
Economía
Castilla y León mantiene su liderazgo en producción de pellets: 200.000 toneladas este año, el 40% del total nacional
El sector se mantiene estable en la comunidad, con 25 plantas a pleno rendimiento, a pesar de la fuerte caída productiva del 18% tras el boom por la compra de estufas tras la pandemia del Covid

Castilla y León mantiene su liderazgo en la producción de pellets en este 2025, con el 37,5 por ciento del total nacional y una estimación al terminar el ejercicio de 199.200 toneladas (el 98 por ciento, certificado) de un total de 530.000 en España, una cifra que es similar tanto este año como el pasado. Así lo constatan los datos del Mapa de Biocombustibles Sólidos, que muestra la distribución y certificaciones de las plantas de pellet, astilla y hueso de aceituna de España, publico por Avebiom.
Este documento, al que tuvo acceso Ical, pone de manifiesto un ligero incremento de la producción del 4,3 por ciento este año en relación a 2024, cuando se obtuvieron 190.912 toneladas. En todo caso, es una tendencia que parece que remonta y que da estabilidad a un sector que, en la Comunidad, cuenta con 25 plantas a pleno rendimiento, y que sufrió una fuerte caída productiva del 18 por ciento si se compara con los datos, por ejemplo, de 2023, último años del boom del sector, por la compra de estufas tras la pandemia del Covid, principalmente para viviendas unifamiliares.
“Ha caído bastante, y no ha acompañado el consumo. Las fábricas de pellets tenían stock y han tirado con ello, pero no ha habido mucha producción nuevo. El sector no está ni en posición ascendente ni descendente, sino estable. Se siguen vendiendo estufas, pero no hay ningún tipo de apoyo nacional, solo algo de la Comunidad en materia de eficiencia energética”, comentó el responsable de ENplus en España y técnico de Avebiom, Pablo Rodero.
En este sentido, compara la situación de España con la de otros países del entorno, donde “hay más apoyo” a este tipo de energía. Además, cree que los incendios de cada verano “debería empujar a las administraciones a aprovechar más la madera acumulada en el monte, porque los incendios son cada vez más agresivos y cuando se inicia un fuego es mucho más difícil apagarlo porque hay mucha madera que se podía extraer para pellets”. Al respecto incidió en que han reclamado “desde hace años que se haga más gestión en este sentido y se limpie el monte y esa madera se utilice”: la de más calidad, “para muebles y productos asociados; y la de menos, a pellets”.
Igualmente, Rodero abogó por “fomentar más el consumo”, pues con la pandemia y la guerra en Ucrania “subieron los precios”, y tras el boom en la adquisición de estufas “ahora van dos años que ha caído, pero se mantiene la tendencia estable”.
El mapa actualizado refleja, según Rodero, un sector “profesionalizado y con mayor capacidad productiva” y muestra la “consolidación de la astilla certificada SURE como biocombustible sostenible de referencia para redes de calor y aplicaciones industriales”. El inventario identifica 65 fábricas de pellet activas en España, dos más que en el mapa anterior, elaborado con datos de 2023. De ellas, 12 se encuentran en Castilla y León, una de ellas de reciente apertura, la de Maderas García Jara en Arenas de San Pedro (Ávila).
A nivel nacional, Pablo Rodero explicó que “la producción nacional de pellet ha bajado en 2024 porque muchas fábricas han ajustado su actividad para dar salida al exceso de producto acumulado tras la campaña de 2022”. “No ha sido una cuestión de falta de demanda, sino de reequilibrio del mercado”, defendió.
En 2022, muchos usuarios adelantaron sus compras ante la crisis energética, pero los inviernos suaves que siguieron redujeron el consumo real. Como resultado, el sector arrastró un importante volumen de pellet almacenado durante dos campañas. El mayor consumo registrado este invierno ha contribuido por fin a normalizar los niveles de stock.
La mayoría de las plantas (42 de 65, el 65 por ciento) producen bajo certificación ENplus®, lo que garantiza la calidad y trazabilidad del pellet español. Estas fábricas son, además, las de mayor capacidad productiva, por lo que concentran alrededor del 85 por ciento de la producción nacional, situando a España entre los países europeos con mayor volumen de pellet certificado.
En cuanto a sostenibilidad, una planta de pellet dispone de certificación SURE, un esquema que se aplica principalmente a biocombustibles destinados a redes de calor o proyectos industriales sujetos a los criterios de la Directiva RED III. “El pellet español mantiene precios competitivos y altos estándares de calidad gracias al sistema ENplus®. Es el combustible de referencia para el usuario doméstico y numerosas redes locales de calor”, señaló Rodero.
Actualmente, en la Comunidad, las plantas de pellets que más producen son las de Burpellet, en Doña Santos (Burgos), con 57.000 toneladas, y la de Cylpellet, en Huerta del Rey, en la misma provincia, con 42.000, así como la de Naturpellet, en Sanchonuño (Segovia), con 54.000 toneladas, y la de GME Woodpellets, en El Sahúgo (Salamanca), con casi 18.000.
La astilla: compromiso con la sostenibilidad
El inventario 2025 identifica otros 64 productores de astilla activos en España, los mismos que en el año anterior, de los que 13 se encuentran en Castilla y León. El número de plantas que certifican su sostenibilidad con el esquema SURE se mantiene en 30, lo que confirma la confianza de los principales operadores del sector en España en este sello, especialmente los que suministran a redes de calor públicas e instalaciones industriales que deben acreditar el origen sostenible de la biomasa conforme a la Directiva Europea RED III y para cumplir con los requisitos de la Directiva ETS sobre reducción de emisiones verificables
Según las capacidades declaradas por los fabricantes, el potencial de producción nacional de astilla se sitúa alrededor del millón y medio de toneladas al año. Las plantas medianas y grandes se reparten principalmente por Castilla y León, Cataluña, Andalucía y el norte de la península.
El sector trabaja actualmente en torno al 60-70 por ciento de esa capacidad, lo que garantiza disponibilidad de suministro para afrontar nuevos proyectos térmicos en expansión. “La astilla española es hoy una de las más sostenibles de Europa: casi la mitad de los productores están certificados SURE y su mercado se ha profesionalizado sin perder competitividad”, destacó Rodero a Ical.
El crecimiento de la demanda en redes de calor y aplicaciones industriales, como ocurre en Castilla y León, junto con la estabilidad de precios observada en 2024 y 2025, consolida a la astilla de madera como “el biocombustible sólido más eficiente y sostenible para grandes instalaciones térmicas, y un pilar fundamental de la bioenergía española”.
En la Comunidad, de las 13 plantas, destacan por su nivel de producción las de Biofor, en Golmayo (Soria), y Biomasas del Duero, en Tiedra (Valladolid), ambas con una producción teórica de entre 10.000 y 30.000 toneladas; y la de José Ramón Marinero, en Dehesa Mayor (Segovia), con entre 30.000 y 60.000. El resto se encuentran con producciones menores a 10.000 toneladas.
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