Política
Mañueco defiende con orgullo la solidaridad energética de Castilla y León
El presidente acusa a Tudanca de estar en contra siempre de Castilla y León “por ideología” y el socialista mete a Sánchez Galán en la posición energética del PP
La política energética en Castilla y León, con la central nuclear de Garoña de nuevo en el foco informativo tras la propuesta de Vox de llevar a cabo un estudio para ver su idoneidad o no de reabrirla, protagonizaba este martes tenso cara a cara en las Cortes entre el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y el líder de la oposición, el socialista Luis Tudanca.
Mañueco defendía, orgulloso, la fortaleza y solidaridad de la Región para con el resto de España en materia energética, y destacaba que la Comunidad acapara el 20 por ciento de la producción total del país. «Producimos más de la que consumimos», apuntaba, para atacar después a Sánchez, al que acusaba de ser «incapaz» de dar una solución a la crisis energética y de estar «asfixiando» a las familias, empresas y al campo.
Antes, el secretario regional del PSOE había atacado a la Junta al asegurar que desconoce su política energética, echaba la culpa a Rajoy del fin de la minería y del cierre de Garoña, y, para finalizar, metía en el saco al presidente de Iberdrola, el salmantino Ignacio Sánchez Galán, al que volvía a afear que llamara tontos a los consumidores que no ahorraban lo suficiente por no haberse pasado de la tarifa regulada a la libre.
«Le defienden como si fuera uno de los suyos, aunque igual es que lo es», decía el líder socialista, mientras recordaba que el empresario «plantó» a la comisión de investigación sobre la trama eólica. Tudanca apuntaba que Sánchez Galán ha asistido a las tomas de posesión de todos los presidentes de la Junta y de Feijóo, e ironizaba con esta semana la Junta haya ratificado al presidente de Iberdrola como presidente del Consejo Social de la Universidad de Salamanca. «Deudas pagadas», afirmaba el socialista.
Mañueco, por su parte, culpaba a Zapatero del cierre de la minería y de Garoña «por ideología», y desenmascaraba al actual Gobierno de Sánchez por haber llamado populista a la medida del PP de bajar el IVA de la electricidad primero, y del gas, después, para luego aprobar ambas medidas.
«Solo aciertan cuando rectifican o cuando copian», le espetaba Mañueco a Tudanca. Además, el presidente de la Junta iba a la yugular del socialista cuando le recordaba que mientras el Gobierno extremeño del PSOE ha decidido prolongar la vida útil de la central nuclear de Almaraz, él, por Tudanca, dio la espalda a Burgos y a Castilla y León defendiendo el cierre de Garoña.
«Usted siempre se pone en contra de Castilla y León y de la creación de riqueza; antepone los aplausos a Sánchez a esta tierra, y así le va», finalizaba el presidente.
Gallardo contra Fernández
La sesión de control a la Junta dejaba también otro rifi rafe interesante en materia energética y con la central nuclear de Garoña como telón de fondo, con el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, de Vox, y Pablo Fernández, portavoz de Unidas Podemos en las Cortes. Este último había cuestionado que el Gobierno autonómico vaya a encargar un estudio de viabilidad sobre la puesta en servicio de estas instalaciones, que se encuentran en situación de parada, ante la negativa de Nuclenor a reabrir la central, mientras que el primero ponía en duda este hecho y explicaba que él en persona se había reunido con el presidente y el director general de Nuclenor antes de que anunciara la elaboración del informe de viabilidad a las puertas de Garoña.
“Es curioso que el procurador de Podemos dijera que la empresa no está dispuesta a reabrir la planta, pese a no haberse visto con sus directivos”, decía, con cierta sorna el dirigente de Vox, mientras contestaba también a las críticas hechas por Fernández sobre el gasto que supondrá el estudio, que este costará menos del 0,1 por ciento del “despilfarro anual” del Ministerio de Igualdad”. Además, acusaba a su formación de “esquilmar” el dinero de los gobiernos de latinoamérica.
Mientras se producía este debate, en el Senado, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, descartaba cualquier posibilidad de reabrir la central nuclear de Garoña. “Es imposible e inviable”, decía la ministra, quien tildaba esta posibilidad de “ocurrencia ideológica”.
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