
Cultura
Esta es la única fortaleza española que está considerada como una de las más bonitas del mundo
La publicación especializada en viajes e historia "Love Exploring" destaca su belleza y su legado histórico

Los castillos se ha conventido en uno de los principales atractivos turísticos de sus ciudades. En este momento en el mundo se contabilizan más de 25.000 fortalezas, en diferentes estados de conservación, pero la gran mayoría en un gran estado por la implicación de los vecinos de estos lugares y las distintas administraciones, ya que son conscientes del número de visitantes que pueden atraer, y con ellos empleo y riqueza. Tal es así que la prestigiosa publicación especializada en viajes e historia"Love Exploring" ha elaborado un ránking con las 30 fortalezas más bonitas del mundo, y solo hay una española.
La revista ha destacado del castillo español su belleza, espectacularidad y legado histórico, ya que por sus estancias han pasado veintidós reyes, por eso su denominación de la Fortaleza de los Reyes de Castilla, además de algunos de los personajes más destacados de la historia. Además, como curiosidad, el propio Walt Disney se inspiró en él para llevar a la gran pantalla el Castillo de Blancanieves.
Se llama fortaleza a todo punto fortificado capaz de contener la guarnición conveniente y desde el cual puede ser defendida una plaza, una puerta, un río o lugar importante. En el lenguaje militar, se suele llamar a la fortaleza plaza, sin duda tomándolo del francés, donde también se usa la palabra "place" en este mismo sentido. Sin embargo, si allí es disculpable el uso de dicha palabra, porque place significa, además de plaza, lugar o punto, en español no lo es del mismo modo: en la lengua española hay que añadir necesariamente el calificativo: así, se dice plaza de armas, plaza fuerte, plaza de guerra, plaza fortificada.
Una gran parte de los escritores ha usado la expresión fortaleza aplicándola a las grandes ciudades fortificadas, al paso que los ingenieros militares han reducido su significación llamando con preferencia fortalezas a las ciudades pequeñas fortificadas o a los fuertes aislados.
Las fortalezas tienen un origen muy antiguo y recuerdos bien notables en la historia. El Capitolio que coronaba Roma no era más que una fortaleza: y aquella fortaleza era el emblema de la fuerza que dominaba al mundo entero. Los campamentos de los emperadores romanos eran, según se dice, verdaderas fortalezas. Cartago, según Apiano, y Marsella y Bourges, según Julio César, eran unas admirables fortalezas. Los romanos y los bárbaros, cada cual a su vez, fueron aumentando estos medios de defensa consistiendo en fortalezas los circos y los teatros. Alejandría defendida por César; Side, en el Asia Menor; Orange y Nimes nos ofrecen excelentes testimonios de esta verdad. La utilidad que en ciertos casos han traído las fortalezas es increíble. En ellas ha consistido el que una nación o una comarca entera no cayese en poder de otra nación extraña o de un ejército enemigo.
Alcázar de Segovia
Pues la única fortaleza española que forma parte de ese selecto ránking de “Love Exploring” es el Alcázar de Segovia, que data de principios del siglo XII, y cuyo imponente perfil se levanta, majestuoso, sobre el valle del Eresma y es símbolo de la Ciudad vieja de Segovia, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 1985.
Palacio y fortaleza de los Reyes de Castilla, su traza refleja el esplendor de la corte durante el medievo, y sus muros han sido testigos de batallas, intrigas palaciegas, bodas reales y sucesos asombrosos. En su milenaria existencia, el Alcázar ha sido castro romano, fortaleza medieval, palacio real, custodio del tesoro real, prisión de estado, Real Colegio de Artillería y Archivo General Militar.
Ha sido testigo de numerosos eventos históricos cruciales. Entre estos se incluyen la firma de la Concordia de Segovia, que estableció las bases para la formación de la nación española. Isabel la Católica, una de las monarcas más influyentes de la historia, salió del Alcázar de Segovia para ser proclamada reina de Castilla. Además, el Alcázar fue el escenario de la última reunión entre Cristóbal Colón y el rey Fernando el Católico antes de que el descubridor falleciera en 1506 en Valladolid.
El Alcázar también fue el lugar de la boda de Felipe II con Ana de Austria. Este evento reforzó la alianza entre la Casa de Habsburgo y la Monarquía Hispánica. En el sigloXVIII, el Alcázar de Segovia fue el lugar del primer vuelo con fines militares que marcó el comienzo de la era de la aviación militar, que ha tenido un impacto significativo en la guerra y la defensa desde entonces. Finalmente, el Alcázar de Segovia fue el lugar donde Louis Proust formuló la Ley de las proporciones definidas, que es fundamental para la química moderna.
Uno de los más momentos más complicados que vivió esta fortaleza fue el incendio de 1862, cuando un tremendo fuego destruyó las suntuosas techumbres de las salas nobles, que pudieron ser reconstruidas fielmente con posterioridad, gracias a la existencia de grabados realizados por José María Avrial y Flores en 1839.
En 1898 se instaló en la primera planta del edificio el Archivo General Militar, que actualmente continúa en el Alcázar. En 1931 fue declarado monumento histórico artístico. El Alcázar también fue utilizado como prisión durante la Segunda República, cuando el gobierno republicano encarceló allí al general Berenguer en 1931 a causa de su intervención durante los últimos meses de la Monarquía del Alfonso XIII.
Además Orson Welles lo utilizó en Campanadas a medianoche, y su contorno esbelto y elegante fue una de las inspiraciones que usó Walt Disney para su castillo de ''Blancanieves y los siete enanitos'' película de 1937.
Actualmente, el Alcázar de Segovia es considerado uno de los castillos más espectaculares del mundo. Su arquitectura única, su ubicación estratégica y su rica historia lo hacen verdaderamente inolvidable. Su gestión es un ejemplo único en materia de difusión y conservación del patrimonio histórico y artístico, con la ventaja de que las visitas generan los ingresos suficientes como para garantizar el mantenimiento, la seguridad y la salvaguarda de un legado histórico que impresiona.
El Alcázar de Segovia consta de un gran perímetro de 728 metros que se adapta perfectamente a la compleja orografía del peñasco rocoso sobre el que se asienta. Se accede salvando el foso de 26 metros de altura a través de un puente de piedra realizado en época de Felipe II y que sustituiría al antiguo puente levadizo de madera.
La fortaleza segoviana se sitúa alrededor de dos patios: el Patio de Armas y el Patio del Reloj. En los extremos del complejo se hallan dos torres: la torre de Juan II, en la zona de acceso, y la Torre del Homenaje, en la zona más exterior del promontorio. La Torre de Juan II se encuentra junto al foso y la entrada. Fue construida entre 1440 y 1465 y es considerada un gran ejemplo de la arquitectura gótico-civil española. Se asienta sobre una torre anterior del siglo XIII de la que se conserva un ventanal mudéjar de influencia almohade. Consta de 80 metros de altura y se divide en tres pisos gracias a tres líneas de impostas. La torre está decorada exteriormente con motivos circulares esgrafiados.
El Patio de Armas del Alcázar de Segovia también se construyó en el siglo XIII, aunque el patio actual corresponde al siglo XVI, de estilo herreriano. Consta de una planta irregular y porticada en tres de sus cuatro lados. El primer piso del patio está sustentado por arcadas y el segundo es adintelado.
Desde una de las puertas de este patio se accede a la Sala de Ajimeces o antigua Sala del Palacio Viejo. Esta sala fue un encargo del rey Alfonso VIII, y fue denominada “de los Ajimeces” por los antiguos ventanales románicos geminados que se conservan. La siguiente estancia es la Sala de la Chimenea, denominada así por ser la chimenea el elemento principal de la sala. A través de un arco profusamente decorado se accede al Salón del Trono, que recrea el aspecto que debía tener en época de los Reyes Católicos. La sala se cubre con una cúpula octogonal mudéjar del siglo XV, muy parecida a la que se perdió en el incendio del siglo XIX, pues ambas fueron realizadas por el mismo artista, Xadel Alcalde.
Tras una puerta de arco gótico aparece la Sala de la Galera o de los Embajadores, cubierta con un artesonado en forma de barco invertido. Fue mandada construir por la madre de Juan II: Catalina de Lancaster. Anexa a la habitación anterior se encuentra la Sala de las Piñas, denominada así por las piñas que aparecen representadas en el artesonado. Destaca el friso inferior realizado en yeso dentro del estilo gótico-mudéjar. Seguidamente se accede a la Alcoba del Rey, sala donde se simula la habitación real, compuesta por una cama de madera de nogal bajo un dosel rojo.
Una de las dependencias más interesantes de esta zona es la Sala de los Reyes, iniciada en tiempos de Alfonso X y finalizada en 1596. A continuación la Sala del Cordón, cuyo nombre se debe al cordón franciscano que Alfonso X mandó colocar. Al lado aparece el Tocador de la Reina, una pequeña sala cubierta con un artesonado renacentista.
El Patio del Reloj recibe este nombre por el reloj de sol que puede verse en una de sus paredes. Este patio da acceso a la Torre del Homenaje que se encuentra en la zona más occidental. Se inició en el siglo XIII y fue remodelada posteriormente por Felipe II. En su interior, una de las salas de esta torre se ha destinado a Sala de Armas o Armería, donde se muestran armas y armaduras de diferentes épocas. A los pies de la torre se sitúa el Patio del Pozo. El Museo de Historia del Real Colegio de Artillería se encuentra en uno de los lados del Patio de Armas, extendiéndose por la zona sur. Muestra de los años en los que el Alcázar sirvió como Colegio de Artillería.
✕
Accede a tu cuenta para comentar