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El imprudente flirteo con Torra

El imprudente flirteo con Torra
El imprudente flirteo con Torralarazon

El posicionamiento de un país en el orden mundial depende en gran medida de la capacidad para sumar esfuerzos, aunar voluntades o aprovechar sinergias entre sus gentes y en España queremos asomar la cabeza entre las potencias que marquen el paso en derechos sociales, educación y sanidad de calidad, investigación, tecnología, economía pujante... Diríamos que son objetivos comunes reconocibles por cualquier español y el Gobierno debe velar por ello sin titubeos.

Pedro Sánchez entró en la Moncloa por la puerta de atrás y con apoyos otrora inconfesables –no así en los tiempos actuales– y a ellos se debe. Ese es el primer gran error, anteponer los intereses de los socios coyunturales al de los españoles. Si observamos la crítica por la errática política europea en materia de inmigración tiene fundamento y se basa en la división entre los diferentes países que conforman la UE a la hora de abordarla. Esa fractura es la que desde hace años acecha a España en clave interna impulsada por los independentistas catalanes y que amenaza con romper nuestro proyecto común.

Quien ahora dirige los destinos de España no debe ceder en este apartado porque está mandatado por la Constitución a mantener la unidad del país y tampoco debe mercadear prebendas con los independentistas para aplacarles durante una temporada coincidente con la que él es inquilino de la Moncloa. La reunión de Sánchez con el presidente catalán, Quim Torra, se convirtió en un imprudente flirteo con un político que sigue defendiendo la autodeterminación de Cataluña mediante un proceso unilateral.

El propio Sánchez tachaba de ‘supremacista’ a Torra una semanas antes de convertirse en presidente del Gobierno pero en el encuentro protocolario ya dejó claro su giro. El comunicado a través de la cuenta de twitter de la Moncloa se emitió en catalán y hubiera sido un gesto que el de la Generalitat de Cataluña se hubiera hecho en español, pero no se hizo. Es un detalle muy menor pero que revela el intento de agradar de Sánchez a quien no respeta las mínimas reglas de la democracia.

Elevando el calado de los temas abordados en ese encuentro encontramos la disposición del presidente del Gobierno a solucionar el “déficit fiscal” en Cataluña. Ese concepto tan discutido cuando se confronta con la solidaridad interterritorial y otros parámetros que han hecho crecer a España revela la voluntad de privilegiar a unos territorios frente a otros.

La pregunta que me hago es si la Comunidad Valenciana va a tener que contemplar cómo se cambia el modelo de financiación para beneficiar a Cataluña –como ya sucedió con Zapatero en 2009– lo que irá en detrimento de otras regiones y recuerdo que ese modelo socialista vigente ha conducido a los valencianos al furgón de cola en el sostenimiento de los servicios públicos. No permitiremos que se repita e insista en el error y la injusticia.

Sánchez solo busca extender los apoyos parlamentarios en el tiempo para resistir lo que resta de legislatura pero no puede hacerlo a cualquier precio. El rango de igualdad del Gobierno autonómico catalán con el de España que Torra pretendió en la reunión no se puede consolidar a la hora de tomar decisiones que afectan al conjunto del país.

Es Cataluña una parte importante de España pero Sánchez no puede dar aire a quienes quieren romperla y además divulgan de manera pública su deseo de anexionar Baleares y Comunidad Valenciana a su proyecto independentista. Sería una temeridad que puede costarnos años de sufrimiento y los valencianos no estamos dispuestos a que quienes menosprecian y comprometen nuestra historia y cultura sean los “favoritos” de un PSOE a la deriva y débil. Tenemos una identidad propia y la defendemos con orgullo y aviso que no admitiremos injerencias.

Si algo demostró el PP en el Gobierno es que por encima de las siglas están los ciudadanos y jamás negoció con los preceptos constitucionales y fundacionales del Estado. Y tampoco buscó atajos para hacer más placentero su mandato. Sánchez acerca a los políticos golpistas que están en prisión y amaga con la revisión de la petición de pena del fiscal y cuestiones similares. Es una fuente de inquietud.

Los españoles quieren seguir unidos para construir un país mejor y huyen de las aventuras independentistas que han golpeado a Europa durante el siglo XX y que le ha conducido a enfrentamientos que debemos enterrar. Eso es lo que debe pensar Sánchez y no en apoyos de ERC, Bildu o PDeCat para mantenerse en la Presidencia.

Es lógico pensar que si la política de cesiones a Torra se ejecuta, los valencianos no nos vamos a quedar parados. Desde la formación que presido no vamos a tolerar que haya infrafinanciación de la sanidad o la educación, ni que se releguen a un segundo plano infraestructuras que favorezcan una mejor conexión con el resto de Autonomías.

La Comunidad Valenciana no puede quedar sepultada por el trato de favor a Cataluña y si Ximo Puig mantiene su silencio cómplice nosotros elevaremos la voz para defender la libertad, la igualdad de oportunidades y la solidaridad entre territorios. Son conceptos básicos para la convivencia y esperemos que el ego desmesurado de Pedro Sánchez no convierta los gestos en pasos en falso de consecuencias impredecibles.