Agricultura
Ensayos agrarios para el futuro productivo
La Diputación de Palencia y el Itagra realizan pruebas con determinadas variedades y especies para analizar su nivel de producción y viabilidad en Tierra de Campos
La Diputación de Palencia y el Centro Tecnológico Agrario y Agroalimentario (Itagra) colaboran de manera conjunta para apostar por nuevas variedades que puedan implantarse en la provincia con el fin de generar actividad económica y asentar población. Todo ello a través de unas pruebas en una parcela de la institución, entre las localidades de Grijota y Cascón de la Nava, donde se llevan a cabo diversos ensayos agrarios.
El responsable del proyecto y director del Itagra, Asier Saiz, afirma a la Agencia Ical que realizan pruebas con almendro, avellano y con olivo, además de tener la idea de generar nuevos espacios en la parcela para probar con plantas aromáticas, higueras o vid, entre otros. El fin es que se convierta en una “finca de referencia agrícola” para Tierra de Campos, con el objetivo de que los ensayos realizados en la misma se puedan trasladar al resto de la zona.
Para ello, desgrana que se ha adaptado el acceso a la tierra y una zona para regar, al contar con una bomba que se gestiona a distancia y una pequeña planta fotovoltaica para garantizar su autonomía. Por medio de goteo, se llevan a cabo distintos ensayos a través de riego eficiente, añade.
Asegura que, de todos los ensayos, los resultados más positivos se concentran en el almendro, porque en este quinto año se ha tenido producción, al igual que en la pasada campaña, lo que refleja su aspecto prometedor. En ese sentido, se han estructurado en dos variedades, con una superintensiva a modo de seto, que con el riego se aporta una fertilización controlada y en cuatro o cinco años aportaría una producción de almendra.
Mientras, en segundo lugar, se trabaja con una variedad intensiva, que es mucho más parecida a la convencional, pero también con producciones altas, puntualiza Saiz. El objetivo final es ver la producción y la viabilidad de estos cultivos en Tierra de Campos, en la provincia palentina. “Una cosa es que el árbol no se muera, pero hay que centrar la mirada en la producción, testear su evolución y evitar que los frutos sufran con las heladas tardías, pero que tampoco maduren antes de lo necesario para que sea óptima”.
Clima y evolución
El director del Itagra subraya a Ical que el cambio climático puede resultar perjudicial o beneficioso en determinados aspectos, dado que “suena muy mal para todo”, pero puede ser un factor determinante de cara al futuro.
Y es que, al hacer que las temperaturas sean más suaves y que las heladas tardías no sean tan dañinas, puede permitir que el almendro u otras especies se puedan instalar en zonas que antes era impensable. Para ello, se prueban variedades nuevas que consigue florecer y desarrollarse más tarde, una forma con la que se consigue “evitar las heladas que pueden dañar la producción”.
Una clara diferencia que se nota a finales de febrero con las especies de almendro natural, las cuales están floreciendo, mientras que las nuevas variedades, como el caso del ensayo palentino, aguantan varias semanas más en sacar la flor y son más fuertes frente a las inclemencias meteorológicas.
Aunque depende de la evolución, el ensayo debería prolongarse otros cuatro años más para averiguar el momento óptimo de producción de cada variedad. Todo unido a las características del terreno, dado que en ellos se encontraba antiguamente la Laguna de la Nava, lo que hace que sea una tierra muy arcilloso y pesado, por lo que se requiere un ensayo específico, apostilla.
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