Cultura
MUSAC presenta la primera exposición en España de la artista Teresa Burga
El Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León inaugura “La equilibrista”
El director del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC), Álvaro Rodríguez Fominaya, y la co-comisaria Helena López Camacho han presentado la exposición La equilibrista, que se abrirá al público este sábado 26 de noviembre de 19:00 a 21:00 horas con entrada libre. Se trata de la primera exposición individual en España de la artista conceptual Teresa Burga (Iquitos,1935-Lima,2021), una de las figuras más prominentes del arte contemporáneo peruano. Este proyecto, realizado por MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León en coproducción con Weserburg Museum für moderne Kunst (Bremen, Alemania) recoge una selección en torno a un centenar de obras que abarcan desde los años 60 a los últimos años de su carrera y que condensan las grandes aportaciones de Burga en el ámbito de la exploración de nuevos lenguajes como el arte conceptual, el Pop Art, el Op Art, la instalación o la escultura.
Representante de la renovación de la plástica peruana durante los años 60 y 70 e integrante del grupo Arte Nuevo (1966-1968), Teresa Burga fue una de las precursoras en Latinoamérica en el camino hacia la disolución del objeto artístico, incorporando procesos experimentales y nuevas estrategias creativas para producir un cuerpo de trabajo claramente conceptual. Pese a ser pionera en su ámbito, Burga forma parte de un grupo de mujeres artistas que no gozaron del debido reconocimiento en su época, y no es hasta mediados de los 2000 cuando se la estudia y recupera por parte de la historiografía del arte moderna.
En los últimos años de su carrera, Teresa Burga contó con el reconocimiento de la crítica y con numerosos proyectos a nivel internacional, entre los que cabe destacar su presencia en citas internacionales como la XII Bienal de Estambul (2011), la 56º Bienal
de Venecia (2015), o las exposiciones individuales desarrolladas en Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA) de Lima (2010), el Württembergischer Kunstverein de Stuttgart (2011), el Kunstmuseum Trondheim (2013) o el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires – Fundación Costantini (MALBA) (2015).
Arraigada a su contexto y cultura, Teresa Burga desarrolló una obra en la que integra modernidad y tradición en el aspecto formal, en una producción que incluye dibujos, esculturas de naturaleza pop, instalaciones, pinturas murales, partituras visuales o diagramas y esquemas para la realización de instalaciones y performances. Un rico y variado corpus artístico con una marcada impronta de la tradición peruana en el uso del color y en cuyos temas subyace un fuerte compromiso social y crítica de la herencia colonial de Perú, la realidad política y social del país o la situación de la mujer. No en vano sus obras han sido leídas en clave de mapa sociológico, político y como defensora de los derechos de la mujer y los postulados feministas. Su producción se ve enriquecida a nivel formal e intelectual por los postulados de las nuevas corrientes artísticas y vanguardias occidentales, que se traducen en una obra de marcado carácter conceptual, una prolífica combinación que le hace ser reconocida como precursora de la modernidad en su país y en Latinoamérica.
La equilibrista, comisariada por Helena López Camacho y Janneke de Vries, muestra la mayor selección de dibujos de la artista expuesta hasta la fecha, objetos escultóricos en forma de prisma realizados en los años 60 y de marcada impronta Pop, un autorretrato en forma de instalación de los años 70, una pieza escultórica, así como la producción específica para las salas del museo de un dibujo mural de gran formato concebido en los años 90. El diseño expositivo, concebido junto al estudio de arquitectura Estudio Animal, subraya el carácter experimental y lúdico presente en la obra de Teresa Burga y contribuye a ordenar el discurso.
El proyecto se completa con una publicación centrada en la obra gráfica de la artista que profundiza en los aportes teóricos y plásticos de Teresa Burga a través de una amplia selección de imágenes, tres textos de Miguel A. López, Issela Ccoyllo y Helena López Camacho; y una crono-biografía de la artista.
Sobre la obra gráfica de Teresa Burga
El título del proyecto, La equilibrista, proviene de una obra realizada por Teresa Burga en 2020 y que podría considerarse un autorretrato de la propia artista. Se trata de un dibujo de pequeño formato en el que una mujer —tema y motivo recurrente en su obra— avanza en delicado equilibrio sobre la cuerda que queda suspendida sobre un damero reticulado —otro motivo recurrente en su producción—. Y es que Burga fue una de esas mujeres y artistas que, cuán funambulista, supo sortear las dificultades y el rechazo del arte más academicista para desarrollar una obra fiel a sus creencias.
La equilibrista tiene el dibujo como eje, trazos y líneas de aparente simpleza y de enorme fuerza expresiva que se manifiestan en soportes, estilos y formatos de diversa naturaleza. Desde las pinturas más expresionistas y diseños de aspecto comercial de
sus inicios, a los objetos escultóricos en forma de prisma y de inspiración pop realizados en 1968, la exposición incluye la mayor presentación hasta la fecha de obra sobre papel de la autora. Se presenta asimismo la producción específica para MUSAC de un dibujo mural de gran formato concebido en 1990. El autorretrato de naturaleza instalativa Untitled (Heartbeat machine) (1970-2018), con un electrocardiograma y el sonido del latido de su corazón, y la escultura Mano mal dibujada (2012-17), como plasmación de la crítica que la acompañó toda su vida —la de no hacer, precisamente, nada con sus propias manos y delegar la manufacturación en terceras personas—, contribuyen a dar presencia física y simbólica a la artista en el espacio expositivo, tras su fallecimiento en 2021 a la edad de 86 años con el reconocimiento de la crítica cultural internacional.
El hilo conductor en este amplio conjunto de obra es el incesante esfuerzo de la artista por plasmar su realidad inmediata y cuestionar las complejas estructuras sociales. Motivos infantiles, escenas de mercado, edificios de su Lima natal, personas trabajando, revueltas sociales, mujeres reunidas al calor de una mesa, campesinos y lugareños ataviados con prendas tradicionales, tardes de fútbol, retratos de mujeres, días de carnaval y otros actos sociales son motivo de réplica para la artista. En conjunto, un amplio mapa sociológico bajo el que subyace una crítica clara de las condiciones sociales: por ejemplo, la invisibilidad de las mujeres en la vida pública o la realidad cotidiana de los sectores de la población marginados socialmente. Este enfoque se combina con un deleite en el color y una cierta ligereza de apariencia. La artista observa la vida y la gente en su entorno más cercano con una mirada inteligente y un profundo afecto.
Los registros de los días y tiempo empleado en la realización de algunos de los dibujos posibilitan, además, acompañar a la artista en su día a día y determinar en qué lugar geográfico o al hilo de qué eventualidad social o política llega a realizarlos. Burga realiza de esta manera un doble ejercicio de observación y registro. Por un lado, el de la realidad plasmada en el motivo de sus dibujos. Por otro, el de su propia realidad, el de las circunstancias vitales que la acompañan en el momento que los realiza y el del tiempo empleado por ella misma a la hora de materializar la obra. Un delicado ejercicio en el que confluyen dos realidades diferentes, ampliando así el alcance de la narrativa de los mismos.
Teresa Burga
Teresa Burga (Iquitos, 1935 -Lima, 2021) inicia sus estudios en arquitectura en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), formación que abandona tras dos años para iniciarse en las artes plásticas en la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
Graduada en 1965, una beca del Programa Fulbright posibilita que se traslade a Chicago a continuar su formación en el Art Institute de Chicago entre 1968 y 1970. Su estancia en EE.UU. le permite entrar en contacto con nuevas vanguardias del momento, en aquel entonces epicentro claro del mundo del arte. En esta misma época forma parte
del grupo Arte Nuevo (1966-68) en Perú junto a autores como Luis Arias Vera, Gloria Gómez-Sánchez, Jaime Dávila, Víctor Delfín, Emilio Hernández Saavedra, José Tang, Armando Varela, y Luis Zevallos Hetzel. A ellos se les atribuye haber introducido nuevas corrientes como el Pop Art, Op Art y el Arte conceptual en Perú y Latinoamérica.
A su regreso de Chicago, la artista encuentra en su Perú natal un régimen militar que ahoga las libertades sociales y limita el desarrollo de nuevos lenguajes plásticos. En octubre de 1968 y tras el golpe de estado de Juan Velasco Alvarado se instaura en el país el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, que permanece en el poder hasta 1975. En ese periodo la artista realizada dos grandes muestras individuales en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA). Tras ellas, y a excepción de una nueva muestra realizada en 1981 y pese a la prometedora carrera en curso, su obra queda fuera de los circuitos artísticos nacionales, no siendo hasta 2010 cuando retoma el protagonismo en nuevas muestras monográficas gracias a la iniciativa de jóvenes críticos e historiadores.
En los últimos años de su carrera, Teresa Burga contó con el reconocimiento de la crítica a nivel internacional, siendo muchos los proyectos desarrollados, entre los que cabe destacar su presencia en citas internacionales como la XII Bienal de Estambul (2011) y la 56º Bienal de Venecia (2015), o las exposiciones individuales desarrolladas en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA) de Lima en 2010, el Württembergischer Kunstverein de Stuttgart, Alemania (2011), el Kunstmuseum Trondheim de Noruega (2013) o el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires – Fundación Costantini (MALBA) de Buenos Aires en 2015.
Su obra está presente en importantes colecciones nacionales e internacionales del continente americano como el Art Institute of Chicago (EE.UU.), Cisneros Fontanals Art Foundation (CIFO), el Museo de Arte de Lima (MALI), la Colección Hochschild, Lima (Peru) o el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires – Fundación Costantini (MALBA) de Buenos Aires (Argentina). En Europa forma parte de los acervos del Migros Museum, Zurich (Suiza), Pinault Collection, Venecia (Italia), Museum Ludwig, Colonia (Alemania), Museum van Hedendaagse Kunst Antwerpen (M HKA), Amberes (Bélgica), Sammlung Verbund Collection, Viena (Austria) o la Thyssen-Bornemisza Art Contemporary Collection, Viena (Austria).
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