La arraigada tradición recolectora de setas en los pinares de Valladolid

Un Parque Micológico en plena tierra de pinares de Valladolid. Este es el proyecto ambicioso que se está estudiando en estos momentos en Micocyl de la mano de los técnicos del programa y los propietarios forestales públicos y privados del acotado micológico de esta zona de la provincia vallisoletana, según desvela Ical.

Valladolid no es Soria en tema de setas y hongos, pero sí que hay una gran tradición recolectora de estos productos de la tierra, sobre todo níscalos, además cuenta con grandes extensiones de pino albar (Pinus pinea) y pino negral (Pinus pinaster), “muy próximas y bien comunicadas” con los pueblos y ciudades.

A lo que hay que sumar una variada oferta en turismo gastronómico y enológico que combina valores naturales y culturales lo que valora la inclusión de los pinares de esta provincia en la red de Parques Micológicos de Castilla y León, según apuntan desde Micocyl.

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En una reciente reunión con representantes de la Junta se examinaban las posibles restricciones relacionadas con la designación de parque micológico en contraposición a otros usos forestales, como el aprovechamiento de la piña -de gran relevancia en esta provincia-, y resolver las dudas de las entidades propietarias de montes respecto a esta propuesta.

Si bien, la conclusión de este encuentro fue que los Pinares de Valladolid son compatibles con la figura de Parque Micológico y los diversos aprovechamientos forestales que puedan coexistir en el área regulada. Además, se resaltó su importancia como distintivo de calidad de `mico-turismo´ que aporta más valor al sector turístico de la provincia.

Por todo ello, el inicio de la tramitación es inminente una vez se evalúe el interés de todas las entidades propietarias de montes que forman parte del actual acotado micológico.

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La red de Parques Micológicos de Castilla y León estará constituida por el conjunto de parques micológicos existentes en la Comunidad con el fin de promover la mejora de su gestión micológica y aprovechar las sinergias con otros usos y aprovechamientos, así como para abordar bajo una perspectiva integradora las actuaciones de interés general que se determinen.

Esta figura, que impulsa la Junta, supone un escalón más en esta gestión, teniendo especial relevancia en espacios micológicamente tan privilegiados como son las áreas forestales de la Comunidad, donde dicha riqueza micológica puede superar con creces, y ser de mayor inmediatez, a la propia generada por la madera del bosque. El concepto de gestión forestal y desarrollo rural adquiere aquí una nueva dimensión, donde los hongos han de tener un singular protagonismo.