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Gana Alicante

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Apenas han pasado tres años, ni siquiera una legislatura completa, y la actuación del tripartito al frente de la Alcaldía de Alicante ha acabado en desastre. Un fiasco que han sufrido los alicantinos en primera persona con una parálisis casi absoluta de esa UTE de partidos nacida para desalojar al PP a toda costa, sin otro proyecto en el zurrón.

Es esa incapacidad para construir la que ha dado al traste con un intento por cambiar las políticas que ellos entendían equivocadas del PP en las dos últimas décadas. Cuando se pusieron frente al espejo de la gestión vieron reflejada una imagen hierática. Destruir al adversario puede ser una buena excusa para juntar siglas que, de otra forma, comparten menos cosas de las que aparentan pero gobernar juntos.. ha sido la prueba del algodón.

El final de Gabriel Echávarri aferrándose al cargo durante meses pese a estar incurso en dos procedimientos judiciales es solo la punta del iceberg. Ese desgaste personal y de las siglas del PSOE en la ciudad era innecesario, sobre todo, porque ya había perdido el apoyo de sus socios de gobierno y Alicante era una ciudad donde la iniciativa institucional no existía.

Dos tránsfugas (una de la marca local de Podemos en la ciudad y otro de Ciudadanos) ya mostraban al comienzo de la legislatura que las cosas no se estaban haciendo de manera sensata. El PP mantuvo la cordura, la responsabilidad y lo ha seguido haciendo hasta el momento en el que se votó el relevo en la Alcaldía, tras la dimisión forzada de Echávarri, y los concejales de los partidos de izquierda no fueron capaces de aupar a una alcaldesa socialista. No debían fiarse.

De ese trance salió vencedor el Partido Popular, el mismo que triunfó en las urnas y fue el más votado por los alicantinos y que los pactos posteriores lo descabalgaron de la Alcaldía. Como presidenta regional garantizo que en este año que resta de mandato nos vamos a dejar la piel por renovar las ilusiones de los alicantinos y poner en orden una ciudad que ha estado sumida en el abandono.

El nuevo alcalde, Luis Barcala, va a hacer todo lo posible junto a los concejales del grupo municipal popular para que la parálisis deje paso a un dinamismo que lleve a Alicante a tener la atención y el protagonismo que merece. Hay que eliminar el sectarismo que ha practicado el tripartito y recobrar la libertad de acción con mayúsculas. Queda un año pero estoy convencida de que los alicantinos van a notar con fuerza ese cambio.

Este giro político al frente de la institución también demuestra el talante de las dos personas que capitanean los destinos del PSPV y Compromís. Tanto Ximo Puig como Mónica Oltra han declinado abordar el fracaso del tripartito ejerciendo una responsable autocrítica. Por contra han cuestionado la legitimidad del PP para acceder a la Alcaldía pero deberían recordar que fuimos los más votados y respaldados en la ciudad y que en tres años Compromís, PSPV y Podemos han sido incapaces de convencer a los ciudadanos de sus “bondades”, ni tan siquiera han podido convencerse entre ellos de la conveniencia de seguir juntos.

Queda mucho camino por delante y el PP va a volcarse en apoyo de la ciudad, como lo hará el presidente nacional, Mariano Rajoy, que el próximo día 5 de mayo estará allí junto a la dirección regional del PPCV para brindar ese respaldo al proyecto que encabeza el alcalde, Luis Barcala. La responsabilidad es la seña de identidad de nuestro partido y todas las inversiones destacadas en Alicante han llegado de la mano del Gobierno de España frente a la falta de ejecución presupuestaria de la Generalitat y el descontrol del equipo de gobierno municipal.

Esta oportunidad en el tramo final de la legislatura va a permitir al PP en la Comunidad Valenciana demostrar que somos un partido renovado, con ganas, ilusión, y pegado al sentir de la calle. El único objetivo es resolver problemas de los ciudadanos y colaborar en el impulso de las mejores soluciones.

Vamos a dejar atrás la etapa de los líos que ha supuesto esta alianza tripartita centrada en el dogmatismo y la destrucción de todo aquello que planteó el PP durante décadas (muchas ideas podrán ser rescatadas). Y esperemos que los socialistas alicantinos, que han entrado en una fase de autodestrucción, frenen esa deriva porque la Comunidad Valenciana no necesita un PSOE débil que acabe cediendo a manos del radicalismo de los independentistas y los antisistema.

Siempre he ofrecido desde que presido el PPCV, consenso y grandes pactos. Estamos en un tiempo donde el acuerdo debe primar por encima de todo pero si Puig, como ha hecho hasta la fecha, sigue declinando esa oferta, encararemos con fuerza la campaña que desembocará en las urnas dentro de un año. Hay partido y vamos a jugar fuerte para defender a los ciudadanos y Alicante ya ha demostrado que el PP es la opción más seria y responsable para esa defensa. Gana Alicante.