Curiosidades
Este es el pueblo que mejor huele de toda España
Con un rico patrimonio monumental y natural, es más conocido por su potente industria galletera
Hay numerosos pueblos en España que destacan por sus maravillas patrimoniales, dígase una catedral, una muralla o un castillo. Por sus delicias gastronómicas, únicas e irrepetibles. Por sus encantos naturales, en forma de cascadas. Por su originalidad, con propuestas que año tras año atraen a miles de turistas. Pero este caso es más peculiar aún si cabe, por que estamos hablando de la localidad de España que mejor huele.
Se trata de un municipio al norte de la provincia de Palencia, que no solo destaca por sus encantos patrimoniales y naturales, sino por su alta producción galletera. Y es que pasear por sus calles es paladear con los sentidos ese olor galletero que invita a degustar. Una historia de este municipio, Aguilar de Campoo con la galleta, que tiene mucha historia y que hay que remontarse hasta finales del siglo XIX cuando Eugenio Fontaneda abría el primer horno para su fabricación. En la década de los 60, en el municipio existían hasta cinco fábricas como Gullón, Ruvil, Fontaneda, Tefe y Fontibre, y nueve de cada diez galletas que se consumían salían de aquí.
Actualmente cuenta con una megafábrica de Galletas Gullón, con su factoría más grande en España, y Grupo Siro, generando más de 2.000 empleos en una localidad que ronda las 7.000 personas. Es lo que se dice invertir en el territorio y ayudar a fijar población, uno de los grandes males de la provincia palentina, como en otras tantas zonas de España. A lo que hay que sumar la gran calidad de vida con la que cuenta.
Pero es que además, estamos ante una villa considerada como Conjunto Histórico-Artístico desde el año 1966, y que ostenta el título de Villa Realenga desde el año 1255 otorgado por Alfonso X. Ciudad rica en la edad media y donde aún, en numerosas casas solariegas y palacios podemos contemplar escudos y blasones, con orígenes que van desde Cantabria, indígenas o de antiguas merindades de Burgos.
Una de sus joyas es el Monasterio de Santa María la Real, que data del siglo XI. Monumento Nacional, que vivió en sus carnes los procesos de la desamortización y del expolio, ya que 23 de los capiteles más valiosos "viajaron" hasta los Estados Unidos. Actualmente, ya restaurado, tiene mucha vida, y es la sede de la Fundación Santa María La Real.
Nuestro periplo por la localidad nos acerca hasta la Colegiata de San Miguel. Su origen se remonta a época visigoda. Posteriormente se reedificó en época románica y por último en el siglo XIV.
En el edificio actual se combinan diferentes estilos, desde el románico al renacentista.
Otra joya que no hay que dejar de visitar es el Monasterio de Santa Clara, donde resisten las monjas Clarisas. Fundado en 1430, la iglesia, de estilo gótico, consta de una sola nave. Si hablamos de ermitas o iglesias, destacan las de Santa Cecilia, románica del siglo XII, con una original torre campanario y donde destacan valiosos capiteles vegetales e iconográficos, o la de San Andrés, también románica.
Siguiente parada, la Plaza Mayor, de grandes dimensiones, y aquí ahora comienza nuestro recorrido por los múltiples palacios y casas que atesora Aguilar de Campoo. El primero el de los Manrique, también conocido como el de los Marqueses de Aguilar y donde se ubica la Oficina de Turismo. En su fachada lucen cuatro escudos del marquesado. A ellos se unen el Palacio de los Villalbols-Solorzano, el de los Marqueses de Villatorre o la Casa del Cura, gran casa del siglo XV, Monumento Histórico Artístico desde 1933. Pero también la Casa de Santa María la Real, la de Marcos Gutiérrez o la de los VII Linajes, junto a la delos Verlarde o las de Juan de Mier y Terán.
Como todos los grandes núcleos de antaño, Aguilar de Campoo también cuenta con un castillo, que se alza en una montaña rocosa, restaurado en los últimos años, y muralla, que data del siglo XII, que actualmente mantiene seis de las siete puertas que tuvo en sus tiempos álgidos.
Y ya para acabar nuestro recorrido, y siempre con el olor de la galleta a nuestra vera, conviene acercarse hasta el Barrio Judio y la sinagoga, aunque hoy en día de propiedad particular y no abierta para el público,
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