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Trabajar para que la inmunidad materna acepte al bebé

El nuevo Centro Médico Ruber Internacional de Paseo de la Habana resuelve cualquier alteración inmunológica asociada a problemas en el embarazo

Silvia Sánchez Ramón y Daniel Pleguezuelo
Silvia Sánchez Ramón y Daniel Pleguezuelolarazon

El nuevo Centro Médico Ruber Internacional de Paseo de la Habana resuelve cualquier alteración inmunológica asociada a problemas en el embarazo

El sistema inmunitario desempeña un papel clave en el embarazo. Al inicio y al final de la gestación se requiere un proceso inflamatorio coordinado por la inmunidad conforme a los cambios endocrinológicos y de la biología del desarrollo. El resto de la gestación se caracteriza por un predominio antiinflamatorio, que corresponde a lo que se conoce como «tolerancia materna». Pero no siempre es así. La tolerancia materna puede verse alterada y poner en riesgo el desarrollo del embrión. Con el fin de corregir estas alteraciones, el Hospital Ruber Internacional ha ampliado una consulta de Inmunología Reproductiva en el nuevo Centro Médico situado en Paseo de la Habana (Madrid), donde un equipo de inmunólogos clínicos diagnóstica y trata los factores inmunológicos implicados en el proceso de la reproducción humana.

Más allá de problemas inflamatorios durante la gestación, la Unidad de Inmunología también ofrece un diagnóstico y tratamiento de las alteraciones inmunológicas que pueden afectar a cualquier paciente. Es el caso de las inmunodeficiencias, trastornos que comprometen la función protectora de nuestras defensas frente a las infecciones. Las inmunodeficiencias pueden ser congénitas, como las primarias y aparecer en el periodo neonatal, en la infancia o más adelante a lo largo de la vida; o adquiridas, secundarias a la administración de fármacos inmunosupresores para el tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas, quimioterapia para el cáncer y trasplantes.

La Unidad de Inmunología del nuevo centro médico también diagnostica, trata o busca dianas de tratamiento junto a otras especialidades médicas en enfermedades autoinmunes. Las señales de alarma para la sospecha de una inmunodeficiencia son infecciones graves que requieren hospitalización y tratamientos antibióticos por vena, infecciones bacterianas frecuentes o por gérmenes que habitualmente no deberían causar infección.

Hay muchas formas inflamatorias que influyen negativamente en el embarazo y pueden causar desde prematuridad, fallos de implantación de embriones y abortos recurrentes. El síndrome antifosfolipídico es una de ellas y se considera la causa más frecuente de los abortos de repetición, denominados así a partir de dos abortos espontáneos o uno sólo, si es después de la semana diez de embarazo. El síndrome antifosfolipídico aparece cuando el sistema inmunitario induce lesiones al unirse los anticuerpos antifosfolipídicos a componentes normales de los vasos sanguíneos y células de la sangre. Tal y como explica la responsable de equipo de la Unidad de Inmunología Ruber Internacional de Paseo de la Habana, la doctora Silvia Sánchez Ramón, «son unos anticuerpos que se unen sobre todo a los fosfolípidos de las plaquetas y de las células de la pared de los vasos, el endotelio, induciendo un estado de hipercoagulabilidad, inflamación de los vasos y trombosis». Este síndrome puede causar problemas en la placenta. «En los casos más leves, supone una disminución del flujo sanguíneo del bebé, que puede crecer menos, o que haya una prematuridad o que se pierda el embrión».

Origen endocrino

Otros problemas inmunológicos son de carácter autoinmune endocrino, como el hipotiroidismo autoinmune (trastorno de la glándula tiroidea) o la diabetes. Mientras que en los últimos años se han descubierto problemas en la compatibilidad genética del bebé con su madre, para la correcta activación de los mecanismos inmunológicos necesarios para facilitar la implantación y el desarrollo de la placenta, lo que se conoce como incompatibilidad de combinaciones de HLA-C y receptores KIR. «Hay combinaciones que favorecen que la placenta no funcione bien, de forma que el bebé puede no crecer conforme a la edad gestacional y aparecer patologías como la preeclampsia o la eclampsia o incluso que se pierda la gestación», explica Sánchez Ramón.

El diagnóstico de estos problemas llega por una batería de pruebas: análisis de sangre donde se descartan anticuerpos relacionados con problemas en la gestación. Se observa cómo está el sistema inmunológico, el estado inflamatorio y la incompatibilidad HLAC, que tiene una prueba específica. Según la doctora Sánchez Ramón, «buscamos marcadores de inflamación. En los últimos años se había visto que las células natural killer citotóxicas (del sistema inmune innato) son consideradas como un indicador de inflamación activa (marcador subrogado), si están elevadas en sangre. Ahora estudiamos los monocitos, otras células clave en la inflamación».

Tratamientos específicos

«Para el síndrome anti-fosfolipídico, el tratamiento básico se hace con profilaxis antitrombótica: Aspirina y heparina a dosis bajas», detalla la experta. En el caso del tiroides se normaliza la hormona tiroidea. Los tratamientos son beneficiosos en la mayor parte de los casos. «En el síndrome antifosfolipídico hablamos de entre un 85% y 90% de éxito», asegura. Mientras que en la incompatibilidad HLAC se busca mejorar la vascularización y el desarrollo de la placenta, si bien los tratamientos no están aún consensuados.

Las inmunodeficiencias disponen de sus propios tratamientos. Como indica el doctor y miembro del equipo de inmunología del nuevo Centro Médico Ruber Internacional, Daniel Pleguezuelo, «desde aquí podemos detectar los pacientes precozmente y pautar tratamientos en Hospital de Día». En el caso de las inmunodeficiencias primarias y secundarias más frecuentes, la terapia se basa en administrar las defensas que faltan. «Si son anticuerpos se pueden poner éstos por vía intravenosa en Hospital de Día. El paciente viene cada tres o cuatro semanas al hospital a ponérselo. Otra opción es hacer el tratamiento en casa por vía subcutánea y lo pueden hacer en casa en una hora como máximo. El tratamiento puede ser desde una vez al mes, a la semana o cada dos semanas», asegura Pleguezuelo.

EQUIPO PIONERO EN EUROPA

En las enfermedades de base inmunológica se buscan tratamientos útiles para su uso y administración en el hospital. «Cada infección que pasa un paciente, por mucho que luego se le empiecen a dar antibióticos, deja huella...Y cuanto más tiempo de retraso exista, más complicaciones puede tener», asegura Pleguezuelo. Y muchas de ellas son irreversibles, «de modo que se pierde capacidad pulmonar o aparecen otras complicaciones en otros órganos, como el hígado, el bazo, los riñones o en la piel», añade. Si se cumple esto, la efectividad del tratamiento es muy grande, «los pacientes cambian y dejan de tener infecciones importantes», afirma Pleguezuelo. Así, el Centro Médico Ruber Internacional de Paseo de la Habana destaca por la gran experiencia de su equipo, pues es pionero en Europa tanto a nivel de diagnóstico como de tratamiento.