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Políticos de escaparate

Políticos de escaparate
Políticos de escaparatelarazon

El ser humano necesita evadirse de sus problemas diarios, tener ocupaciones alternativas que le satisfagan frente a sus quehaceres y ocupar sus ratos de ocio como mejor convenga. Esos ratos de divertimento y de escapar de lo áspero del momento animan el espíritu y son recomendables. La familia, los amigos, practicar deporte, visitar museos, ir a un concierto de música, mirar escaparates, pasear, navegar..., cada persona busca su refugio preferido.

Resulta raro que la política sea esa actividad donde prime el aspecto lúdico-festivo y lo es más que quienes tienen responsabilidades públicas la conviertan en una profesión donde el numerito, las ocurrencias, los eslóganes fáciles y achacar al adversario todos los males que uno no sabe resolver pasen a encabezar su leit-motiv. A los ciudadanos debe resultarles descorazonador que sus anhelos de obtener con esfuerzo una vida mejor no ocupen espacio en la agenda de algunos gobernantes que sí se dedican a esa vertiente no prevista de la política: la del escaparate.

Los valencianos estamos comprobando en esta legislatura las dos caras de la política. La responsable que encarna el Gobierno de Mariano Rajoy con inversiones reales y la de parálisis y superficialidad de la Generalitat que encabezan Ximo Puig y Mónica Oltra. Esta misma semana Fomento reinauguraba el puente de Fernando Reig en Alcoy que ha supuesto una inversión de más de once millones de euros en su restauración y que garantiza la calidad de la principal conexión de la población con el sur de la provincia. Una apuesta centrada en las personas.

También en estas fechas Adif ha adjudicado las obras para mejorar once estructuras en la línea Zaragoza-Teruel-Sagunto que permitirá acelerar la conversión de este trazado como eje estratégico del Corredor Cantábrico-Mediterráneo. Son realidades que mejoran el día a día de las personas y que huyen del marketing y de superfluas palabrerías.

La sociedad española demanda lo que cualquier otra de sus gobernantes: seriedad, eficacia, compromiso, valores y que los avances sean palpables. El PP está instalado en esa dinámica y huye de la perversión del sistema que persiguen otros como el tripartito que sustenta al Gobierno autonómico valenciano.

La parálisis inversora del Ejecutivo de Puig es alarmante como lo demuestran las cifras millonarias de presupuesto sin ejecutar y esa incapacidad la intentan camuflar con su gran obsesión, la agitación y la movilización en la calle, aunque cada vez con menor eco.

Los Presupuestos Generales del Estado de este año son una potente herramienta que benefician a los valencianos con más de 800 millones de euros en infraestructuras (un 23% más que el año anterior) y traen más empleo, agua y mejoras para los pensionistas. Objetivamente son mejores. Pero ni el PSOE, ni Compromís, ni Podemos, los apoyan. ¿Qué argumento utilizan para oponerse? Ninguno de peso.

Si mejoran la calidad de vida de los valencianos deben apoyarse y a partir de ahí intentar mejorarlos a través de enmiendas. Puig y el alcalde de Valencia, Joan Ribó, lo han hecho al revés. Movilizan a alcaldes del área metropolitana de la capital del Turia para que haya más ayudas al transporte de este conjunto de poblaciones pero ocultan que esa queja (con numerito incluido en Madrid) es estéril porque persigue enmendar unas cuentas que se desprecian y los valencianos deben saberlo.

El engaño es absurdo y piensan que los ciudadanos no toman nota de estas contradicciones aunque sí lo hacen. Distinguen perfectamente entre realidades y búsqueda de fotos más o menos resultonas. La Comunidad Valenciana no puede seguir en manos de gente que utiliza la política como divertimento cuando les pagan por gestionar bien, no es de recibo.

Añaden a su incapacidad, la cobardía a la hora de enfrentar cuestiones que se antojan muy graves. Las revelaciones de los tribunales sobre la posible financiación irregular de PSPV y Compromís exige respuestas inmediatas y asunción de responsabilidades políticas con la misma celeridad que ellos las exigían cuando esta lacra ha afectado a otros partidos. Pero...¡han hecho justo lo contrario!

Puig ha huido a China para no tener que dar explicaciones sobre esta cuestión que están analizando los tribunales y que ya es pública. Renuncia así a dar cuentas en el Parlamento autonómico y Mónica Oltra mira hacia otro lado, curiosamente quien se autoerigió en azote de la corrupción contra otras siglas. Es inaceptable que escondan la cabeza y mantengan de asesores y abriguen a quienes los tribunales ponen en entredicho.

Y es que del numerito, el eslogan, las camisetas, la movilización a través de las redes sociales y la política de escaparate y efectista no se puede vivir siempre. Los valencianos exigen explicaciones y decisiones contra quienes hayan contravenido la legalidad y si ahora le toca a PSPV y Compromís deben actuar ya. Y también reclaman que sus gobernantes autonómicos abandonen la parálisis vergonzante en la que se hallan sumidos y que ha convertido esta legislatura en la más improductiva de la democracia. Al final trabajar bien, siempre sale más rentable que entregarse a la chapuza y la laxitud.