El arte burgalés traspasa fronteras y hoy puede verse en grandes dimensiones en Taiwán, de la mano del artista urbano Gare -nombre artístico de Gabriel- que lleva más de 15 años dedicándose al mundo del arte. Se enamoró del país en un viaje y hace más de dos años decidió trasladarse allí con el objetivo de conocer su cultura y desarrollar más su creatividad.

A miles de kilómetros de su ciudad natal, aquella que le vio crecer como artista, Gare mantiene su propósito de llevar la marca Burgos por el mundo. Y así lo está haciendo, de la mano de su proyecto ‘Made in Burgos’. Tal y como él mismo explica, ‘Made in Burgos’ nació del objetivo de llevar el nombre de esta pequeña ciudad española al otro lado del mundo.

Acostumbrado desde niño a ver la frase ‘Made in China’ (Hecho en China) en muchos de los productos que le han acompañado a lo largo de su vida, estando en Taiwán decidió darle una vuelta a esta idea y poner en marcha un proyecto que le permitiese dejar el nombre de su ciudad en su lugar de residencia actual.

“Estando aquí pensé: Quiero dejar claro de dónde vengo”, explica en declaraciones a Ical. “Quiero que cuando la gente vea mis obras tengan esa curiosidad por preguntarse qué es Burgos y dónde está”, afirma.

Gare recuerda muy bien sus inicios en el mundo artístico. Empezó muy joven, pintando grafitis con sus amigos, aunque reconoce que siempre le gustó dibujar. Poco a poco su arte fue evolucionando, con creaciones mucho más elaboradas, y en este proceso, su hermano también descubrió su vena artística.

Un día ambos decidieron probar a hacerlo juntos y así surgió el grupo artístico ‘Sergare’, una firma muy conocida en la ciudad de Burgos, ya que suyos son muchos de los murales que decoran la ciudad. “Hemos pintado bastantes obras juntos, tanto en Burgos como en España y alrededor del mundo”, afirma Gare.

Esta pasión por el spray les llevó a viajar mucho y conocer muchos rincones en todo el mundo. Una de esas aventuras les llevó hasta Taiwán, y ambos quedaron tan encantados que decidieron volver para realizar algún trabajo juntos en la ciudad. Y así fue; sin embargo, este segundo viaje le llevó a Gare a enamorarse aún más de este sitio y finalmente, con solo 29 años, decidió mudarse a Taiwán y probar suerte.

Dos años y medio que ha invertido en sacar adelante su negocio, hacer contactos y demostrar su calidad artística. “Fue una aventura bastante improvisada, pero las piezas han ido encajando poco a poco”, explica el burgalés, aunque subraya que tenido que trabajar mucho para estar donde está ahora.

Lo más complicado para él fue el idioma, que todavía no domina, aunque logra hacerse entender gracias al inglés. Sin embargo, confiese que le gustaría aprender chino, porque esto le facilitaría mucho las cosas. A pesar de encontrarse lejos de casa, Gare está contento con el paso dado, porque este tiempo en Taiwán le ha ayudado mucho a conocerse tanto personal como artísticamente. “Ha sido un proceso complicado, pero también muy nutritivo”, afirma.

“Cuando llegas aquí vienes de cero. Tienes que buscar la manera de darte a conocer”, indica Gare, que señala que esto ha sido lo más complicado y aunque todavía sigue intentando abrirse hueco, a base de “dar guerra” está logrando hacer lo que le gusta. De hecho, estando en Taiwán, ha llevado a cabo distintos encargos de grandes empresas, y está recibiendo llamadas de todo tipo de clientes.

Además, estando allí, ha conseguido centrarse en un plan que siempre ha querido llevar a cabo, pero estando en Burgos nunca pudo hacer: pintar sus propias obras. De hecho, tal y como adelanta, le gustaría inaugurar este año su primera exposición en solitarios, y ya se encuentra pintando varios cuadros que podrían componer esta muestra.