La Diputación Provincial de Ávila invierte este año 50.000 euros en la campaña de excavaciones arqueológicas que la Universidad Complutense de Madrid desarrolla desde el pasado 19 de agosto en el castro vetón de Ulaca, situado en el municipio de Solosancho, y que se prolongarán durante el mes de septiembre.

Este año la inversión de la Institución provincial se ha multiplicado por siete con relación al pasado ejercicio. En este sentido, el diputado del Área de Cultura, Patrimonio, Juventud y Deporte, Eduardo Duque, explicó que “los resultados de las excavaciones del año pasado y las características técnicas de la intervención de este año han hecho necesario este incremento”.

Duque señaló que la excavación del castro de Ulaca es un proyecto que no es de “un municipio ni de la Diputación, es de la provincia de Ávila, pues es un recurso cultural y patrimonial de primer orden y, por tanto, también lo es turístico. Conocer el pasado a través de los vestigios que los vetones dejaron en este enclave privilegiado es una tarea apasionante a la que la Diputación destina su compromiso y sus recursos”, afirmó.

Asimismo, el diputado de Cultura ensalzó el trabajo del equipo de la Universidad Complutense, liderado por el profesor Jesús Álvarez Sanchís, así el compromiso del Consistorio de Solosancho, que aporta el alojamiento gratuito a todos los miembros del equipo de la excavación arqueológica y la compra de diversos materiales necesarios para realizar los trabajos.

Por su parte, Jesús Martín, alcalde de Solosancho y diputado provincial, apuntó que los arqueólogos aportan “sus conocimientos, su sabiduría y por qué no decirlo, su pasión y su cariño; elementos fundamentales para que, poco a poco, Ulaca vaya ganando aún más valor del que ya atesora”.

Por su parte, el profesor titular de Prehistoria de la Universidad Complutense, Jesús Álvarez Sanchís, detalló los trabajos que se desarrollan durante estas semanas en el castro, centrados en el Torreón, tercer monumento en importancia de los excavados hasta ahora, tras el Altar de los Sacrificios y la Sauna. Las actuaciones “descansan en dos aspectos, por un lado, la retirada de las piedras del derrumbe, puesto que el Torreón era una estructura de aproximadamente diez por catorce metros que en su momento debió de funcionar como una gran atalaya; y, por otro lado, la intervención propiamente dicha del equipo de arqueólogos a partir de principios de septiembre”.

A su vez, Álvarez Sanchís destacó el carácter “enigmático”del Torreón, cuya singularidad radica “en que se levanta en una plataforma donde abundan los manantiales, donde los pastos se mantienen relativamente verdes en la época del estío, por lo que atraen al ganado, de manera que debió de ser un lugar privilegiado en el poblado, incluso posiblemente con un papel político”.