Castilla y León da la cara por los toros y su cultura

El mundo del toro y su cultura sigue siendo atacado cada día que pasa. Desde el intento en el Parlamento Europeo para que los toros no reciban ayudas de la PAC o lo último, en el ámbito interno, su exclusión de los polémicos bonos culturales de 400 euros para los jóvenes anunciados por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, lo que ha provocado, a su vez, que este gremio tan ancestral e importante para el desarrollo económico y social del medio rural -viven de él más de 54.000 familias en España- se movilice en defensa de sus intereses y de una tradición que es seña de identidad de España y la Hispanidad.

Y es que se trata de un sector vital para el mantenimiento del equilibrio medioambiental en las dehesas, su protección de la biodiversidad o la ecología, además de trascendente en la cultura y por las tradiciones o la economía.

Y en Castilla y León, toda esta relevancia es aún mayor si cabe por cuanto se trata de la segunda región de la España autonómica con mayor número de ganaderías de lidia y acapara una de cada cinco del total en el país, con Salamanca como la provincia con mayor número de explotaciones y reses, lo que pone de manifiesto la fortaleza de la tauromaquia en esta tierra en la que, además, no hay pueblo, por pequeño casi que sea, que no cuenta con algún festejo taurino, ya se a corrida, encierro o capea cuando llega el verano en sus fiestas patronales.

La tauromaquia va en el ADN de esta Comunidad, donde, además, los toros y su cultura están declarados como Bien Cultural Inmaterial, y el Gobierno que preside Fernández Mañueco cuenta con una Mesa de la Tauromaquia para analizar la situación del sector cada cierto tiempo y proponer medidas que lo impulsen , además de contar con Cátedras para su estudio y premios que la reconocen y valoran además de un circuito de novilladas que, con dos ediciones, se ha convertido ya en referencia.

Todo esto lo ha puesto de manifiesto el propio jefe del Ejecutivo autonómico durante la entrega del Premio“Toro de Oro” de la XLV Feria de Salamanca, en su XLV edición, convocado por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural que dirige Jesús Julio Carnero, donde volvía a reafirmar su apuesta y compromiso con el mundo del toro y su cultura y llamaba a todos a defender lo con ambición, firmeza y sobriedad para preservarlo como la seña de identidad que es.

‘Gandillito’, de la ganadería Francisco Galache, por la faena del diestro Alejandro Marcos, ha sido ele ejemplar que ha recibido el reconocimiento en estos premios, que extienden su compromiso y agradecimiento a todos los ganaderos de Salamanca y del conjunto de Castilla y León, por su compromiso y por trabajar para mantener la Fiesta en unos momentos tan difíciles.

La joya de la ganadería

“El toro de lida, es la joya de las razas ganaderas y es esencial en la contribución española más importante a la producción bovina mundial”, destacaba también el presidente de la Junta durante la gala.

Y es que tauromaquia está equiparada al resto de los sectores culturales en cuanto a recursos que aporta y que genera, puesto que multiplica hasta por siete los destinados a su promoción en 2020, a la vez que se han impulsado los circuitos de novilladas y apoyado a las escuelas taurinas.

Además, en Castilla y León, se han aumentado las ayudas propias a la máxima cuantía permitida por Europa para atender a los ganaderos en un año difícil, prácticamente sin festejos taurinos durante más de doce meses por la pandemia, según informan fuentes de la Junta, donde estudian posibilidades para seguir apoyando a las ganaderías de bravo ante las dificultades que aún sufren, de modo que, por ejemplo, se respaldará a la ganadería de lidia para seguir manteniendo la pureza de los encastes.

Y ante tantos ataques, Castilla y León se ha posicionado claramente a favor de este sector y reclama que la ganadería de bravo siga teniendo las mismas opciones en la nueva Política Agraria Común como actualmente.

“Si queremos impulsar la España del interior es esencial preservar las formas tradicionales de vida y emplearlas como instrumentos de progreso. Y la tauromaquia es uno de esos preciados legados, por el que merece la pena seguir luchando.”, destacaba Fernández Mañueco.