
Curiosidades
Ni Burgos ni Notre Dame, las cuatro joyas que no verás en ninguna otra catedral
El simbolismo de cada espacio y rincón de su interior convierten a esta enorme iglesia en una maravilla que sincretiza corrientes y culturas

Castilla y León puede presumir, y de hecho lo hace, de ser la región de la España autonómica que atesora más joyas patrimoniales y arquitectónicas en todos los estilos y en cualquier rincón, por pequeño que sea. Una comunidad formada por dos antiguos Reinos, como es el de Castilla y el de León, con una larga historia de siglos sus espaldas y un legado imponente ya sea en forma de monumentos, castillos, iglesias, monasterios, ermitas, palacios o catedrales.
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Una región que cuenta con 2.248 municipios, en los qu eno falta algún tesoro digno de visita, ya sea en una capital de provincia o en el pueblo más pequeño y recóndito que pueda haber, como es el caso que ocupa estas líneas de LA RAZÓN de hoy, un municipio de enjundia y con mucha historia a sus espaldas, además de Villa Episcopal, que cuenta con una de las catedrales más bonitas y espectaculares de España, y además en el medio rural.

Se trata de la Catedral de la Virgen de la Asunción de El Burgo de Osma, capital de la diócesis de Osma y motivo por el que se construyó la Seo, aunque desde 1959 comparte sede episcopal con la Concatedral de San Pedro en Soria.
La Seo burguense es, sin duda, el monumento más importante de esta villa soriana. Como curiosidad, entre otyras muchas, cabe señalar que en ella se encuentran de una manera o de otra todos los estilos artísticos desde el románico al barroco del siglo XVIII. Estilos que han dejado su huella en este edificio monumental, donde destaca la imponente torre barroca de 72 metros que se eleva sobre la vieja tierra de Osma y que sustituye a la anterior románica. Un rosario de retablos renacentistas y capillas cuajadas de pequeños detalles regalan al visitante una de las mejores joyas de la antigua Uxama.

La imaginería de las portadas y el simbolismo de cada espacio y rincón de su interior convierten a esta enorme iglesia en una joya que sincretiza corrientes y culturas. El primitivo templo románico, iniciado por San Pedro de Osma, fue sustituido por el actual edificio gótico que se comenzó a edificar en 1232, a expensas del Obispo Juan Domínguez, canciller del Rey Fernando. De la primitiva iglesia sólo se conservan solo se conserva la antigua sala capitular y parte del claustro, ya que el resto desapareció con la fábrica de la catedral gótica, que concluye en la primera mitad del siglo XIV.
Ya en el siglo XVI se levanta la capilla de Santiago y el actual claustro gótico florido. La cabecera se transforma en el siglo XVIII para construir la girola y la sacristía.
Con planta de cruz latina, la Catedral de El Burgo de Osma tiene tres naves de cinco tramos y cuenta con otros tres accesos: la puerta de San Miguel (llamada también de los moros), en la fachada occidental; y la puerta de la Capiscolía y la meridional, en la fachada sur.
Si bien, en estas líneas este periódico quiere acercar otras "joyas" menos conocidas de esta espectacular Seo y que quizás pasan desapercibidas para el gran público, menos experto en estas lides.
Se trata de cuatro de las 48 gárgolas de la catedral de alrededor de un metro de altura y 80 kilos de peso catalogadas por la doctora en Historia del Arte, Dolores Herrero, para su tesis, que destacan sobre todo por su antigüedad y su simbolismo, pero que han quedado ocultas en el interior de la iglesia, más en concreto en su nave lateral norte. Todas ellas, labradas en piedra caliza, se remontan al siglo XII y cuentan con una iconografía espectacular, y aunque una de ellas no tiene cabeza se mantienen bien conservadas, quizás por no estar expuestas en el exterior de la Seo.
Estas cuatro figuras, relacionadas con la eterna lucha entre el bien y el mal, escenficiado en este caso en el demonio, representan a un humano, dos antropomorfos y una desconocida con cuerpo de águila pero a la que le falta la cabeza. La figura humana es una mujer con un manto y un rostro expresivo que parece gritar de dolor ya que una de sus manos la tiene en la garganta mientras que la otra mano la tiene apoyada en una cabeza demoníaca con cuernos. Mientras que las dos figuras antropomorfas son, por un lado, una con cabeza femenina, tocado o pelo además de brazos humanos y patas traseras. En las manos tiene un cordero y debajo hay un hombre que reza con las manos juntas que sale de una boca con dientes. Y, por otro, un águila con cabeza humana y pelo rizado que tiene un carnero con aire demoníaco debajo por las escamas de reptil, a modo de dragón.
La última, la que carece de cabeza, podría ser un águila, según la investigadora, y apoya las patas en otra figura de difícil interpretación o identificación.
Las otras 44 gárgolas de la Catedral de El Burgo de Osma se reparten entre las 24 del claustro, muy modernas y de diseño cilíndrico, y las del exterior de la catedral, donde sobresale una muy curiosa, en la zona sur de la Seo, a la que también le falta la cabeza con unas patas que van hacia el cuello y que se encuentra flanqueda por dos criaturas que parecen serpientes con cuernos.
La Catedral burguense no es la que más gárgolas tiene, ya que solo en la de Burgos hay más de 200 bien conservadas, pero sí que al menos destacan por su iconografía, sobre todo las cuatro del lateral norte esconidas, que no se ven en ninguna otra catedral de España.
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