Coronavirus

Castilla y León se plantea un estado de alarma regional si siguen aumentando los contagios

Igea explica que serviría para tener el mando y poder determinar confinamientos "selectivos y ágiles"

El vicepresidente, portavoz y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior, Francisco Igea, y la consejera de Sanidad, Verónica Casado, comparecen en rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno
El vicepresidente, portavoz y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior, Francisco Igea, y la consejera de Sanidad, Verónica Casado, comparecen en rueda de prensa posterior al Consejo de GobiernoRubén CachoIcal

Si se disparan los contagios en Castilla y León la Junta podría solicitar al Gobierno de España la declaración de un estado de alarma regional para “tener el mando y poder determinar confinamientos selectivos y ágiles”. Así lo aseguró el vicepresidente del Ejecutivo autonómico, Francisco Igea, tras un Consejo de Gobierno extraordinario donde matizó que “no es el momento de hacerlo”.

“Preferimos implementar todas las medidas posibles antes. No hay nada más catastrófico que permitir regresar a una situación como la de marzo”, expuso al tiempo que señaló que esta posibilidad está prevista en la propia ley de estado de alarma para un periodo de 15 días. Todo, teniendo en cuenta, dijo, que el incremento de casos positivos “se mantiene, pero a un ritmo menor y con una curva con menor pendiente que hace dos semanas”.

En cuanto a la reiterada petición de una herramienta legal que evite a las comunidad un control judicial previo para poder aislar poblaciones, como ha ocurrido en el caso de la burgalesa Aranda de Duero, Igea reconoció que sería “de utilidad para futuras situaciones de contagios descontrolados en algún punto”.

En este sentido, explicó que la autoridad la ejercería la propia Junta “por delegación”, pero aclaró que Castilla y León “podría tener un estado de alarma y no tomar ninguna decisión o hacerlo de forma delimitada”. “No significaría volver a la situación anterior, si no que tenemos una herramienta para delimitar medidas si la situación lo precisa para atender la gravedad en zonas concretas. Es la obligación de una Administración sensata”, sostuvo Igea, quien reiteró que “no se descarta nada” más adelante.

El vicepresidente expresó también que “el confinamiento total” de toda la población durante dos semanas sería “infalible” contra la propagación de la pandemia pero añadió que no quieren llegar a ese extremo, sino que la alternativa es aumentar las medidas preventivas.

Si la zona básica de salud está en color naranja o rojo, la gente tiene que entender que restringir el contacto social no es una opción, sino una obligación, porque el daño económico y sanitario será muy superior a marzo, ya que el personal sanitario está al límite de sus fuerzas”, destacó.