Patrimonio

Restaurar el patrimonio religioso para dar vida a los pueblos de Valladolid

Diputación y arzobispado renuevan su colaboración para la rehabilitación de ermitas e iglesias en el medio rural

Foto de familia de Conrado Íscar y Ricardo Blázquez con alcaldes tras la firma de un convenio entre la Diputación de Valladolid y el Arzobispado para la rehabilitación de iglesias y ermitas en 2022
Foto de familia de Conrado Íscar y Ricardo Blázquez con alcaldes tras la firma de un convenio entre la Diputación de Valladolid y el Arzobispado para la rehabilitación de iglesias y ermitas en 2022Rubén CachoAgencia ICAL

Buenas noticias para los que viven y trabajan en el medio rural vallisoletano, pero también para los turistas que se acercan a conocer esta provincia, su historia y patrimonio religioso principalmente. Y es que la Diputación y el Arzobispado de Valladolid han renovado un año más su acuerdo de colaboración para acometer obras y mejoras en las ermitas e iglesias que se encuentran en el medio rural vallisoletano.

El presidente de la institución provincial, Conrado Íscar, y el cardenal arzobispo Ricardo Blázquez firmaban este miércoles el acuerdo en la localidad vallisoletana de Bocigas, que cuenta con un presupuesto de 700.00 euros financiado por ambas instituciones, lo que supone el 80 por ciento del total del presupuesto previsto, a los que habría que sumar otros 175.000 euros más, el 20 por ciento restante, que aportarán los municipios donde se asientan las iglesias y ermitas que serán objeto de intervención.

Con esta nueva firma se da continuidad a un acuerdo que, desde 2015, ha permitido 350 actuaciones de mejora de las iglesias y ermitas, con un desembolso de casi 4,8 millones de euros, de los que 2,3 millones los aportó la Diputación; 1,4 millones corrió a cargo del Arzobispado; y, los 960.000 euros que faltan llegaron del bolsillo de los ciudadanos de los municipios beneficiados a través de su ayuntamiento.

Con este dinero se podrá llevar a cabo la reparación o consolidación de elementos estructurales como muros, cimientos, bóvedas, estructuras cubiertas y otros elementos similares, además de obras de carácter no estructural como sustitución de tejas y retejados, colocación de impermeabilizantes, sustitución de entablados, cornisas, canalones, bajantes y escaleras.

El acuerdo, además, incluye trabajos de acabado interior como la eliminación de humedades y goteras, la reforma de pavimentos o el acondicionamiento de accesos, así como la instalación o sustitución de sistemas que faciliten o mejoren las condiciones funcionales.

También, se valorarán las obras de carácter urgente en atención al estado físico que presenta el inmueble la gravedad de la patología que se pretende reparar para el conjunto del edificio; o la imposibilidad de dilatar en el tiempo la ejecución de las obras por existir riesgos para la seguridad de las personas.

Asimismo, se tendrá en cuenta que se trate de solicitantes que tengan concedida en años anteriores alguna fase de ejecución de la obra objeto de subvención y la intervención que se solicita sea precisa para su finalización y puesta en uso

“Con estas restauraciones se fomenta el desarrollo sostenible de nuestros entornos”, destacaba Íscar tras la firma del acuerdo, en declaraciones recogidas por Efe, mientras ponía en valor la importancia de estas actuaciones para garantizar el futuro del patrimonio.

“No sólo está en juego el valor artístico, cultural y religioso de los edificios sino también la vida de un pueblo y de sus habitantes puesto que estas iglesias y ermitas son su referente y lo que les identifica como pueblo”, apuntaba.

Blázquez, por su parte, destacaba el “acierto” de este tipo de actuaciones porque, en su opinión, las iglesias y las ermitas “suelen ser los monumentos más importantes de los pueblos, junto a los ayuntamientos”.

Además, ponía en valor el hecho de que tener las ermitas y los templos bien conservados “dice mucho” del aprecio de los ciudadanos y cristianos por el legado patrimonial que han recibido “con orgullo” y su intención de poder transmitirlo a las generaciones siguientes. “Significa la importancia que tienen para nosotros los pueblos que están aquejados por la despoblación”, insistía, en declaraciones recogidas por Ical.

Finalmente, animaba a todos a participar de esta conservación del patrimonio religioso del medio rural “Nos concierne a todos mantener la riqueza cultural y patrimonial que hemos recibido que tiene una dimensión religiosa”, afirmaba.