Premios
Mañueco reivindica Castilla y León: “Podemos mirar de frente a cualquiera y sin complejos”
El presidente defiende el autonomismo útil para afrontar los retos de futuro y llama también a seguir el ejemplo de los galardonados: “Sois referentes”
La localidad leonesa de La Bañeza ha acogido este viernes la ceremonia de entrega de los Premios Castilla y León en sus diferentes modalidades, con los que la Junta quiere reconocer a los mejores de los suyos en la ciencia, la innovación, las letras, el deporte, la cultura, el esfuerzo o el compromiso social.
El presidente del Gobierno autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, ha presidido este acto en una semana importante por cuanto se acaba de conformar el Ejecutivoque ya ha echado a andar y con fuerza, tras aprobar ayer un plan anticrisis dotado con 470 millones de euros y que incluye ayudas directas a los que peor lo están pasando y rebajas fiscales, en el que ha puesto en valor a los premiados de quienes ha destacado su ejemplaridad y su condición de referentes para la sociedad.
“Hoy más que nunca lo debemos reconocer porque los valores que representáis contribuyen a que nuestra sociedad pueda superar los retos que se le presentan y avanzar en la igualdad y en la justicia”, decía el jefe del Ejecutivo regional durante su discurso en esta gala, que se celebra en vísperas del Día de Castilla y León, 23 de abril.
Una intervención, aplaudida, en la que Mañueco ha sacado pecho de los logros alcanzados por Castilla y León en materia educativa, social y económica. Una Comunidad, decía, importante en la construcción de España e integrada en Europa “que puede mirar de frente a cualquiera y sin complejos”. En este sentido, el presidente insistía en la “esencial” contribución histórica, cultural, humana y social de esta Comunidad a una nación “única” como es España y a la quiere seguir sirviendo “sin descanso”. “Castilla y León no puede entenderse sin España y al revés”, decía, mientras llamaba a continuar defendiendo nuestro país desde la unidad y la solidaridad de los pueblos que lo integran.
“Este es el mejor antídoto contra los separatismos que falsean la historia en beneficio de sus intereses y que buscan fragmentar una soberanía que nos corresponde a todos los españoles”, advertía.
Por todo ello, Mañueco defendía la Constitución, “un modelo mejorable e inacabado en algunos aspectos pero no fallido”, decía, así como el modelo autonómico que de ella se emana y que cumple 39 años en Castilla y León. Un tiempo, apuntaba, en el que Castilla y León ha crecido y avanzado de la mano del diálogo, tanto político como social.
El presidente reivindicaba el autonomismo útil al servicio de las personas, “porque ha contribuido de manera especial a la mejora de la calidad de vida de los castellanos y leoneses en estos 39 años”, decía, mientras ponía como ejemplo el sistema educativo, con escuelas abiertas con tres alumnos, o consultorios médicos en el medio rural, y aseguraba, contundente, que este instrumento ha de ser el principal y del que hay que seguir echando mano para afrontar los principales retos de futuro. Entre los que citaba terminar con la “cruel” pandemia que nos ha asolado en los dos últimos años, la inflación o las consecuencias aún por determinarse en el mundo tras la invasión rusa de Ucrania.
Mañueco sacaba pecho de las bondades de esta tierra castellano y leonesa. “Somos el granero de España y su mayor pulmón, al poseer más de la mitad de superficie forestal; conservamos el mayor patrimonio cultural y somos líderes de la automoción nacional”, destacaba el presidente.
También recordaba que la Comunidad sea la que mejor modelo de servicios sociales y atención a la dependencia tenga, así como la excelencia de su modelo educativo, al que se refería como la mejor herramienta “en estos tiempos que corren” y reafirmaba su apuesta y compromiso con este modelo que plantará cara a los cambios de la Ley educativa.
“No devaluaremos la educación suprimiendo contenidos esenciales o menoscabando la cultura del esfuerzo personal como camino para el éxito”, apuntaba el presidente.
Elogios a los premiados
Respecto de los galardonados, Mañueco destacaba de Juan Manuel de Prada, Premio de las Letras, su uso audaz y sugerente de la lengua española, mientras que de Miguel Ángel Verdugo, Premio de Ciencias Sociales y Humanidades, ponía en valor sus 45 años dedicados a conseguir una sociedad más inclusiva, con más derechos y mejores oportunidades para las personas con capacidades diferentes, que no con discapacidad.
De la Fundación Eusebio Sacristán, Premio Valores Humanos y Sociales, destacaba el presidente su labor en defensa de los valores del respeto, la convivencia o el compañerismo en la práctica deportiva como modelo de integración social, mientras que de Marta Fernández, Premio del Deporte, se refería a su esfuerzo y superación personal, como ejemplos a seguir por todos “porque has demostrado que no hay discapacidad alguna que pueda vencer a la voluntad y deseo de superación”, apuntaba.
De Juan Pedro Bolaños, Premio de Investigación Científica e Innovación, Fernández Mañueco señalaba que es la imagen de la excelencia por la calidad de sus publicaciones y decía que es el mejor embajador de la ciencia de la Comunidad. “Gracias por hacer de Castilla y León una de las regiones más competitivas en investigación científica”. decía.
Finalmente, Mañueco destacaba del Museo Casa Botines Gaudí de León, Premio de las Artes, su impagable apuesta cultural e innovadora, además de inclusiva, abierta, rigurosa y profesional, pero también y sobre todo su labor a la hora de saber unir historia y futuro a través del patrimonio y la cultura.
“Gracias a todos, estamos orgullosos de vosotros, de vuestros logros que hacemos nuestros y compartimos, y especialmente ahora, en unos tiempos en los que el talento humano adquiere una gran relevancia”, señalaba.
De Prada, portavoz de los premiados
El escritor Juan Manuel de Prada intervenía en este acto como portavoz de todos los premiados, y lo hacía con un discurso en el que invocaba al valor de la tradición “como dique de contención frente al adanismo populista ydemagogo” que, en su opinión, “pretende hacer tabla rasa de nuestra herencia común y borrar el legado histórico de quienes nos precedieron”.
“Todos los demagogos que en el mundo han sido, para imponer sus designios, han tratado de destruir o extraviar la llave de la tradición, pues saben que las personas desvinculadas se convierten en carne de ingeniería social”, reflexionaba.
Además, advertía de que los pueblos sin tradición “están abocados a la soledad más hosca”, que es la que predica el individualismo, se precipita en la masificación y cristaliza en sociedades “inermes ante los expolios morales y materiales”.
“El resultado -proseguía- es que nos convertimos en zascandiles arrojados al basurero de la Historia, que es exactamente lo que los demagogos desean”.
Por el contrario, defendía la tradición “porque crea vínculos entre los hombres, forma pueblos fuertes, inexpugnables al saqueo material y moral, y de ellos nacen las personalidades más fuertes y diversas”.
Finalmente, el escritor zamorano ponía en valor a todos los premiados. “Es un pasmoso elenco de eminentes artistas y escritores, investigadores y científicos, deportistas y académicos, humanistas y promotores de las más nobles causas”.
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