mucho menores que países como Rumanía, Francia, etcétera, donde los casos se cuentan por miles. Los casos recientes son importados, y relacionados con éstos. Resulta fundamental el sistema de vigilancia epidemiológica de los casos».

Asimismo, Moreno subraya que «cuando se ha producido algún brote en España en los últimos años, habitualmente los afectados mayoritariamente son adultos jóvenes, no vacunados o parcialmente vacunados con una sola dosis. No hay que olvidarse de que España es un país con una alta movilidad poblacional entre la gente joven y con uno de los índices más altos de turismo de la UE». Y, por eso, Martinón Torres avisa de que la situación de inmunidad puede tambalearse, «el actual brote de sarampión en Europa, y el hecho de que todos los países vecinos tengan casos autóctonos de sarampión, eleva el riesgo de exposición de los españoles y pone a prueba nuestra inmunidad tanto individual como de grupo, sin duda. Pero lo más preocupante es la razón detrás de estos brotes, y es iluso pensar que España es inmune a estos fenómenos».

Los expertos consultados por A TU SALUD invitan a cuestionarse qué ha llevado a Europa a encontrarse en esta situación que pone en peligro a toda la población, ya que «el sarampión es una de las enfermedades más contagiosas conocidas, de tal manera que una persona infectada en el medio de una población vulnerable no vacunada, infectaría un promedio de 18 personas, y así sucesivamente. Para hacernos una idea un paciente con gripe infectaría a dos, uno con zika a dos, uno con ébola a 1,5. Por eso, en ausencia de vacuna, esta enfermedad se comporta de forma epidémica y se propaga rápidamente. Para contenerla e interrumpir la circulación del virus son necesarias tasas vacunales muy altas y mantenidas en el tiempo, no basta que sean buenas, tienen que ser excelentes», subraya Martinón Torres.

Hay que subrayar que la excelencia en estos casos apunta a coberturas superiores al 95%, tanto en primera dosis, como en segunda. «Hay que hacer un esfuerzo para que todos los pacientes pediátricos estén vacunados con las dos dosis, ya que la administración de la segunda debe de ser mayor de 95% para interrumpir la circulación del virus», puntualiza la responsable del grupo de vacunas de Sepeap. Aquí, España se halla en el selecto grupo de cuatro países que cumplen con este criterio. «Hay que insistir en la importancia en el personal sanitario que debe estar inmunizado para evitar casos secundarios», añade Aguirrezabalaga.

Pero, llegado este punto, ¿cuánto tiempo se mantendrá España inmunizada frente al sarampión? Martinón Torres alerta de que resulta «imposible calcularlo. La cobertura vacunal es el factor más importante, pero no el único. En este momento las tasas en España son buenas, la transmisión del sarampión esta interrumpida, pero debemos de huir de la autocomplacencia y tomar medidas que protejan esta situación, que pongan las vacunas en general en valor e impidan el progreso pasivo de movimientos antivacunas y estupideces “alternativas” en general».