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Opinión

José María: Valor y Valores

"Como restaurador y bodeguero, además de crear empleo y riqueza, ha puesto a Castilla y León en un lugar alto, muy alto"

José María Ruiz junto a Carlos Álvaro y Pepe Rodríguez Restaurante José María

La historia del segoviano José María Ruiz, es la de un emprendedor que transformó y enriqueció la hostelería de su ciudad, desde los fogones y el vino, hasta lograr una fama bien ganada en toda España. En 1982 nació el restaurante José María, en la capital segoviana, donde el buen comer, la tradición y el mejor ambiente se funden. En 1987, en Peñafiel, puso en marcha la bodega Pago de Carraovejas. Hoy su historia inspira a quienes creen en lo imposible, para que no duden y se pongan manos a la obra, con ilusión y tenacidad. Aparece, en estos días, un libro bellamente editado por Planeta, con abundantes fotografías y dibujos de algunas de los cientos de celebridades que han pasado por su restaurante. El prólogo es de Carlos Herrera y la edición, impecable, al cuidado de Carlos Álvaro, Maria Coco y Javier De Andrés.

Unas páginas deliciosas que recogen la peripecia humana de este castellano leonés de corazón sencillo y bueno que piensa que nada vale tanto la pena como aupar esta bendita tierra. José María es uno de esos hombres que no defrauda, ni como profesional ni como persona. Representa el mejor espíritu mesonero, tan inquieto e innovador como tradicional, que ennoblece, en palabras de Carlos Herrera, "está España virtuosa de fondas y posadas, esa que resulta incomparable e imbatible, la que sigue contra viento y marea, la que nos hace entender que, felizmente, hemos nacido y crecido en el sitio apropiado y oportuno".

En el umbral de los 80 años, José María, ha creído que es el momento oportuno para contar su historia y lo hace con la sabiduría que otorga el tiempo gastado y desgastado en hacer felices a los demás, con su buen hacer y el deseo de que esa experiencia pueda servir a otros en su andadura vital y profesional. Una vida intensa, la suya, apurada con empeño y alegría, a pesar de las dificultades, junto a Chon, su mujer y todos sus hijos. Como restaurador y bodeguero,José María, además de crear empleo y riqueza, ha puesto a Castilla y León en un lugar alto, muy alto. Pero vayamos al principio: sus padres se llamaban Pedro Ruíz Martín y María Benito Álvaro.

Eran dos personas de pueblo, respetuosas y trabajadoras. En casa, recuerda José María, nunca faltó el pan ni el alimento para los animales. Había trigo cebada, centeno y garbanzos. ¡Qué más podía pedirse en aquella España tan pobre! Mi padre tenía de todo: cereal, un par de vacas, una burra, una mula y un atajo de ovejas. Mucho ha llovido desde entonces. Ahora, Rocío y Pedro, hijos de José María, que se toman lo que hacen muy en serio, apoyan a su padre, siempre sencillo, generoso y sonriente, en las numerosas bodegas que la empresa ha ido incorporando a lo largo de los años. Un tesoro familiar.

En fin, amable lector: José María: Valor y valores. Una vida ejemplar, llevada calladamente, sobriamente, de esas que hacen nuestra sociedad más humana, más vividera.