Pueblos
Jóvenes palentinos alzan la voz porque que quieren quedarse a vivir en el medio rural
Se suman a la campaña “No me quiero ir” para denunciar las dificultades que tienen para acceder a una vivienda
Los jóvenes palentinos que viven en los municipios de Monzón de Campos y Carrión de los Condes no se quieren ir de su pueblo y apuestan por quedarse allí para labrarse un futuro y formar una familia. Si bien, para ello demandan a las administraciones que den respuesta a la dificultad de acceso a una vivienda que siguen teniendo.
Y es que los jóvenes de estas dos localidades, a través de los Centros de Desarrollo Rural, se han unido a la campaña “No me quiero ir” en la que muestran mediante un vídeo protagonizado por doce jóvenes, su deseo de quedarse a vivir y trabajar en sus lugares de origen.
Es el caso de Jorge que ha encontrado un futuro laboral en Monzón de Campos pero no puede independizarse.
“No podemos quedarnos a vivir en el pueblo porque el acceso a la vivienda en el medio rural es cada día más inalcanzable, apenas existe oferta de vivienda pública, los precios de las casas en venta se han disparado y las viviendas en alquiler son escasas”, advierten en el audiovisual, desde donde reclaman que se fomente el acceso a la vivienda pública, se establezcan precios de venta accesibles a las posibilidades de los más jóvenes o para que se dé una segunda oportunidad a las miles de viviendas cerradas a través de alquiler.
”Ellos son solo una pequeña representación de una realidad que ocurre a nivel nacional en muchos pueblos de la España Vaciada”, afirman, por su parte, desde los Centros de Desarrollo Rural de Carrión de los Condes y Monzón de Campos, pertenecientes a la oenegé de ámbito estatal Coceder, que desde 2018 gestionan la Plataforma www.volveralpueblo.org.
Un movimiento que cuenta ya con 570 viviendas y más de 950 recursos entre terrenos, solares, ofertas de empleo y negocios en situación de traspaso que podrían ser parte de la solución para quienes quieren quedarse a vivir en sus municipios o para los nuevos pobladores que deciden hacer una apuesta por el medio rural, como ocurrió con 66 personas en 2021.
La lucha contra la despoblación que se lleva a cabo desde este proyecto no sólo trata de atraer a nuevos pobladores sino también de evitar que se marchen aquellas que ya residen en el territorio.
La campaña “No me quiero ir” pone el foco en los jóvenes que mayoritariamente emigran a la ciudad para estudiar, haciendo de este un viaje de no retorno.
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