Demografía
Con medio centenar de vecinos en su mayoría jubilados, la localidad zamorana de Brandilanes, como muchos otros pueblos de la España vaciada, caminaba lentamente hacia su desaparición hasta que un proyecto asociado al yoga y el desembarco de una comunidad hinduista ha logrado reflotar y rejuvenecer ese pueblo de “la raya” fronteriza con Portugal.
Lo que antes era un centro de turismo rural en horas bajas se ha convertido en alojamiento permanente para una veintena de personas llegadas de la comarca del Vallés de Barcelona entre los que hay teletrabajadores y voluntarios que acondicionan las instalaciones para convertirlas en un espacio de meditación de referencia para adeptos a la filosofía hinduista de toda España.
La coordinadora del grupo, la argentina Mireia Fresno explica, en declaraciones recogidas por Efe, que estuvieron buscando un lugar de paz y tranquilidad por distintos lugares, primero en Cataluña y luego en toda España, hasta que llegaron a Brandilanes y decidieron adquirir la casa rural del pueblo.
En el grupo hay dos madres con bebés y un niño de dos años, por lo están “colaborando a que la población aumente”, detalla Mireia Fresno, que se muestra muy agradecida con la acogida en el pueblo, ya que algunos vecinos se acercan a traerles verduras, otros les preguntan qué necesitan y algún trabajador de la construcción incluso les ayuda en la rehabilitación. Por el momento, ya tienen listo el edificio principal del futuro centro espiritual, con habitaciones para medio centenar de personas.
Las obras las continúan ahora en un segundo inmueble que acondicionan como sala de meditación y un tercero que acogerá una biblioteca especializada en hinduismo y yoga con 15.000 títulos, lo que la hace una de las más grandes de España especializada en esa religión y en las disciplinas indias que conectan cuerpo, respiración y mente.
En ese espacio de lectura, un lugar preferente ocuparán libros como ‘Las bases del yoga’ (editorial Kairós), cuyo autor es en el líder espiritual del grupo, Swami Satyananda Saraswati.
Tras décadas de peregrinación por lugares sagrados de la India, hace cinco años Swami Satyananda Saraswati creó la ‘Kailash Ashram’, un lugar dedicado a la práctica intensa de la meditación y el estudio que ahora ha trasladado a Brandilanes por la paz que se respira en ese entorno natural rodeado de silencio de la reserva de la biosfera Meseta Ibérica.
En el grupo de repoblación asociado al yoga conviven hinduistas llegados de distintos puntos de España, Argentina, Italia, Rusia y Chile. En el pueblo en el que se han asentado, vecinos como Ángel Martín, ya jubilado a sus 64 años, saludan la llegada de forasteros.
“Ojalá vinieran más, porque quedamos cuatro, y contados”, asegura, para recordar que la casa rural en la que se han instalado llevaba cerrada bastantes años antes de su reforma y “si no viene esta gente sería una escombrera”.
El alcalde de Fonfría, Sergio López, como responsable del ayuntamiento al que pertenece Brandilanes, confirma la buena relación entre los recién llegados y el resto de vecinos. Aunque no profesan la misma religión “no hay ninguna pega, ni por una parte ni por la otra”.
Cartilla médica
El Ayuntamiento aplaude su llegada porque los nuevos empadronados ya disponen de cartilla médica en Brandilanes y entre ellos hay bebés que en un futuro estudiarán en el colegio de Fonfría y evitarán así su cierre, ya que ahora únicamente tiene seis alumnos.
El máximo responsable municipal confirma que, sean comunidades empresas o familias, los nuevos pobladores son siempre bienvenidos.
”Ellos vienen buscando el contacto con la naturaleza, el paisaje y la tranquilidad del entorno y eso lo podemos ofrecer a paladas”, explica el alcalde de Fonfría, que a tan sólo ocho kilómetros de Brandilanes también tiene sobre la mesa otro proyecto que busca esas mismas características.
Recientemente, Salto de Castro, un anejo que llevaba décadas deshabitado, ha sido comprado por 300.000 euros por un empresario de Toledo que quiere rehabilitar las 44 viviendas y la hospedería de ese pueblo para convertirlo en un gran centro de turismo rural, otra iniciativa que confirma el milagro de la repoblación en ese municipio de la España Vaciada