Heroicidad patria en la Campaña de Melilla de 1921

Dar a conocer la heroicidad durante la Campaña de Melilla en 1921. Ese ese el objetivo de la exposición ‘Centenario de la gesta del Regimiento Alcántara’, que acoge hasta el 27 de abril el Centro Cultural Lecrác de la capital palentina, con la que la Academia y las unidades de Caballería quieren rendir homenaje a todos los que dieron su vida y, muy especialmente, a los jinetes de Alcántara.

La exposición introduce al visitante en el escenario de los hechos y da a conocer a los diferentes actores. A continuación, se muestra cómo estaba organizado y combatía el Regimiento Alcántara, lo que ayudará a comprender mejor el desarrollo de los hechos y valorar la extraordinaria gesta que realizaron sus jinetes.

Tras una breve ambientación sobre el Protectorado español de Marruecos, las cabilas rifeñas, sus harcas y la situación de las operaciones en julio de 1921, las infografías describen la organización y forma de combatir del Regimiento Alcántara.

La parte central detalla cronológicamente su actuación entre los días 21 de julio al 9 de agosto de 1921 y se recuerda a los protagonistas. Además, la muestra cuenta con un audio-relato que el visitante podrá escuchar en su propio móvil, así como descargar textos y documentos que amplían la información.

Gesta heroica

El comisario de la exposición, el coronel de Caballería, Ernesto de Novales, afirma que se escenifica un ejemplo muy destacado a lo largo de la historia del Ejército español, aunque para el Arma de Caballería, se trata de una “referencia de los valores en sintonía con el espíritu, con sacrificio, audacia y disciplina”, añade.

Explica a la Agencia Ical que los integrantes de este Regimiento lo pusieron de manifiesto en una situación muy comprometida, a partir de “una derrota inicial y de una necesidad de proteger una retirada, donde combatieron y dieron su vida en un gran porcentaje para salvaguardar al resto de unidades”.

Este Regimiento estaba en su momento en Melilla y mantiene a día de hoy su ubicación, aunque con otros medios, ya que “cambiaron los caballos por carros de combate y vehículos acorazados”. De hecho, en el año 2012, se les concedió por los hechos narrados en 1921 la máxima distinción al valor heroico del Ejército español con la Cruz Laureada de San Fernando