40 aniversario
Expertos coinciden en que no urge reformar el Estatuto de Autonomía: "Es bastante completo"
De Santiago-Juárez, Jesús Quijano, Fernando Rey y Óscar Sánchez protagonizan un interesante debate sobre la Carta Magna de Castilla y León
Interesante y muy didáctica jornada sobre el Estatuto de Autonomía de Castilla y León, que ha cumplido 40 años, la que se ha celebrado esta tarde en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid (UVa), con la presencia en el debate de varios expertos jurídicos como es el caso del catedrático emérito de Derecho Mercantil, el exsecretario regional del PSOE, Jesús Quijano; el catedrático de Derecho Constitucional y exconsejero de Educación con Juan Vicente Herrera Fernando Rey; el profesor titular de Derecho Constitucional, Óscar Sánchez; y el concejal del PP en el Ayuntamiento de Valladolid y exvicepresidente de la Junta José Antonio de Santiago-Juárez, uno de los protagonistas de la última reforma estatutaria acometida en 2007.
Una mesa redonda en la que todos ellos discreparon en algunas cuestiones pero coincidieron en que el Estatuto de Autonomía "es bastante completo” y que no existe urgencia de reforma para “adaptarlo a la realidad”.
Moderada por la periodista Susana Escribano, los cuatro abordaron sus posiciones en la elaboración del Estatuto y en las siguientes reformas. Así, Quijano recordaba que la creación se abordó “con mucha ilusión, pero con cierta desorientación y despiste”. “Relativamente sabíamos lo que queríamos hacer”, decía el profesor, en declaraciones recogidas por Ica.
Como anécdota, contaba que muchas cosas se hicieron mirándose unas autonomías a otras, a excepción de algunas que ya habían tenido alguna aventura identitaria, y recordaba que todo arrancó con la comisión que se creó para tal fin entre miembros de PSOE y UCD, en el Parador de Tordesillas, en el que había personas como Gregorio Peces Barba, Juan José Laborda, Demetrio Madrid o Rodolfo Martín Villa, Salvador Sánchez-Terán.
A pesar de alcanzar un “punto de acuerdo”, hubo varios aspectos en los que no se llegó a tal, como fue el sistema electoral autonómico, porque “la UCD quería que todas las provincias tuvieran la misma representación y el PSOE criticaba que así votarían las hectáreas, no las personas”. “Nosotros queríamos que León, que era la más poblada (era cinco veces Soria), tuviera mayor peso”, explicó.
En segundo lugar, citaba la configuración interna de la Comunidad, pues en la negociación “no estaba clara la creación de un gobierno autonómico y un escudo, sino que las provincias tuvieran su autonomía”, algo que finalmente se superó. Y por último, otra diferencia fue la ubicación de las sedes de las instituciones, la capitalidad o el Día de Villalar.
[[H2:Dar ‘vidilla’ a la identidad]]
Por su parte, Óscar Sánchez se centraba en la reforma que él mismo negoció en 2007 cuando era procurador por el PSOE, la última abordada. De ella recordó que “se intentó reforzar el sentimiento de identidad, porque es una Comunidad muy floja en esta materia”. “Ingenuamente pensamos que poniendo algunas cosas en el Estatuto le daríamos ‘vidilla’ a la identidad, y por eso se introdujo la fiesta de Villalar o el reconocimiento de símbolos como el ‘leonés’, en referencia a la lengua”, comentaba.
Sobre el sistema electoral, que fue un “tema tabú en esa reforma”, aseguraba que era sabido que “sería difícil tocarla”. Sin embargo, exponía que, en un futuro, se podría abordar la reforma del sistema electoral, “que sigue siendo bastante insatisfactorio” sobre la igualdad de representación, porque “se estableció un mínimo de tres procuradores por provincia, que sobrerrepresenta a algunas provincias, como Soria, a la que no ha ayudado en nada ese hecho, pero distorsiona el resultado electoral, porque un partido con menos votos puede tener más escaños, y eso como demócrata no cuadra”. El otro aspecto que mencionaba es que sería interesante dar “más capacidad de decisión a los ciudadanos”, con listas abiertas.
“Esta Comunidad es un infierno”
José Antonio De Santiago-Suárez fue el más crítico, en un contexto de mesa redonda en el que puso el dedo en la llaga en la celebración del viernes pasado en las Cortes: “Fue muy aburrida, fue tristísima”. Se refirió a su etapa como miembro del Gobierno autonómico para la reforma de 2007 y a las señas de identidad. “Fuimos incapaces de que en el Estatuto se citase ‘Villalar’, pusimos el 23 de abril. Avanzamos lo justito”, comentaba De Santiago-Juárez, quien consideraba que Castilla y León es un “infierno”, porque está compuesta por nueve provincias “que se creen muy poco”.
Al respecto, opinaba que la Comunidad “avanzará" el día que un leonés se alegre de los éxitos de la Seminci; un zamorano, de lo bien que le va el MUSAC; o un vallisoletano, de lo bien que tiran Segovia y Ávila del turismo madrileño. "Estamos llenos de envidia”, decía el concejal ‘popular’, quien prefería no hablar ya de “ni en broma” de la capital política. “Hoy seguimos sin atrevernos a decir que Valladolid es capital, ni siquiera administrativa. Y si se hace, hay que decirlo con mucho cuidado”, ironizaba.
En la reforma de 2007 recordaba que se introdujo la Renta Garantizada de Ciudadanía, “blindada y protegida”, o el Diálogo Social. “Aunque si los que vienen detrás no lo cumplen… Hemos visto que algunos luego, a pesar de las leyes, intentan manosear el Diálogo Social”, en referencia a la política de Vox en la actual Junta. También mencionó la Comisión Bilateral Junta-Gobierno, en la que se negoció el Plan de Convergencia Interior y sobre la que se mostró muy autocrítico: “Lo hicimos mal”. También lamentaba que en su etapa le quedó una herida abierta no haber podido asumir las competencias de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), “haya dicho lo que haya dicho el Tribunal Constitucional, porque era crucial”.
De Santiago-Juárez insistía en que Castilla y León “tienen un buen Estatuto”, y en cambio se mostraba partidario de reformar el título VIII de la Constitución “para que aparezcan al menos los principios básicos de financiación y evitar el ‘chabaneo’ y delimitar competencias”.
Por último, apuntaba que esta Comunidad “no va a avanzar” si, por ejemplo, los dos últimos presidentes de las Cortes “no creen en ella”, en referencia a Luis Fuentes, de Ciudadanos, y a Carlos Pollán, de Vox. “Si no creen, las cosas no pueden pintar bien”,decía.
“Seguimos sin conciencia regional”
Para concluir, Fernando Rey recordaba que en las tres reformas del Estatuto se ha asumido la Sanidad y la Educación, cuestiones institucionales y la de 2007, “no solo de derechos”, sino que se produjo en un momento que “no respondía al acuerdo del PSOE y PP nacional, en un contexto de crisis catalana y otras regiones que habían aprobado estatutos centrípetos”.
En este sentido, sostenía que en estos 40 años de autonomía y autogobierno “no ha cambiado nada”, porque la gente “ya sabe que la sanidad y la educación depende de la Comunidad y nada ha cambiado, seguimos sin conciencia regional, ni está ni se la espera”, porque “nuestra tierra es la idea española”. “Es una pena que no tengamos concepto de Comunidad”, cuestión que ejemplificó con la existencia de “aeropuertos pequeños” y que tiene “que haber de todo en todas las provincias, y si no lo hay nos lamentamos”.
Igualmente, señalaba que el eje Madrid-Valladolid-Palencia-Burgos avanza y “todo lo demás va a sufrir, más que ahora, lo que no quiere decir que estén condenados al abandono y ostracismo”. Todo ello lo achacaba a que Castilla y León es una Comunidad “fría, no caliente como las nacionalistas”. “Tenemos que abandonar nuestra mentalidad defensiva que nació hace más de cien años y pasar al ataque. Construir Castilla y León, como laboratorio de innovación”.
Respecto a la cuestión ‘leonesa’, “como leonés”, aseguraba que parece que si León “estuviera solo le iría mejor por arte de magia”, y esa es la razón por la que “triunfa la UPL, que es un flemón y ahora Castilla y León está lleno de flemones, como un cantonalismo”.
En este punto, tomaba la palabra Óscar Sánchez, quien consideraba que el ‘leonesismo’ es “mucho más que la UPL” y ponía como ejemplo que las principales negociaciones en el Grupo Socialista en las Cortes cuando era procurador “era por motivos ‘leonesistas’.
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