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Rafael Nadal, un Grande de España

Nadal, tras ganar su decimotercer Roland Garros
Nadal, tras ganar su decimotercer Roland GarrosMichel EulerAP

Hace muy pocos días, una grandísima y magnifica noticia tuvimos por fin en España. El día antes, de la fiesta Nacional y fiesta de la Hispanidad, y también de la Guardia Civil, presidido todo ello por la Virgen del Pilar.

Rafael Nadal, de nuevo campeón de Roland Garros, y trece veces levantando la copa en París. A ello se suma el magnífico récord del número de Grand Siam conseguido, como nadie, en todos los tiempos, uniéndose solo a otro gran señor del deporte mundial Roger Federer, y ostentando conjuntamente lo que ningún tenista ha logrado jamás.

Es de tal envergadura lo que ello supone, que no nos damos bien cuenta, cómo un español en el podio más alto del deporte mundial, puede representar la admiración de miles de millones de personas en toda la tierra, y con ello el ejemplo que transmite tanto para los aficionados al tenis y al deporte en general, como para los que no lo son.

Los calificativos halagando su éxito, tanto en Francia, como en los medios de comunicación mundiales, incluida lógicamente España, son todo lo que podamos imaginar... no caben tantas magníficas palabras y apreciaciones de tal gesta en una enciclopedia.

Y que verdad...., pues como lo merece!

Hay otro aspecto que hay que agradecer y mucho a Francia, que es quien enmarca todo lo que el mundo ha dicho hace pocos días sobre Rafa. Tienen con ellos a un campeón, cómo le quieren todos los días ....,y cómo ha sido la entrega de la copa. Que honor para un español en el cenit, en lo máximo a lo que se puede aspirar, y los organizadores y su televisión captando cada detalle de un héroe de nuestros tiempos. La Marcha Real, solemne, y callada respetuosamente Francia viendo el mundo, toda la tierra, nuestra bandera roja y gualda flamear al son de los compases, y mientras, el héroe contenía la emoción más noble en su mirada y en su posición de respeto a la patria, para que casi sin poderla ya contener, las lágrimas bañaran sus ojos viéndolo en directo todo el universo.

Muchísimas gracias a Francia por saber honrar a quien lo merece y la bandera de España abrazar a un campeón español en una imagen de emoción infinita, mientras sonaba nuestro himno en el centro de Francia.

Una imagen así, los colores rojo y gualda, flotando entre los ojos de Rafa, acompasados por las notas del himno, erguido en profunda emoción y respeto, mirando el bien y queriendo siempre a España, es algo que impulsará siempre nuestra alma, para perseguir siempre el bien de nuestra patria.

Único e irrepetible, aunque en el caso de Rafa, ya campeón trece veces en París, e innumerables en todo el mundo, y siempre abrazando, protegiendo y rindiendo honor a la bandera de España .

Hay momentos en la vida, muy intensos, en los que tenemos el privilegio de poder ver a un español universal dar lo mejor de sí mismo, y además estar muy orgulloso de hacerlo, viéndolo también tanto en otros deportes, como en diversos sectores. Y desde luego, muchos más españoles, que triunfan también fuera, en sus propios trabajos, y dando un ejemplo digno de admirar.

Sin embargo, siendo todo lo anterior especialmente importante, en cualquier momento, es hoy en la España que vivimos un ejemplo sin igual que nos obliga a replantearnos muchas cosas.

Echamos tanto de menos en la sociedad personas de confianza y que puedan ser referente para los muchos problemas que acumulamos, y donde todos puedan identificar sus legítimas aspiraciones; que cuando Rafa Nadal sale en televisión, un vuelco de optimismo nos embarga. Es sentir general en toda nuestra nación el latido de optimismo y de aire fresco , también de ilusión, al verle jugar. Va más allá de ese momento concreto donde conectamos con el. Hay algo que no se puede explicar... o quizá si, Rafael Nadal, es una persona que mucho más allá de su juego y su vocación profesional, y por tanto de saber si un partido lo gana o lo pierde - en efecto eso es importante -, pero, repito, muchísimo más allá de ello, solo su presencia nos hace caer en la cuenta de los valores que encarna y ejerce todos los días. Valores necesarios para hacer bien su trabajo diario, y valores necesarios para la vida.

Con toda seguridad es esto lo que hace a Rafa ser un imán de seguridad para todos. Quien ejerce su vida con esfuerzo, sacrificio, constancia, honradez, dignidad, honestidad, verdad, lealtad, nobleza de espíritu, ejemplo, sencillez, respeto, valor, honorabilidad..., se convierte en una referencia hoy imprescindible tanto para la juventud como para el conjunto de la sociedad . Eso es lo que representa Rafa, lo que transmite, lo que comparte con todos , esa fe en todos esos valores imperecederos, donde una sociedad ha de saber hacerse fuerte y construir el más sólido progreso presente y futuro, y sin los cuales una sociedad desaparece.

Esos enormes valores de Rafa que nos muestra con toda naturalidad le hacen ser tan grande y ejemplar. Le hacen ser una roca contra todas las adversidades, le hacen mucho más fácil superar las caídas, y los éxitos despojarlos de lo efímero, para quedarse con una profunda satisfacción humilde, pero permanente, y de las cosas bien hechas.

Rafa es una persona grande, una persona que conoce muy bien la vida, y que nos enseña a todos a saber vivirla. Rafa, me hace pensar siempre en los valores que desde hace veintidós siglos nos regala, bien custodiados Numancia. Esa ciudad, cuna de nuestra patria, nos enseño al mundo, el supremo valor y el origen de la libertad, y con ella, la dignidad, el honor, el sacrificio, la resistencia, la verdad, la lealtad, el espíritu noble, la independencia y la paz .

Esos valores que nuestra historia ha sabido siempre guardar, y también ejercer, como un tesoro, y ser la base de nuestros éxitos durante siglos.

Esos valores que han de presidir la acción de los máximos responsables en cada momento y a todos los niveles, y sin los cuales la sociedad quiebra, esos valores que hacen grande a una nación y que han hecho grande a España .

Esos son los valores de Rafa Nadal, que nos emocionan a todos los españoles, reviviendo lo mejor de una historia de siglos, y de la historia de cada día en cada uno de nosotros, en nuestras obligaciones, los que nos hacen encarar con optimismo el día a día y los que nos impulsan para vencer las dificultades, a las personas de bien, y a guardar los éxitos para conjuntamente enseñárselo todo ello, como la mejor guía a nuestros hijos.

Son esos valores que nos hacen pensar en el bien de todos y en construir el camino más sólido para las nuevas generaciones.

Claro que se puede creer en ellos, es lo obligado, y que presidan nuestro quehacer, lejos de lo que nos quieren imponer y muchas veces no permitir que los afloremos, y menos que los ejerzamos. Es más, es perverso y maquiavélico pretender desterrarlos, desde quien más responsabilidades tienen, pero en ello no quiero entrar hoy.

Por eso Rafa Nadal, nos emociona y nos transmite la verdad, y por eso confiamos en el más allá de ganar o perder un partido. Eso no importa ya. Rafa ha conseguido

todo . Es por ello, que solo su presencia nos transmite esperanza, seguridad y confianza. Su ejemplo y legado es el más grande, es en el que todos podemos participar también. Solo depende de querer seguir lo que nos susurran nuestras conciencias todos los días, con la profunda satisfacción de perseguir siempre el bien.

Rafa es un grande de España, es un grande de nuestra patria. Rafa es una persona grande, porque es muy grande su ejemplo diario y es muy grande su alma. Es muy grande su corazón, que representa como nadie el corazón de España.