
Especies
Este es el plan que tiene Baleares contra las culebras invasoras
Además de la captura directa, se están desarrollando reservas urbanas y refugios artificiales para esta especie, que supone una amenaza cada vez mayor para la lagartija pitiusa

La lagartija pitiusa, especie endémica de las islas Pitiusas se enfrenta a una amenaza creciente debido a la expansión de la culebra de herradura, un depredador invasor que pone en riesgo la biodiversidad local.
Durante décadas, estos pequeños reptiles han sido un símbolo de la fauna balear, reconocidos por su diversidad cromática y adaptaciones únicas en cada islote. Sin embargo, la presión de especies exóticas ha modificado drásticamente el equilibrio ecológico.
Según Tomàs Bosch, jefe del Servicio de Especies de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural del Gobierno de Baleares, la proliferación de la culebra de herradura es alarmante, como ha publicado el National Geographic. Actualmente, esta especie invasora ocupa más de tres cuartas partes de Ibiza y se ha extendido a algunos islotes cercanos gracias a su capacidad para nadar. Esta expansión ha generado un impacto directo en las poblaciones de lagartijas, cuyo declive podría acelerar la pérdida de biodiversidad en el archipiélago.
La situación en Formentera, más controlada
En Formentera, la situación es algo más controlada, aunque preocupante. La culebra de escalera, menos depredadora que la de herradura, se concentra principalmente en la zona de La Mola, donde su incidencia sobre las lagartijas es limitada. Aun así, los expertos insisten en la necesidad de acciones preventivas y de control para evitar que la presencia de ofidios se extienda y genere daños irreversibles.
Desde 2016, el Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares (COFIB) ha puesto en marcha campañas de captura y control de serpientes en las Pitiusas. Solo en 2024, las intervenciones lograron retirar 3.072 culebras en Ibiza y 806 en Formentera, evidenciando el esfuerzo constante por contener a estos depredadores.
No obstante, lograr una erradicación completa en Ibiza es prácticamente inviable debido a la extensión y adaptabilidad de la especie. Por ello, los programas se centran actualmente en reducir y controlar la población de culebras y proteger las áreas más sensibles desde el punto de vista ecológico, incluidos los islotes.
Peligrosa por su comportamiento activo
La culebra de herradura es especialmente peligrosa por su comportamiento activo, su preferencia por zonas rocosas y soleadas y su capacidad de colonizar nuevos hábitats. Para minimizar riesgos, las autoridades aplican estrictas medidas de bioseguridad, prestando especial atención a viveros y puertos, y controlando la importación de árboles ornamentales u otras cargas que puedan servir de vehículo a especies invasoras.
La aprobación del Decreto Ley 1/2023 supuso un avance significativo, estableciendo regulaciones específicas para la protección de las lagartijas y para la prevención de la introducción de ofidios.
Captura directa y refugios artificiales
Además de la captura directa, se han desarrollado reservas urbanas y refugios artificiales, que ofrecen entornos seguros para las lagartijas, fomentan la reproducción y permiten la preservación de su hábitat natural.
Paralelamente, se han iniciado programas de cría ex situ en colaboración con instituciones como el Zoo de Barcelona, creando poblaciones fuera del hábitat natural para garantizar la diversidad genética y preparar futuras repoblaciones en condiciones seguras, libres de serpientes invasoras.
Pese a los avances, los expertos subrayan que la mayor amenaza continúa siendo la culebra invasora, por lo que las campañas de control, monitoreo y educación ambiental deben mantenerse y reforzarse.
La conservación de la lagartija pitiusa se convierte así en un objetivo prioritario para proteger el legado natural de las Pitiusas y asegurar que estas especies endémicas continúen siendo un elemento distintivo de las islas balears.
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