Patrimonio
Esta es la sorprendente iglesia románica que esconde un unicornio
Se puede encontrar en la falda de los Montes Obarenes, en la provincia de Burgos
A lo largo de toda la geografía española aparecen numerosas iglesias y bienes patrimoniales que han llegado hasta nuestros días, buena parte de ellos, en óptimas condiciones. Y dentro de esas iglesias, sorprende la construcción de algunas iconografías o tallas curiosas que llaman la atención de los visitantes. Un claro ejemplo de ello es la rana que yace sobre una calavera en la Catedral de Salamanca.
Y una de esas imágenes curiosas nos la encontramos en un pequeño pueblo burgalés, situado a la falda de los Montes Obarenes. Estamos hablando de la iglesia parroquial de San Andrés, en Soto de Bureba, que constituye un ejemplo importante del románico de esta zona. Lo que más nos llama la atención de este coqueto templo es la composición y la icnografía que decora las tres arquivoltas de la portada y con temática de animales fantásticos.
El templo, data del año 1175 y está construido en sillería de arenisca caliza. Cuenta con dos naves, y la principal, la más antigua, consta de un ábside semicircular y un presbiterio rectangular. En el tramo del crucero se puede ver una bóveda esquifada sin arcos de refuerzo, y estamos ante un ejemplo único del románico. Un templo que fue declarado Monumento Histórico Artístico en el año 1981.
Pero la verdadera seña de identidad de este pequeño templo se halla en una única portada, que ha llegado hasta nuestros días en óptimo estado. Y es que el visitante que se acerca hasta ella queda desconcertado ante el gran número de distintas y curiosas figuras que reptan por las piedras.
En sus capiteles podemos encontrar piñas, racimos, animales alados y un monstruo que se encuentra flanqueado por dos arpías, seres fantásticos y hasta figuras que asemejan a dragones.
Y vamos descubriendo más figuras como un conjunto de clípeos, una serpiente que parece que se está merendando a un hombre, un felino y una pareja rampante. Y ahí aparece nuestro gran protagonista, el unicornio, acompañado por la inscripción "Unicornium" dejada por el maestro cantero, y a su lado un Agnus Dei con una figura femenina atribuida a la Virgen y con posiblemente la figura también de San Juan Bautista.
Pero si uno sigue adivinando los seres que aparecen en esta portada se topa con un demonio, animales fantásticos, un guerrero luchando con un dragón, un hombre encadenado, la cabeza de un grifo. En definitiva, una iconografía digna de ver y que podría representar la lucha entre el bien y el mal, a partes iguales. Pero un consejo. Acérquense a verla, ya que merece la pena.
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