
Política e Inmigración
Clavijo acusa al Gobierno de mirar para otro lado con los menores africanos: "A lo mejor porque no son blancos"
El presidente canario reprocha al Ejecutivo que, seis meses después de la orden del Supremo, solo haya trasladado 127 de los mil menores solicitantes de asilo que debía asumir

Seis meses, 1.000 órdenes de traslado, 123 ejecutadas. Con esa ecuación, Fernando Clavijo disparó contra el Gobierno y denunció un doble rasero que, según él, sí funcionó con los menores ucranianos y se atasca con los africanos. El presidente canario reprochó al Ejecutivo que no actúe "con la misma diligencia" con los niños solicitantes de asilo que permanecen en las Islas y deslizó un diagnóstico incómodo: “A lo mejor porque no son blancos”.
En declaraciones en la sede de la CEOE en Madrid, Clavijo no ocultó su enfado con la versión oficial de que el Estado está asumiendo a los menores "lo más rápido que puede". "¡Hombre, 123 niños en seis meses no es lo más rápido que puede!", replicó, subrayando que España acogió en tiempo récord a 7.000 menores ucranianos. A su juicio, hoy no se aprecia “la misma diligencia” y el resultado se palpa en la red de acogida canaria, desbordada durante meses.
El presidente recordó que el Tribunal Supremo dio un plazo perentorio para que la Administración General del Estado se hiciera cargo de un millar de menores con asilo solicitado o con circunstancias objetivas para obtenerlo. "Le dio 10 días al Gobierno y seis meses después no ha salido ni el 15%", enfatizó. El Gobierno, por su parte, alega que el Alto Tribunal no obligó a sacar a los menores de Canarias, sino a atenderlos en el sistema estatal, una interpretación que, según Clavijo, no resuelve el hacinamiento en las islas ni cumple el espíritu de la resolución.
El nacionalista denunció que hay oenegés con plazas disponibles dispuestas a acoger a estos niños y adolescentes en la Península, pero que el ritmo de derivaciones es "exasperantemente lento". “No vale excusarse en la oposición de algunas comunidades”, advirtió, a la vez que señaló que "no son cupos autonómicos, son plazas del Estado y, por tanto, responsabilidad directa del Gobierno central".
La comparación con la respuesta a la guerra de Ucrania planeó sobre todas sus declaraciones. Clavijo recordó que entonces se activó un dispositivo exprés con personal, presupuesto y normativa ad hoc. "Si se pudo entonces, ¿por qué no ahora con un millar de menores?", planteó, sugiriendo que el embotellamiento actual no es de capacidad, sino de voluntad y gestión.
El archipiélago acudió a la Justicia “en un momento de absoluta desesperación”, con su red de acogida superando los miles de menores tutelados y convertida en una sala de espera de un sistema estatal que no engrana. Clavijo enlazó este episodio con el recuerdo del muelle de Arguineguín, “el muelle de la vergüenza”, para denunciar la inacción sostenida hasta que medie un empujón judicial o institucional.
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