Opinión

La importancia de la tercera edad

“Ahora al anciano se le aparta, se le aísla, se le margina, pero somos lo que somos gracias a ellos”

Qué importante es el dinero y el trabajo ¿verdad?

Qué importante es sentirse parte de un todo,valorado, admirado y queridopor nuestros allegados, de eso sabía mucho el señor Maslow ya en los años cuarenta aunque parece que con tanto ruido y con la crisis que se avecina se nos está olvidando.

Tener las necesidades básicas como son la alimentación y el descanso cubiertas, unidas a la calidad de vida, se está poniendo cada vez más cuesta arriba, así que ya cuando intentamos seguir buscando el consuelo, el sentimiento de estar protegidos o de dormir tranquilos porque alguien vele por nuestros sueños, todo ello, se convierte en una auténtica quimera.

Pensemos un momento, si nos pasa a nosotros, ¿qué no le pasará a la tercera edad?

Somos una sociedad de hipócritas en la cual hemos dado la vuelta al concepto real de la vejez, de ser mayor como algo venerable, como se hacía en las ancestrales tribus en donde el más viejo de todos, el portador de la sabiduría, era la voz de la experiencia y la consulta de la toma de decisiones. Ahora al anciano se le aparta, se le aísla, se le margina y se le deja fuera del sistema para pasearle sólo en bodas, bautizos y comuniones y sobre todo para utilizarle en un buen posado para presumir en miles de fingidas fotografías en redes sociales.

Pues que no se nos olvide una cosa, para bien o para mal somos lo que somos gracias a ellos, porque el suelo que pisamos, las calles que miramos, las casas que habitamos y el aire que respiramos antes era suyo y la sociedad actual se lo ha arrebatado.

La capacidad de sacrificio, el ocio bien entendido, las libertades conseguidas por su lucha y constancia y que disfrutamos hoy en día, todo esto es gracias a ellos. El honor, la ética y el cariño sigue formando parte de su ADN y nosotros tenemos la enorme suerte de poder seguir empapándonos de su experiencia y de hacerles partícipes de nuestro ser.

La vida es un derecho para todas las edades y ya es hora de empezar a romper lanzas y hacer el esfuerzo que toca para que el mundo actual se adapte un poco al mundo de hace no tantos años, sólo con esa sinergia conseguiremos avanzar de forma segura como sociedad para no repetir los errores del pasado y para desarrollar una evolución positiva que nos saque del actual atolladero mental, social y económico en el que cada vez más nos estamos metiendo.

No nos engañemos, estamos en arenas movedizas con el agua hasta el cuello y toda la ayuda es poca, los movimientos para salir de ellas tienen que ser certeros y precisos para no caer en el efecto contrario. Necesitamos desempolvar toda la buena artillería que tengamos no sólo como sociedad sino como especie para intentar volver a retomar el equilibrio pre-pandemia y construir un mundo mejor.

Necesitamos a nuestros mayores, necesitamos ese consuelo y mensaje de vida, están deseando que contemos con ellos en el día a día, pero de verdad, sin trajes de ocasión que enmascaren el manto de soledad que les envuelve a diario.

Así que querido lector, en este actual cómputo de desdichas diarias coge el teléfono y haz esa llamada, integra un poco más en tu vida a tus abuelos, a tus padres o simplemente a la solitaria ancianaque vive en tu edificio, son pequeños gestos, pero para ellos lo es todo y para nosotros es la redención como especie.

El beso en la mejilla de nuestros abuelos es algo irrepetible y necesario en la vida. Los que aún tengáis aprovechad, la mía marchó hace ya más de 20 años y no hay noche que no piense en ella. Somos lo que somos gracias a los que antes fueron, no lo olvidemos nunca.