Sociedad
La Diócesis de Salamanca investiga la denuncia de un sacerdote por un presunto delito de abusos sexuales de otro cura cuando era menor de edad
El obispo de Salamanca apartó al presbítero acusado de todas sus tareas pastorales y recientemente firmó su secularización
La Diócesis de Salamanca confirmó que investiga la denuncia de un sacerdote por un presunto delito de abusos sexuales que sufrió por parte de otro cura cuando era menor de edad, según trasladaron en un comunicado recogido por Ical. En la actualidad, existe un proceso canónico abierto tras recibir, “en su día”, la denuncia de este párroco.
Desde la Diócesis explicaron, ante una información sobre el caso publicada este viernes en ‘La Gaceta de Salamanca’, que, al conocer este hecho, el obispo de Salamanca, Monseñor José Luis Retana, y después de escuchar a ambas partes por separado, “tomó la decisión de apartar a este presbítero de todas sus tareas pastorales y del contacto con menores”.
Además, este presbítero, de mutuo acuerdo con el obispo, comenzó un proceso de acompañamiento en un centro especializado de ayuda para sacerdotes. Recientemente, firmó la recepción de la notificación por parte del Dicasterio de la Doctrina de la Fe de su dimisión del estado clerical, es decir, su secularización.
A pesar de ser un delito prescrito en la legislación española, el obispo, siguiendo el comunicado diocesal, “puso en marcha el protocolo establecido por la Santa Sede y la Conferencia Episcopal Española para estos casos, escuchando al denunciante”. Así, en los meses siguientes, se inició una investigación previa por un equipo técnico ajeno a la Diócesis de Salamanca. El informe final de esta investigación fue remitido al Dicasterio para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede en Roma, y en la actualidad, el proceso “continúa abierto a la espera de una resolución”.
Desde la Diócesis aseguraron que “en todo momento el obispo se puso a disposición del denunciante, ofreciendo toda la ayuda necesaria”. Con ello, a petición de la propia víctima, y de acuerdo con el obispo, decidió irse un año fuera de la diócesis, situación que fue prorrogada por un tiempo.
La Diócesis de Salamanca manifestó en estas líneas “su compromiso para esclarecer la verdad, proteger a las posibles víctimas, y poner todos los medios para evitar que estos hechos se puedan producir”. Además, lamentó “el sufrimiento y el daño que esta situación está provocando a las personas afectadas, a sus familias y comunidades”. Pese a ello, aclaró que “en respeto al proceso canónico”, no hará declaraciones que puedan interferir en él debido a que se encuentra en curso.
Asimismo, animó a quienes hayan sufrido cualquier tipo de abusos por parte de sacerdotes, religiosos o laicos, a presentar las denuncias correspondientes ante la Fiscalía del Estado o la Oficina diocesana para la Protección de Menores.
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