Tradiciones

La boda del héroe vallisoletano que plantó cara a Napoleón

La localidad vallisoletana de Castrillo de Duero revive este hecho histórico gracias a la implicación vecinal

La boda del héroe vallisoletano que plantó cara a Napoleón
La boda del héroe vallisoletano que plantó cara a NapoleónJosé María Muñoz ParaLa Razón

Hoy es un gran día en la localidad vallisoletana de Castrillo de Duero, que vuelve a recordar a su personaje más ilustre: Juan Martín alias "El Empecinado", el guerrillero que causó estragos en el ejército de Napoleón durante la Guerra de la Independencia de España conta la invasión francesa.

Este pequeño pueblo de apenas un centenar de habitantes revivirá este sábado en la plaza de Santa Marta la boda de su héroe, que se produjo el 1 de marzo de 1796, con Catalina de la Fuente, natural de la vecina localidad de Fuentecén, ya en la provincia de Burgos, que se llevó a cabo en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Castrillo de Duero. Una fiesta que se celebra ahora debido a que ahora en verano hay más gente y ambiente en el municipio y se ha convertido en una tradición muy arraigada en el pueblo en cada periodo estival.

La asociación “Empecinados por Castrillo de Duero” es la encargada de esta recreación que, tiene entre sus objetivos principales dinamizar la vida en Castrillo de Duero y promover el interés por los recursos que ofrece su propia localidad. Es por ello, que un año más, ya el octavo, dicha asociación ha querido volver a recrear la “Boda de El Empecinado”, gracias a la buena aceptación que ha tenido en las anteriores ediciones, tanto por el número de visitantes (cerca de 600), como por la implicación de los habitantes de la localidad.

Como singularidad, cabe señalar que cada edición es distinta, ya que el recorrido nunca es igual y las escenas que se desarrollan durante el mismo tampoco, con el objetivo de seguir atrayendo a los que ya hayan estado en ediciones anteriores y para que los propios participantes disfruten cada año interpretando nuevas escenas y así siempre les genere interés. Todo el recorrido va acompañado y guiado por los dulzaineros “Los del Valle” quienes conocen muy bien la recreación.

Este año comenzará en la plaza de Santa Marta muy cercana al arroyo Botijas y se ha creado un hilo conductor que llevará a las diferentes escenas relacionadas con el evento de la Boda de El Empecinado y la vida de la localidad, que estarán repartidas por diferentes puntos de la localidad, lo que la hace más interesante y despierta mayor curiosidad.

La dirección y guion corre a cargo de César Catalina mientras que desde el año 2018 se ha incorporado entre los figurantes, un personaje de reconocimiento, teniendo así la oportunidad de conocer desde dentro la recreación y mostrando, a su vez, su apoyo con el evento. Dicha persona “se mete” en la recreación en el papel del alcalde de Castrillo de Duero contemporáneo a la boda de El Empecinado, destaca el presidente de la asociación José González.

Al finalizar la recreación, en la Plaza Mayor, tras la degustación de las rosquillas caseras y la limonada, invitación de la asociación “Empecinados por Castrillo de Duero”, se sortearán una cesta de productos típicos y varios estuches de vino pudiendo adquirir los tiques para el sorteo en la misma plaza.

Juan Martín "El Empecinado"
Juan Martín "El Empecinado"La RazónLa Razón

Carácter testarudo

Juan Martín, humilde labrador, destacó por su carácter testarud. Su apodo el Empecinado no hacía referencia a ese aspecto de su personalidad, sino a la pecina, un lodo negro que el río Botijas arrastra a su paso por el pueblo natal de Juan Martín, Castrillo de Duero, y que hacía que a sus habitantes se les llamara, despectivamente, "empecinados".

Juan Martín fue un liberal convencido y partidario entusiasta de la Constitución de 1812 y por ello se sumó rápido a la resistencia contra las franceses y fue un quebradero de cabeza para Napoleón. De hecho, antes incluso de la famosa la revuelta del 2 de mayo en Madrid, "El Empecinado" ya realizó sus primeras acciones contra los ocupantes franceses, interceptando los correos franceses que transitaban por el camino real de Madrid a Burgos, en las proximidades de Aranda de Duero.

El Empecinado fue uno de los jefes guerrilleros más destacados y se las vio también con sus compatriotas ya que nunca toleró el bandidaje y eliminó varios grupos que extorsionaban a los pueblos en nombre de la causa patriota.

Estuvo preso en El Burgo de Osma y fue herido en varias ocasiones.

Pero su muerte no llegó hasta una calurosa tarde de agosto de 1825, cuando fue llevado a la horca a lomos de un burro desorejado en señal de deshonra. ¿El motivo? Un juez que le tenía inquina le acusó de la muerte de varios civiles en Cáceres. Y la soga en el cuello fue su condena.