Sociedad
La Colegiata de San Isidoro acoge los actos del 875 aniversario de la orden del Pendón de Baeza
La leyenda cuenta que el rey Alfonso VII recibió ayuda del santo durante su asedio a esta ciudad jienense
La Colegiata de San Isidoro de León acoge este lunes los actos por el 875 aniversario de la fundación de la Muy Ilustre, Real e Imperial Orden y Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, conocida popularmente con el nombre de Pendón de Baeza.
Las conmemoraciones arrancaron a las 12 horas, cuando el alcalde de León, José Antonio Diez, y el abad de la cofradía, Hermenegildo López, enarbolaron el “glorioso e invicto pendón” que representa a la orden en el adarve de la muralla romana, junto a la torre del gallo. Tras ello, se procedió a la presentación del sello y el matasellos con los que Correos conmemora este aniversario y a la inauguración de la exposición filatélica ‘San Isidoro y los reyes de León y de España’.
Por la tarde, a las 20.30 horas, el obispo de León, Luis Ángel de las Heras, oficiará una misa en la basílica, presidida por el pendón imperial, que estará escoltado por sus ilustres caballeros y damas cofrades, con sus hábitos y medallas. El obispo entregará a la orden la bendición apostólica que el papa Francisco ha enviado expresamente desde Roma. Las celebraciones concluirán con un cóctel en los salones del hotel San Isidoro.
El origen del “milagroso pendón”
La historia de la orden del Pendón de Baeza hunde sus raíces hasta el año 1147, cuando el rey de León Alfonso VII prepara una gran cruzada para conquistar la ciudad de Almería de manos de los musulmanes. Al llegar a la ciudad de Baeza, en la actual provincia de Jaén, la sitió para tomarla junto a parte de su ejército, mientras el grueso de las tropas continuaba su camino hacia Almería.
Ante la resistencia de la ciudad, que recibió un fuerte apoyo del califato de Córdoba, Alfonso VII invocó a San Isidoro, patrón de la capital del reino, que según relata el cronista Lucas de Tuy se le apareció en sueños, a caballo y aconsejándole que tuviera fe en la victoria. Ésta llegó al día siguiente, el 25 de julio de 1147.
En honor a este episodio, el rey convocó a obispos, nobles y caballeros e instituyó en ese mismo momento la Imperial Orden de San Isidoro, ordenando bordar el “milagroso pendón” a las damas de la corte que le acompañaban en su séquito. El primer acto de esta institución en la ciudad de León tuvo lugar el 17 de febrero de 1148 ante los restos de San Isidoro y con la presencia del Pendón que lleva su nombre.
Desde entonces, a lo largo de 875 años, la orden ha tenido épocas de mayor y menor esplendor, pero nunca ha llegado a desaparecer dado que siempre ha tenido dos miembros natos: el rey, como Gran Maestre, y el abad de San Isidoro, como Juez Conservador Perpetuo. Entre los reconocimientos que acumula el pendón destacan los honores de Capitán General como Enseña Histórica Nacional de España, la segunda mas antigua después del Pendón de Clavijo, del siglo IX, que se conserva en el Ayuntamiento de Astorga.
También cuelgan del pendón las Medallas de Oro de Baeza, León y Villadangos del Páramo, así como un lazo azul celeste en recuerdo del Voto Inmaculista efectuado en 1663. Como curiosidad, cabe destacar que la orden admite a las mujeres como Ilustres Damas Cofrades desde 1331, en plena época medieval.
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