Meido Abiente

¡Atentos a las llamas! Pero apagando incendios en invierno

El acuerdo del Diálogo Social entre la Junta y los trabajadores del operativo amplía a nueve y doce meses los contratos para hacer podas, desbroces, repaso de cortafuegos, acciones de defensa hidrológica o sacas de madera

Imagen de archivo de efectivos del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios.
Efectivos del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios realizan tareas de desbroce durante el invierno en la Sierra de la Culebra (Zamora)Miriam ChacónIcal

Corazón de la Sierra de la Culebra. 16 horas del martes 21 de febrero. Los ecos del motor de una desbrozadora suenan entre los montes de pino negruzco. Y no es una especie de árbol, sino el color de la madera que dejaron tras de sí los dos voraces incendios forestales que calcinaron parte de la comarca zamorana el verano pasado. A cada paso, el sonido es más fuerte, informa Juan López de la Agencia Ical.

“¡Mira, allí están!”, señala Teodoro Iglesias, jefe comarcal de la Base de Villardeciervos, la más antigua de Castilla y León y que se va a renovar este año. A media distancia, los monos rojos, los cascos y las gafas protectoras identifican a un grupo de cinco trabajadores del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios Forestales, que hoy realiza labores de desbroce de maleza, poda de castaños, tras haber ayudado a las empresas adjudicatarias por la mañana a la saca de la madera que se quemó.

Una vista panorámica al frente y un breve viaje de Ical por las carreteras provinciales y comarcales de La Culebra bastan para hacerse una idea de lo que allí sucedió en verano. Hoy, junto a algunos ciervos que asoman junto a la calzada y que se alimentan de los brotes verdes que nacen entre la esperanza de un suelo oscuro, los forestales se afanan en empezar a apagar ya los incendios que puedan darse desde ya mismo -en el momento del reportaje existía peligro medio-, aunque con más virulencia en verano. Al lado del cartel que avisa del riesgo de incendios, entre oxidado por el paso del tiempo y el daño de las llamas, el operativo combina sus labores, pero con un oído puesto en la señal de radio por si surgiera un incendio, momento en el que el helicóptero ZULU 2, modelo Koala, los recogería en la zona para dirigirse al fuego.

La cuadrilla ELIF de Villardeciervos realiza habitualmente en esta época trabajos preventivos selvícolas en la zona. Tal y como aseguró el jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Delegación Territorial de la Junta en Zamora, Manuel Moreno, los días de más riesgo permanecen en la base junto al helicóptero, pero aunque estén trabajando fuera de la misma, “si es necesario, el helicóptero va a por ellos”.

Su periodo de trabajo anual se ha incrementado por el acuerdo del Diálogo Social alcanzado en el mes de septiembre pasado. En algunos casos se ha ampliado por encima de lo acordado, como es en este caso y en concretamente en Zamora, “porque llega hasta los doce meses y no los nueve generales de los periodos de trabajo de las cuadrillas helitransportadas”. Desarrollan estas labores y se les dirige a un fuego forestal cuando “hace falta”. De hecho, en época de peligro medio, como fue hasta el martes pasado, “se activa su disponibilidad y tienen que estar en un horario concreto, de forma presencial, que establece la Administración”.

No obstante, en Villardeciervos se contabilizan guardias permanentes de técnico y agentes medioambientales y con disponibilidad activada el retén de maquinaria. La base cuenta también con dos autobombas forestales renovadas en los últimos años. Este año, una de las dos dotaciones de cada una (son dos por máquina) trabajará todo el año, “los doce meses”, y la otra lo hará en breve, para cumplir así el acuerdo del Diálogo Social.

Restauración hidrológica

Durante el recorrido por algunos de los puntos afectados por el incendio, Teodoro Iglesias muestra muchos de los daños, pero también los trabajos realizados en estos meses por las cuadrillas que dirige. Es el caso de las labores de restauración hidrológico-forestal, dirigidos “a minimizar las pérdidas de tierra actuando en cauces naturales o por curvas de nivel”. Según la zona, se han realizado fajinas o albarradas o charcas y diques, algo que muestra en una ladera junto a la carretera que une Villardeciervos y Boya, junto a la Vía Romana XVII. Allí, grandes troncos y ramas han sido utilizadas para frenar la erosión y la escorrentía en caso de fuertes lluvias, dejando una imagen visual diferente en la zona. Para ello se han destinado más de tres millones de euros entre fondos de la Junta y del Gobierno central.

Estas acciones, continúa Teodoro Iglesias, se sustentan en dos ejes. Por un lado, “sujetar los acuíferos y proteger los suelos para evitar su degradación”, pues muchos pueblos de la comarca captan el agua de forma superficial. Aún así, se han llevado a cabo sondeos en profundidad alternativos para “asegurar el agua si fallaba la toma de agua”. En la zona se adecuó la captación de Villanueva de Valrojo y de Cional y se hizo un nuevo sondeo en Villardeciervos, con una inversión de un millón de euros, de los que 800.000 los aportó la Junta y el resto, la Diputación de Zamora.

Y en segundo lugar, la tala de madera quemada en cuatro lotes. Se empezó por los primeros, “los más valiosos”, para continuar por los “más despreciados”. Los primeros se utilizan para fabricar palés o postes, y los últimos, principalmente para biomasa. Durante el otoño, además, se arreglaron vallas, pasos de agua y daños en vías de comunicación.

Todo ello, relata Iglesias, en un contexto protagonista de pino pinaster, una especie que en muchos casos “se regenera”, si bien vaticina un escenario “muy complicado” y que deberá solventarse con grandes plantaciones, con “más o menos intensidad en función de las zonas”.

En estos días, además, se procede a la saca de madera de pino quemada entre Villanueva de Valrojo y Villardeciervos, además de en otros pueblos que tuvieron que ser desalojados por la intensidad de las llamas. Hasta el momento, ya se han celebrado tres de las cuatro subastas previstas, si bien la última es inminente.

Cotos de caza

Uno de los grandes recursos de la Sierra de la Culebra es la caza, además de la existencia del lobo, donde su población es mayor que en otros lugares y sirve como vehículo tractor del turismo de naturaleza. Así, Manuel Moreno trasladó a Ical que ya se encuentran levantados los “acotamientos que la norma prescribe a los aprovechamientos de caza mayor y de pastos en terrenos quemados”.

Además, tras el incendio se abasteció de alimento a las ganaderías, pero el Servicio a la Fauna dentro de la reserva regional de caza también aportó más de 200 toneladas de comida para mejorar su supervivencia, hasta la existencia de los primeros pastos, que ya se dejan ver, e intentar también reducir los daños en cultivos y huertos particulares.

Por último, Moreno señaló que también se ha desplegado una red de cerca de 300 trampas con feromona para atrapar insectos perforadores y vectores de enfermedades para reducir su incidencia, que “en estos incendios grandes suele ser muy relevante y es el motivo de retirar con urgencia la madera”.